Carolina Bustos Beltrán
Poemas llenos de ternura y sutileza que nos descubren un mundo femenino generoso y a la vez profundo. Compartimos cinco poemas en edición bilingüe español-portugués de «Estación tropical y otros poemas sinuosos / Estação tropical e outros poemas sinuosos» (Bogotá, 2020) de la poeta colombiana Carolina Bustos Beltrán. Agradecemos la traducción al portugués de Sandra Santos.
Mujer árbol
Ella, árbol femenino, seno pulposo, sagrado alimento.
Ella, sombra buena y fresca, brisilla veraniega,
oxígeno furtivo donde respiro contigo.
Nada ha cambiado a pesar de que desnudarse es sinónimo de otoño.
El follaje se extingue, las ramas desoladas dejan caer el fruto podrido al precipicio,
persiste la raíz endémica en su propósito de proveer.
Ella, árbol mujer, tronco robusto donde tartamudean golondrinas morosas.
Ella, nombrada en macho sustenta y nutre en primavera,
suelo fértil donde renazco contigo.
Ella, a veces triste y melancólica.
Sin frutas, sin hojas, sin ramas, con la corteza agrietada
quiere que la nombren sin artículo.
Mujer árbol, territorio de paz
donde las voces desesperadas se apacigüen
y la guerra sea la sombra del último invierno.
Mulher árvore
Ela, árvore feminina, seio pulposo, alimento sagrado.
Ela, sombra boa e fresca, brisa estival,
oxigénio furtivo que respiro contigo.
Nada mudou embora desnudar-se seja sinónimo de outono.
A folhagem extingue-se, os ramos desolados deixam cair o fruto podre ao precipício,
persiste a raiz endémica no seu propósito de prover.
Ela, árvore mulher, tronco robusto onde balbuciam andorinhas morosas.
Ela, nomeada macho sustenta e nutre na primavera,
solo fértil onde renasço contigo.
Ela, por vezes triste e melancólica.
Sem frutas, sem folhas, sem ramos, com a crosta gretada
quer que a nomeiem sem artigo.
Mulher árvore, território de paz
onde as vozes desesperadas se apaziguem
e a guerra seja a sombra do último inverno.
Niña guajira, lluvia wayú
El trópico agreste parece un jardín árido.
La tierra salada arde y se reseca,
la niña guajira muere de sed.
¡Oh, Lluvia Wayú
que no sé nombrar!
Te regalo mis lágrimas
aburridas de tanto cantar.
Menina guajira, chuva wuayú
O trópico agreste parece um jardim árido.
A terra salgada arde e resseca,
a menina guajira morre de sede.
Oh, Chuva Wayú
que não sei nomear!
Ofereço-te as minhas lágrimas
entediadas de tanto cantar
Libélulas versus mariposas
Libélulas,
no mariposas,
son libélulas,
arden y bailan adentro.
Las pocas mariposas, después de la lucha por sobrevivir, emigraron.
Eran ellas con sus faldas aladas queriendo
partirse en dos o en tres para no extinguirse.
Pero los pueblos van, vienen y desaparecen.
Así se fueron de mi estómago,
huyeron cuando vino la realidad con sus fusiles a terminar con la fiesta.
Despedí a mis mariposas cultivadas por docenas,
inquilinas apreciadas.
Se fueron poco a poco, las sacaron a patadas.
Aún los pueblos desaparecen, vienen y van.
Ahora resulta que son luciérnagas
juveniles radiosas e hilarantes;
se toman el territorio del plexo solar
seguras de que dominarán por siglos su imperio que es mi ser.
Hacen música, tocan varios instrumentos;
dicen que ahuyentan cualquier rastro de intrusas,
a cuenta de que el pasado sea arrasado por la cercana memoria.
Intento recordar;
la dificultad achaca por su excesivo aleteo.
Hace unos días, la última mariposa fue dejada en libertad,
se marchó sin mirar atrás.
Ellas se apoderaron con destreza del cielo.
Burdas y sin pericia, nace una después de la otra entre coito y júbilo.
No son mis preferidas, pero he aprendido con sus destellos.
Los pueblos desaparecen, vienen y van.
Luciérnagas incendiarias.
