Giselle Lucía Navarro
Sobre la poesía de Gisella Lucía Navarro dice Virgilio López Lemus: «La suya es una poesía que conquista el interés del lector por su dosis de sencillez expresiva y de trasfondo profundizador, de efectos diversos. Parece que en el poema todo está dicho con rapidez, cuando en verdad cada breve texto es una meditación. Cuerpo y espíritu forman una trama expresiva que dan el aliento esencial del conjunto». Compartimos en edición bilingüe al inglés y griego este puñado de poemas con la colaboración de los traductores Indran Amirthanayagam y Stavros Girgenis.
Manos de poeta
Todos los días un anónimo me incendia las manos.
Cartas manchadas de poco valor.
Para un poeta son peligrosas las palabras falsas,
las amistades falsas,
las guerras falsas,
las vidas falsas.
Un poeta necesita inscribirse un dolor
si no tiene uno propio,
pero el dolor del poeta debe ser siempre real.
Las palabras del poeta
deben estar manchadas de valor.
Las palabras del poeta
no pueden ser incendios anónimos.
Todos los días un signo incendia mi mano.
Dicen que van a crucificarme.
Dicen que voy a ser la cabeza superior
de todas las cabezas.
Contemplo mis manos:
no tienen sangre
ni tierra
ni cicatrices,
ninguna de esas cosas que marcan valor.
Todos los días una palabra me pesa.
Un incendio se me acomoda en el estómago.
Siguen sin construirme la cruz o la corona.
El país es un estómago
que pesa sobre nuestras cabezas,
y seguimos sin saber
si los hombres que acaban de llegar
serán nuestros héroes
o nuestros futuros asesinos.
Poet’s hands
Every day an anonymous fellow lights my hands
on fire. Stained letters of little value.
For a poet false words are dangerous,
false friendships,
false wars,
false lives.
A poet needs to register a pain
if he does not have one of his own,
but the poet’s pain must always be real.
The poet’s words
must be stained with courage.
The poet’s words
cannot be anonymous fires.
Every day a sign lights my hand on fire..
They say they are going to crucify me.
They say I’m going to be the head on top
of all the other heads.
I contemplate my hands:
they have no blood on them
no dirt
no scars,
none of those things that mark value.
Every day a word weighs on me.
A fire settles in my stomach.
They still haven’t built me the cross or the crown.
The country is a stomach
that weighs on our heads,
and we still don’t know
if the men who have just arrived
will be our heroes
or our future assassins.
Vórtice
Las mujeres musulmanas aprendieron a cubrir su cabeza.
Solo los ojos podían exponerse al desastre de las calles.
Sus ojos, única brecha posible
entre el blindaje de la carne y el hiyab.
La tela es la circunstancia de estar muda.
Pareciese que el silencio es una marca del miedo.
Una mujer que calla no es una mujer que acepta,
sino una mujer que piensa.
A las mujeres, como a los hombres
se les debe indagar siempre a través de los ojos.
Las musulmanas
saben cómo cuidar la nitidez del kohl
alrededor del iris.
El acto de purificación
va en los colores y palabras duras.
En las madrugadas sus cabezas se encendían.
A veces fue necesario
evacuar los pensamientos
para llegar a equilibrar el sueño,
estampar desasosiegos
y disfrazar los versos en masnaví.
La verdad es sagrada,
por eso debe ser cubierta con metáfora.
No conviene que el cerebro inoculado la trastoque.
Los papeles deben ser cubiertos del esposo.
La cabeza es un órgano valioso
que debe ser protegido del hambre y los disparos.
Una mujer sabia es más peligrosa
que un arma en las manos de un loco.
Vortex
Muslim women learned to cover their heads.
Only their eyes could be exposed to the disaster of the streets.
Their eyes, the only possible gap
between the armor of the flesh and the hijab.
The fabric is the circumstance of muteness.
It seems that silence is a mark of fear.
A woman who is silent is not a woman who accepts,
but a woman who thinks.
Women, like men,
should always be probed through the eyes.
Muslim women
know how to take care of the sharpness of kohl
around the iris.
The act of purification
manifests in colors and hard words.
In the early mornings their heads would light up.
Sometimes it was necessary
to evacuate thoughts
in order to balance sleep,
to stamp uneasiness
and disguise the verses in Masnavi.
Truth is sacred,
that’s why it must be covered with metaphor.
