Vijay Seshadri
Los poemas que ofrecemos de Vijay Seshadri hacen parte de su libro 3 Sections (Minneapolis, Graywolf Press, 2013), libro ganador del Premio Pulitzer de Poesía 2014. Vijay Seshadri es poeta, ensayista y crítico literario; nació en Bangalore, India, en 1954, emigró con sus padres a los Estados Unidos a los cinco años y hoy vive en Brooklyn, Nueva York. Agradecemos la traducción en exclusiva para Abisinia Review del poeta colombiano Miguel Falquez-Certain.
La vida de Salvaje
Me he entusiasmado con él como individuo.
Le conocí en persona, surgiendo de su propia sombra.
En efecto es asombroso.
En efecto hay que señalar acerca de mi amigo Salvaje que
el abandono de las esperanzas no simplemente postergadas
sino brutalizadas por su impracticabilidad
en muy poco afectó su disposición cordial.
Cómo es posible que esta persona de una extracción tan circunstancial
(la madre paralizada por los desengaños; el padre por el licor barato y la oxicodona),
capaz de arruinar su futuro y ennegrecer con una helada intempestiva los capullos
de esas ambiciones justamente entusiasmadas
con las facultades, los atractivos y los gustos ostensibles,
a pesar de todo pueda manifestar
discernimiento no inferior al de aquellos considerados sabios,
solidariamente prudentes e irreprochables, es motivo de una admiración
que ni el cinismo puede mancillar ni la incredulidad menoscabar.
Múltiples ingresos en correccionales, robos de autos a los quince,
aspirando líneas de Adderall, sus fosas nasales manchadas de azul,
expulsado, readmitido, vuelto a expulsar,
arrestado, liberado condicionalmente, vuelto a arrestar,
esforzándose por alcanzar ese objeto brillante que cayó detrás de la reja,
tentador, apenas fuera de su alcance,
encontrando la fe para perderla luego
piensa, mientras recoge con el rastrillo las hojas del árbol de tilo
fuera de la casa de campo subarrendada,
que comer, dormir, morir son de lo que se trata,
de nada más, tal vez algunas puestas de sol,
olvidarse del sexo.
Life of Savage
I’ve been excited about him as an individual.
I’ve met him as a person, emerging from his own shadow.
Indeed it is remarkable.
Indeed it is to be remarked of my friend Savage that
the desolation of hopes not merely deferred
but by impracticability brutalized
little marred his genial spirit.
How such a one, so circumstanced by parentage—
the mother crippled by disappointment; the father by rotgut and Percodan—
as to blight his prospects, and blacken with untimely frost the buds
of those ambitions justly excited
by manifest powers, graces, and propensities,
should nonetheless display
discrimination not inferior to those we deem wise,
sympathy judicious and above reproach,
is cause for a wonder neither cynicism can besmirch nor incredulity subvert.
In and out of juvy, jacking cars at fifteen,
snorting lines of Adderall, his nostrils stained blue,
kicked out, taken back, kicked out,
busted, paroled, busted again,
straining to reach the shiny object fallen through the grate,
tantalizing, just beyond his fingers,
finding and losing God,
thinking as he rakes the leaves of the linden tree
outside the sublet bungalow
that eating, sleeping, dying are what it’s all about,
nothing else, maybe a few sunsets,
forget about sex.
Visita a París
Hablaban en la antecocina.
Debían vender la vega para pagar por sus derroches;
después, tenían que deshacerse del bosque por el río,
con sus riberas y troncos enmarañados surgiendo a trompicones del agua;
y luego de la casa de campo donde hablaban:
todo lo que quedaba de una hacienda que alguna vez fue tan extensa
que un hombre cabalgando raudo en un caballo veloz
no podía atravesarla en un día. Geneviève. Hortense. Mémé.
El benjamín de la familia, cuyo desvaído nombre aparece inscrito en la lista
del Campo del paño de oro. Como en el fresco de la Virgen,
donde el cobre en el pigmento se oxida dejando una fina cicatriz verde
a lo largo de una costura de Su túnica roja,
una sospecha mutua surcando sus
consanguíneos y apartados rostros.
¿Para qué ir a ningún otro lado en absoluto cuando llueve de esta forma,
cuando los árboles están desaliñados y encapotados
y el pie se hunde hasta el tobillo en la senda fangosa?
No me quedé hasta el final de la conversación.
Me requerían en París. París, alucinada por mi grandeza
y fascinada por mi alborotadiza manera de ser,
me esperaba con sus brazos abiertos.
Visiting Paris
They were in the scullery talking.
The meadow had to be sold to pay their riotous expenses;
then the woods by the river,
with its tangled banks and snags elbowing out of the water,
had to go; and then the summer house where they talked—
all that was left of an estate once so big
a man riding fast on a fast horse
couldn’t cross it in a day. Genevieve. Hortense. Mémé.
