Fernando Pessoa / Alberto Caeiro
Abisinia Editorial comparte en Colombia y Argentina una colección de poesía dedicada exclusivamente a la lengua portuguesa, y la ha dado en bautizar con el nombre de la prestigiosa artista plástica Graça Morais. «Homenaje a la lengua y la pintura portuguesa».
…..La pintora Graça Morais se ha mostrado sorprendida y halagada por dicho homenaje y se ha comprometido a aportar sus obras para que sean las ilustraciones de las portadas de dicha colección, convirtiendo estas novedades en objetos artísticos que abrazan con armonía y lujo la palabra y el color.
…..La dirección de la colección está a cargo de la experimentada poeta y traductora Lauren Mendinueta, quien reside hace más de una década en Lisboa.
…..Esta vez en la Colección de Poesía Graça Morais publicamos «El cuidador de rebaños / El pastor amoroso» de Fernando Pessoa / Alberto Caeiro, primer tomo bilingüe portugués-español de la poesía completa de Caeiro traducido por Miguel Falquez-Certain.
…..El volumen, reúne un conjunto de poemas que Pessoa consideró «muy indecentes y, por lo tanto, impublicables en Inglaterra», en palabras de la directora de la colección Lauren Mendinueta «puede ser considerado precursor de la llamada literatura queer».
…..La Colección de Poesía Graça Morais es posible gracias al apoyo a la traducción de La DGLAB / Cultura y Camões, IP – Portugal
I
Nunca cuidé rebaños,
pero es como si los cuidara…
Mi alma es como un pastor,
conoce el viento y el sol
y camina de la mano de las Estaciones
para seguir y mirar.
Toda la paz de la naturaleza sin gente
viene a sentarse a mi lado…
Pero estoy triste como un atardecer
para nuestra imaginación,
cuando lo vemos terminar ahí en la distancia
y se siente la llegada de la noche
como una mariposa por la ventana.
Pero mi tristeza es sosiego
porque es natural y justa
y es lo que debe estar en el alma
cuando ya piensa que existe
y las manos cogen flores inadvertidamente.
Con un ruido de cencerros
más allá de la curva del camino,
mis pensamientos están alegres.
Sólo tengo pena de saber que están alegres,
porque, si no lo supiese,
en lugar de sentirse alegres y tristes,
estarían alegres y contentos.
Pensar incomoda como caminar bajo la lluvia
cuando el viento aumenta y parece que llueve más.
No tengo ambiciones ni deseos.
Ser poeta no es una de mis ambiciones.
Es mi manera de estar solo.
Y si algunas veces deseo
en mi imaginación ser un corderito
(o ser todo el rebaño
para andar disperso por toda la ladera
y ser muchas cosas felices al mismo tiempo),
es sólo porque siento lo que escribo al atardecer,
o cuando una nube pasa la mano sobre la luz
y corre un silencio por toda la hierba.
Cuando me siento a escribir versos
o, paseando por los caminos o por los atajos,
escribo versos en un papel que tengo en mi pensamiento,
siento un cayado en las manos
y veo mi silueta
en la cima de una colina,
mirando mi rebaño y viendo mis ideas,
o mirando a mis ideas y viendo a mi rebaño,
y sonriendo ligeramente como quién no entiende lo
que se dice
y quiere fingir que comprende.
Saludo a todos los que me leyeren,
quitándome ante ellos el sombrero de ala ancha
al verme junto a mi puerta
cuando la carroza alcanza la cima de la colina.
Les saludo y les deseo sol,
y lluvia, cuando la lluvia sea necesaria,
y que sus casas tengan
al pie de una ventana abierta
una silla predilecta
donde se sienten, leyendo mis versos.
Y al leer mis versos piensen
que soy cualquier cosa natural —
por ejemplo, un viejo árbol
en cuya sombra cuando niños
se sentaban con un estrépito, cansados de jugar
y se limpiaban el sudor de la frente caliente
con la manga del babero con rayas.
I
Eu nunca guardei rebanhos,
Mas é como se os guardasse…
Minha alma é como um pastor,
Conhece o vento e o sol
E anda pela mão das Estações
A seguir e a olhar.
Toda a paz da Natureza sem gente
Vem sentar-se a meu lado…
Mas eu fico triste como um pôr de sol
Para a nossa imaginação,
Quando se vê acabar lá ao longe
E se sente a noite já entrada
Como uma borboleta pela janela.
Mas a minha tristeza é sossego
Porque é natural e justa
E é o que deve estar na alma
Quando já pensa que existe
E as mãos colhem flores sem ela dar por isso.
Como um ruído de chocalhos
Para além da curva da estrada,
Os meus pensamentos são contentes.
Só tenho pena de saber que eles são contentes,
Porque, se o não soubesse,
Em vez de serem contentes e tristes,
Seriam alegres e contentes.
Pensar incomoda como andar à chuva
Quando o vento cresce e parece que chove mais.
Não tenho ambições nem desejos.
Ser poeta não é uma ambição minha.
É a minha maneira de estar sozinho.
E se desejo às vezes,
Por imaginar, ser cordeirinho
(Ou ser o rebanho todo
Para andar espalhado por toda a encosta
A ser muita cousa feliz ao mesmo tempo),
É só porque sinto o que escrevo ao pôr do sol,
Ou quando uma nuvem passa a mão por cima da luz
E corre um silêncio pela erva fora.
Quando me sento a escrever versos
Ou, passeando pelos caminhos ou pelos atalhos,
Escrevo versos num papel que está no meu pensamento,
Sinto um cajado nas mãos
E vejo um recorte de mim
No cimo dum outeiro,
Olhando para o meu rebanho e vendo as minhas ideias,
Ou olhando para as minhas ideias e vendo o meu rebanho,
E sorrindo vagamente como quem não compreende o
que se diz
E quer fingir que compreende.