It is not convenient that the inoculated brain distorts it.
Their roles must be covered by the husband.
The head is a valuable organ
that must be protected from hunger and gunfire.
A wise woman is more dangerous
than a gun in the hands of a madman.
Traducción de Indran Amirthanayagam
Deber
Mis manos tejen la humedad del recuerdo.
Debajo de mis pies
la raíz del árbol de mi infancia todavía palpita.
En el espacio donde crecía un bosque
ahora fragua el silencio.
El silencio contenido
como el rostro mutilado de las venas de nuestra tierra.
El silencio como el juicio de los que vendrán,
la huella del desgaje,
las bombas,
lo extinto
y el corazón desangrándose.
Me acuesto sobre el lugar donde creía el árbol.
La tierra donde crecerán mis hijos
no puede ser un espacio baldío.
Καθηκον
Τα χέρια μου πλέκουν την υγρασία της μνήμης.
Κάτω από τα πόδια μου
η ρίζα του δέντρου της παιδικής μου ηλικίας εξακολουθεί να πάλλεται.
Στο χώρο όπου κάποτε φύτρωνε ένα δάσος
τώρα πήζει η σιωπή.
Η σιωπή που εμπεριέχεται
σαν το ακρωτηριασμένο πρόσωπο των φλεβών της γης μας.
Η σιωπή ως η κρίση όσων θα έρθουν,
το ίχνος του χωρισμού,
οι βόμβες,
το αφανισμένο
και η καρδιά που αιμορραγεί.
Ξαπλώνω στο σημείο όπου νόμιζα ότι ήταν το δέντρο.
Η γη όπου θα μεγαλώσουν τα παιδιά μου
δεν μπορεί να είναι ένας χερσότοπος.
Cabeza/germen
La cabeza es la semilla
estructural de la aldea,
el gesto que da la tea
al bosque que no se ensilla.
La cabeza es la postilla
donde coagula el futuro.
La cabeza es el cianuro
con que la tribu se asfixia
o evoluciona o se vicia
contemplando el mismo muro.
Cultivar las torceduras
no detiene el crecimiento
pero acopla el firmamento
en medio de las fisuras.
La voz guarda quemaduras
profundas en la raíz.
Apuntalen la matriz
mientras la semilla hiberna.
Si la palabra es lucerna
podrá crecer un país.
Κεφαλι/σποροσ
Το κεφάλι είναι ο σπόρος
που δομεί την κοινότητα,
η χειρονομία που δίνει τα καυσόξυλα
στο δάσος που δεν δαμάζεται.
Το κεφάλι είναι η κρούστα
όπου πήζει το μέλλον.
Το κεφάλι είναι το κυάνιο
με την οποία η φυλή ασφυκτιά
ή εξελίσσεται ή εξασθενεί
ατενίζοντας τον ίδιο τοίχο.
Το να καλλιεργείς τις στρεβλώσεις
δεν σταματά την ανάπτυξη
αλλά συνταιριάζει το στερέωμα
στη μέση των ρωγμών.
Η φωνή διατηρεί τα καψίματα
βαθιά στη ρίζα.
Στηρίζουν τη μήτρα
ενώ ο σπόρος βρίσκεται σε χειμερία νάρκη.
Αν η λέξη είναι λυχνάρι
μια χώρα μπορεί να αναπτυχθεί.
Yo no tengo las manos de Lena Bálcrich
Yo no tengo las manos de Lena Bálcrich
pero aprendí a sostener la pólvora
entre los dedos con el tiempo.
Vi a tantos jóvenes de mi generación perforarse,
embalsamados en el dolor de madurar rebeldías
y edificar elitismos
a golpe de sequedad y otros demonios adquiridos.
Vi tantas cosas que ya todo me parece nuevo.
La novedad parece un cerebro-esponja
dentro de un cuerpo joven,
reflejando de formas diversas
aquello que ya existe.
Sigo contemplando mis manos.
Percibo que a muchos poetas de mi generación
solo le importan sus manos.
Manos para trenzar la víspera a golpe de escalpelo.
Manos para masturbar al futuro
y alimentar al pulmón con nicotina.
Manos para sostener los órganos habituales.
El desmembramiento del esquema
convertido en el esquema de una nueva generación.
Quizás mi diferencia
es que no solo me importan mis manos
y por mucho que las contemple
sus líneas vuelven a pulsar.