The family’s last born, whose pale name is inscribed on the rolls
of the Field of the Cloth of Gold. As in the fresco of the Virgin,
where the copper in the pigment oxidizes to trace a thin green cicatrix
along a seam of Her red tunic,
a suspicion of one another furrowed their
consanguine, averted faces.
Why go anywhere at all when it rains like this,
when the trees are sloppy and hooded
and the foot sinks to the ankle in the muddy lane?
I didn’t stay for the end of the conversation.
I was wanted in Paris. Paris, astounded by my splendor
and charmed by my excitable manner,
waited to open its arms to me.
El origen del hombre
Mi imposibilidad de evolucionar me ha causado mucha aflicción recientemente.
No puedo caminar de nudillos sobre hectáreas de vidrio roto en las calles.
Me pierdo en los pórticos. Los pies me hieden en los saraos.
Nivelaron las colinas de donde me llegaba ayuda.
Los centros de reinserción social donde me reunía con mi gente
soñando con luces intermitentes en el bosque
no sé por qué han sido clausurados.
“Intente”, me dicen las personas bondadosas que me traen mis alimentos,
“hacer de su secreta congoja su arma secreta.
De lo contrario, su inmortalidad será
una exposición en una vitrina del museo local, una lámina en un libro”.
Pero no lo logro. Las pesadas instrucciones se me caen de las manos.
¡El ser humano tarda tanto tiempo en volverse humano!
Espanta a las civilizaciones con su grito. Al acercarse,
las montañas se repliegan. Un vendaval se cuela en la fiesta al aire libre.
No manipule individualmente su consumación ni su desesperanza
sino simultáneamente como legras
y separe las fibrosas membranas negras como el azabache
para develar la figura dibujada debajo del mural del tiempo,
posada sobre el bosquejo de un peñasco debajo
de su arqueada alborada, de su taciturno y decepcionado ocaso.
The Descent of Man
My failure to evolve has been causing me a lot of grief lately.
I can’t walk on my knuckles through the acres of shattered glass in the streets.
I get lost in the arcades. My feet stink at the soirees.
The hills have been bulldozed from whence cameth my help.
The halfway houses where I met my kind dreaming of flickering lights in the woods
are shuttered I don’t know why.
“Try,” say the good people who bring me my food,
“to make your secret anguish your secret weapon.
Otherwise, your immortality will be
an exhibit in a vitrine at the local museum, a picture in a book.”
But I can’t get the hang of it. The heavy instructions fall from my hands.
It takes so long for the human to become a human!
He affrights civilizations with his cry. At his approach,
the mountains retreat. A great wind crashes the garden party.
Manipulate singly neither his consummation nor his despair
but the two together like curettes
and peel back the pitch-black integuments
to discover the penciled-in figure on the painted-over mural of time,
sitting on the sketch of a boulder below
his aching sunrise, his moody, disappointed sunset.
Traducidos al castellano por Miguel Falquez-Certain.
De 3 Sections (Minneapolis: Graywolf Press, 2013)
Vijay Seshadri, poeta, ensayista y crítico literario, nació en Bangalore (India) en 1954, emigró con sus padres a los Estados Unidos a los cinco años y hoy vive en Brooklyn, Nueva York. En 2014, obtuvo el Premio Pulitzer de poesía, por su libro 3 Sections. Se crió en Columbus (Ohio), donde su padre enseñaba química en Ohio State University. Seshadri se desempeñó como jefe de redacción de The New Yorker, así como de ensayista y crítico literario de The New York Times Book Review, The Threepenny Review y The American Scholar, entre otros. Recibió becas de The New York Foundation for the Arts, The National Endowment for the Arts y The John Simon Guggenheim Memorial Foundation. En su calidad de profesor y catedrático de los programas de creación literaria de licenciatura y maestría en Sarah Lawrence College, ha dictado cursos dedicados al ensayo, a la forma y emoción de la prosa ensayística, a la narrativa racional e irracional y a la persuasión narrativa.
Obtuvo el premio James Laughlin de The Academy of American Poets (por “The Long Meadow”) y el premio Bernard F. Conners de The Paris Review para poemas de largo aliento. Es autor de cuatro poemarios.
Nació en Barranquilla, Colombia, en 1948. En poeta, cuentista, novelista, ensayista y crítico literario. Es Licenciado en literaturas hispánica y francesa en Hunter College y cursó estudios de doctorado en literatura comparada en New York University. Su obra poética, dramática y narrativa ha sido distinguida con numerosos galardones y ha sido incluida en numerosas antologías. Ha publicado una veintena de libros. Su último libro de poesía publicado se titula Hipótesis del sueño. Antología personal (Nueva York, 2019). En octubre 2020, Escarabajo Editorial de Bogotá publicó su novela La fugacidad del instante. Vive en Nueva York desde hace más de cuarenta años y se desempeña como traductor en cinco idiomas desde 1980.
La composición que ilustra este paisaje de Abisinia fue realizada a partir de:
Hombre de raíces y barro
Escultura
de © Jorge Lopez