Saúdo todos os que me lerem,
Tirando-lhes o chapéu largo
Quando me veem à minha porta
Mal a diligência levanta no cimo do outeiro.
Saúdo-os e desejo-lhes sol,
E chuva, quando a chuva é precisa,
E que as suas casas tenham
Ao pé duma janela aberta
Uma cadeira predileta
Onde se sentem, lendo os meus versos.
E ao lerem os meus versos pensem
Que sou qualquer cousa natural —
Por exemplo, a árvore antiga
À sombra da qual quando crianças
Se sentavam com um baque, cansados de brincar,
E limpavam o suor da testa quente
Com a manga do bibe riscado.
II
Todo lo que veo es nítido como un girasol.
Tengo la costumbre de caminar por los caminos
mirando a derecha e izquierda
y ocasionalmente mirando hacia atrás…
Y lo que veo a cada momento
es lo que nunca antes había visto
y yo sé darme cuenta de esas cosas…
Sé tener el asombro
que tendría un niño, si al nacer,
reparase en que de veras naciera…
Me siento nacido en cada momento
para la perpetua novedad del mundo…
Creo en el mundo como en una margarita,
porque lo veo. Pero no pienso en él
porque pensar es no entender…
El mundo no se hizo para que pensemos en él
(pensar es estar enfermo de los ojos)
sino para que lo mirásemos y estuviésemos de acuerdo…
Yo no tengo filosofía: tengo sentidos…
Si hablo de la naturaleza no es porque sepa lo que es,
sino porque la quiero y la quiero por eso,
porque quien quiere nunca sabe lo que quiere
ni sabe por qué quiere, ni lo que es querer…
Amar es la primera inocencia
y toda la inocencia es no pensar…
II
Tudo que vejo está nítido como um girassol.
Tenho o costume de andar pelas estradas
Olhando para a direita e para a esquerda,
E de vez em quando olhando para trás…
E o que vejo a cada momento
É aquilo que nunca antes eu tinha visto,
E eu sei dar por isso muito bem…
Sei ter o pasmo comigo
Que teria uma criança se, ao nascer,
Reparasse que nascera deveras…
Sinto-me nascido a cada momento
Para a completa novidade do mundo…
Creio no mundo como num malmequer,
Porque o vejo. Mas não penso nele
Porque pensar é não compreender…
O mundo não se fez para pensarmos nele
(Pensar é estar doente dos olhos)
Mas para olharmos para ele e estarmos de acordo…
Eu não tenho filosofia: tenho sentidos…
Se falo na Natureza não é porque saiba o que ela é,
Mas porque a amo, e amo-a por isso,
Porque quem ama nunca sabe o que ama
Nem sabe porque ama, nem o que é amar…
Amar é a primeira inocência,
E toda a inocência é não pensar…
III
Al atardecer, asomado por la ventana
y sabiendo por encima de los ojos que hay campos pordelante,
leo hasta que me arden los ojos
el Libro de Cesário Verde.
¡Cuánta lástima siento por él! Él era un campesino
que deambulaba, preso en libertad, por la ciudad.
Pero la manera en que miraba las casas
y la manera en que observaba las calles
y la forma en que encontraba a las personas,
es como la de quien mira a los árboles
y la de quien baja la mirada y observa la vía por dondecamina
y ve que está detallando las flores que hay en los campos…
Por eso sentía esa gran tristeza
que nunca dijo él del todo que tenía,
sino que caminaba por la ciudad como quien no camina
por el campo
y triste como aplastar flores en libros
y poner plantas en jarras…
Él fue así y lo que él dijo
fue un punto de vista, mas con tristeza.
III
Ao entardecer, debruçado pela janela,
E sabendo por cima dos olhos que há campos emfrente,
Leio até me arderem os olhos
O Livro de Cesário Verde.
Que pena que tenho dele! Ele era um camponês
Que andava preso em liberdade pela cidade.
Mas o modo como olhava para as casas,
E o modo como reparava nas ruas,
E a maneira como dava pelas pessoas,
É o de quem olha para árvores,
E de quem desce os olhos pela estrada por onde vaiandando
E vê que está a reparar nas flores que há pelos campos…
Por isso ele tinha aquela grande tristeza
Que ele nunca disse bem que tinha,
Mas andava na cidade como quem não andano campo
E triste como esmagar flores em livros
E pôr plantas em jarras…
Assim ele foi, e o que ele disse
Foi ponto de vista, mas com tristeza.
Fernando Antonio Nogueira Pessoa. Lisboa, 1888-1935. Fue un poeta, escritor, crítico literario, dramaturgo, ensayista, editor y filósofo portugués, considerado como una de las figuras literarias más importantes del siglo XX. También tradujo y escribió en inglés y francés. Perdió a su padre a los cinco años. Dos años más tarde, su madre volvió a casarse con el cónsul portugués en Durban, Sudáfrica, donde Pessoa se educó en la lengua inglesa. En 1905 regresó solo a Lisboa. Estudió fugazmente letras y comenzó a ganarse la vida como empleado de oficina. Fundó varias revistas literarias. Su obra se define por el desdoblamiento en varios poetas inventados o «heterónimos», con biografías, ideas y estilos diversos, como los poetas Alberto Caeiro, Alvaro de Campos, Ricardo Reis, Alexander Search y Bernardo Soares. En 1934 apareció Mensagem, único libro que publicó en vida. Minado por el alcohol, Pessoa murió al año siguiente.
La composición que ilustra este paisaje de Abisinia fue realizada a partir de una obra del poeta, ensayista, cronista y artista plástico venezolano Leonardo Gustavo Ruiz ©