El índice y el debo del medio:
silogismos inútiles
del placer de llamar las cosas por su nombre.
Yo no tengo las manos de Lena Bálcrich,
pero pude sostener la suyas
el día que nos conocimos.
Era una muchacha parecida a las muchachas felices,
sin el esquema de las generaciones.
Podría tener mil años o un cuarto de siglo.
A nadie le importa
las formas que el tiempo encuentre para instalar conciencia.
Si el cerebro es espina,
deberá aprender a envejecer.
Si el cerebro es coágulo,
deberá aprender a destruirse.
Si el cerebro es arcilla,
irá rejuveneciendo mientras crece.
Todavía existe la silla de madera donde se balanceaba
en las horas que no hallarán retorno,
la misma silla donde se sentarán mis hijos
a preguntarme por la muchacha sonriente,
y tendré que sonreír también
para que nadie me vea llorar.
Lena Baldrich,
la madre de mi tatarabuela alemana,
tenía 23 años cuando le cortaron las manos,
en el último vagón del tren donde huía,
mientras abría un libro que le enviaban de regalo.
Ellos querían madurar el terror
para que nunca volviese a escribir,
pero las muchachas felices no contemplan esquemas,
apenas pueden reconocer una certeza.
Las muchachas felices
no necesitan cortes, durezas, cigarrillos,
no necesitan madurar
en la punta de una élite rasurada
por convicción política
y destinada al culto intermitente.
Los poetas naturales
no necesitan manos ni lenguas ni ojos
ni afeitar sentimientos mientras crecen.
Tienen espinas, coágulos y arcilla al centro del cráneo
pero no llaman nunca a las cosas por su nombre
ni estimulan el futuro con el dedo del medio
ni abren las ventanas al filo del desmembramiento,
ni le importan demasiado esas cosas necesarias
como las manos propias.
Yo no tengo las manos de Lena Baldich.
No tengo nacionalidad alemana.
No viajo en trenes.
Ni huyo de ningún lugar.
Aunque mis manos ya no me pertenecen,
siguen ocupando su sitio
con cierta resistencia al dolor,
pero como parezco una muchacha feliz
debo tener cuidado.
Δεν εχω τα χερια τησ Lena Bálcrich
Δεν έχω τα χέρια της Lena Bálcrich
αλλά έμαθα να κρατώ την πυρίτιδα
ανάμεσα στα δάχτυλα με την πάροδο του χρόνου.
Είδα τόσους πολλούς νέους της γενιάς μου να τρυπούν τον εαυτό τους,
βαλσαμωμένους στον πόνο να ωριμάζουν επαναστάσεις
και να οικοδομούν ελιτισμούς
μέσω της αφυδάτωσης και άλλων επίκτητων δαιμόνων.
Είδα τόσα πολλά πράγματα που όλα μου φαίνονται καινούργια.
Η καινοτομία μοιάζει με έναν εγκέφαλο-σφουγγάρι
μέσα σε ένα νεαρό σώμα,
αντανακλώντας με διαφορετικούς τρόπους
αυτό που ήδη υπάρχει.
Συνεχίζω να παρατηρώ τα χέρια μου.
Αντιλαμβάνομαι ότι πολλοί ποιητές της γενιάς μου
νοιάζονται μόνο για τα χέρια τους.
Χέρια για να πλέξουν την παραμονή μ’ ένα σκαρπέλο.
Χέρια για να αυνανίζονται στο μέλλον
και να ταΐζουν τον πνεύμονα με νικοτίνη.
Χέρια για να κρατούν τα συνήθη όργανα.
Ο διαμελισμός του συστήματος
μεταμορφωμένος στο σύστημα μιας νέας γενιάς.
Ίσως η διαφορά μου
είναι ότι δεν ενδιαφέρομαι μόνο για τα χέρια μου
και όσο κι αν τα εξετάζω,
οι γραμμές τους συνεχίζουν να πάλλονται.
Ο δείκτης και το μεσαίο δάχτυλο:
άχρηστοι συλλογισμοί
της ευχαρίστησης να αποκαλείς τα πράγματα με το όνομά τους.
Δεν έχω τα χέρια της Lena Bálcrich,
αλλά μπόρεσα να κρατήσω τα δικά της
την ημέρα που γνωριστήκαμε.
Ήταν ένα κορίτσι σαν τα χαρούμενα κορίτσια,
χωρίς τη σκιαγράφηση των γενεών.
Θα μπορούσε να είναι χιλίων ετών ή ενός τετάρτου του αιώνα.
Κανείς δεν νοιάζεται
για τους τρόπους που βρίσκει ο χρόνος να εγκαθιδρύσει τη συνείδηση.
Αν ο εγκέφαλος είναι ένα αγκάθι,
θα πρέπει να μάθει να γερνά.
Εάν ο εγκέφαλος είναι ένας θρόμβος,
θα πρέπει να μάθει να αυτοκαταστρέφεται.
Αν ο εγκέφαλος είναι πηλός,
θα αναζωογονηθεί καθώς θα μεγαλώνει.
Υπάρχει ακόμα η ξύλινη καρέκλα στην οποία κουνιόταν
τις ώρες που δεν θα βρουν επιστροφή,
η ίδια καρέκλα όπου θα κάθονται τα παιδιά μου
να με ρωτούν για το χαμογελαστό κορίτσι,
και θα πρέπει να χαμογελώ κι εγώ
για να μη με δει κανείς να κλαίω.
Lena Baldrich,
η μητέρα της Γερμανίδας προ-προγιαγιάς μου,
ήταν 23 ετών όταν της έκοψαν τα χέρια,
στο τελευταίο βαγόνι του τρένου με το οποίο διέφευγε,
καθώς άνοιγε ένα βιβλίο που της είχαν στείλει δώρο.
Εκείνοι ήθελαν να ωριμάσει ο τρόμος
ώστε να μην ξαναγράψει ποτέ,
αλλά τα ευτυχισμένα κορίτσια δεν σκέφτονται σχέδια,
μετά βίας μπορούν να αναγνωρίσουν μια βεβαιότητα.
Τα ευτυχισμένα κορίτσια
δεν χρειάζονται κοψίματα, βαναυσότητες, τσιγάρα
δεν χρειάζεται να ωριμάσουν
στην άκρη μιας ελίτ αποψιλωμένης
από πολιτική πεποίθηση
και προορισμένης για σποραδική λατρεία.
Οι εκ φύσεως ποιητές
δεν χρειάζονται χέρια ή γλώσσες ή μάτια
ούτε να αποφλοιώνουν τα συναισθήματα καθώς μεγαλώνουν.
Έχουν αγκάθια, θρόμβους και πηλό στο κέντρο του κρανίου
αλλά ποτέ δεν αποκαλούν τα πράγματα με το όνομά τους
ούτε διεγείρουν το μέλλον με το μεσαίο τους δάχτυλο
ούτε ανοίγουν τα παράθυρα στα πρόθυρα του διαμελισμού,
ούτε τους νοιάζουν πολύ αυτά τα απαραίτητα πράγματα
όπως τα ίδια τους τα χέρια.
Εγώ δεν έχω τα χέρια της Lena Baldich.
Δεν έχω γερμανική υπηκοότητα.
Δεν ταξιδεύω με τρένα.
Ούτε ξεφεύγω από πουθενά.
Αν και τα χέρια μου δεν μου ανήκουν πλέον,
εξακολουθούν να κατέχουν τη θέση τους
με μια ορισμένη αντίσταση στον πόνο,
αλλά καθώς μοιάζω με ένα χαρούμενο κορίτσι
πρέπει να είμαι προσεκτική.
Giselle Lucía Navarro (Alquízar, Cuba, 1995). Escritora y artista visual. Licenciada en Diseño Industrial por la Universidad de La Habana. Ha obtenido diversos premios, en los géneros de poesía, narrativa, literatura para niños y ensayo, entre los que destacan Pinos Nuevos, Edad de Oro, Calendario y el David que otorga la Unión de Escritores y Artistas de Cuba. Ha publicado Contrapeso (Colección Sur, 2019), El circo de los asombros y ¿Qué nombre tiene tu casa? (ambos por Gente Nueva, 2019), Criogenia (Ensemble, Italia, bilingüe, 2021), La Comarca Silvestre (Loynaz, 2021) y La Habana me pide una misa (Extramuros, 2022). Su obra se ha traducido al italiano, inglés, francés, turco, alemán, griego y serbio. Foto de la autora de Gabriel Cisneros Báez.
La composición que ilustra este paisaje de Abisinia fue realizada a partir de una obra del artista español © Juan Carlos Mestre