Libélulas versus barboletas
Libélulas,
não borboletas,
são libélulas,
ardem e bailam adentro.
As poucas borboletas, depois da luta para sobreviver, emigraram.
Eram elas com as suas saias aladas que queriam
partir-se em dois ou em três para não se extinguir.
Mas os povos vão, vêm e desaparecem.
Assim desapareceram do meu estômago,
fugiram quando a realidade se impôs com as suas balas e acabou com a festa.
Expulsei as minhas borboletas cultivadas há uma dúzia de anos,
inquilinas apreciadas.
Desapareceram pouco a pouco, expulsaram-nas a pontapés.
Mesmo assim, os povos desaparecem, vêm e vão.
Agora acontece que são pirilampos
jovens radiosos e hilariantes;
invadem o território do plexo solar
confiantes de que dominarão por séculos o seu império que é o meu ser.
Fazem música, tocam vários instrumentos;
dizem que afugentam qualquer rasto de intrusos,
supondo que o passado seja arrasado pela recente memória.
Tento recordar;
a dificuldade deve-se à sua excessiva agitação.
Há uns dias, a última borboleta foi libertada,
voou sem olhar para trás.
Eles apoderaram-se com destreza do céu.
Toscos e sem perícia, nasce um após o outro entre o coito e o júbilo.
Não são os meus preferidos, mas aprendi com o seu clarão.
Os povos desaparecem, vêm e vão.
Pirilampos incendiários.
No baby, gracias,
esto no es Disneylandia,
Toxy apesta a lacrimógenos y
las bombas caen,
las veo.
Hay cuerpos desaparecidos,
la TV es una lluvia de líneas verticales con un ruido intenso.
No baby, gracias,
mi útero está seco y triste,
no he ido a limpiarlo con antibiótico.
He llevado la ilusión adentro,
la penúltima se ahorcó y
la última fue un falso presentimiento con tu rostro.
No baby, gracias,
esta soy yo,
sin disfraz ni careta de carnaval.
Con este cuerpo recorrido por amantes hoscos y débiles;
por señoritos doctos y bien comportados;
por cobardes, egoístas,
bellos de cabellos rubios o negros, hombres sucios o perfumados.
Ninguno se quedó conmigo por ser yo.
No baby, gracias,
pero mi ser no es un Lego,
no vine con instrucciones
ni con pasos para armarme como un mueble de IKEA.
Llegué con el llanto de mi madre,
con el semen de mi padre,
y renací en tu bosque porque encontré oxígeno;
florecí en almendro en tu suelo, mi tronco vibró y de deseo se alimentó.
No baby, gracias,
no tengo piel de Instagram,
ni dientes con filtro,
me gusta la torpeza de mi esencia,
el sabor de mis piernas naranja,
mi cabello con canas,
el color de la sequía.
Me río del pasado,
de mis guerras y derrotas.
Envejezco y crezco.
Renazco y vivo.
No baby, gracias,
no beso y me voy.
Vengo y acaricio
al viento, a la vaga tibia
apaciguándose bajo un cielo puro.
Existí en tu marea,
creí ser de tu agrado en la tormenta.
¿Entonces? ¿Gracias, baby?
Por tu valentía de irte a andar por tu lado.
Detenidos, cada uno en su orilla,
el mar toca sin prisa las rocas;
yo respiro ese sol que soy,
un segundo que pasa lento
y observa la belleza de este instante lúcido,
de transcurrir firme entre el silencio de la evocación de las olas.
Não baby, obrigada
isto não é a Disneyland,
Toxy fede a lacrimogéneos e
as bombas caem,
consigo vê-las.
Há corpos desaparecidos,
a TV é uma chuva de linhas verticais com um ruído intenso.
Não baby, obrigada,
o meu útero está seco e triste,
não o limpei com antibiótico.
Levei a ilusão dentro,
a penúltima enforcou-se e
a última foi um falso pressentimento com o teu rosto.
Não baby, obrigada,
esta sou eu,
sem disfarce nem máscara de carnaval.
Com este corpo percorrido por amantes toscos e fracos;
por senhores doutos e bem comportados;
por cobardes, egoístas,
esbeltos de cabelos loiros ou negros, homens sujos ou perfumados.
Nenhum ficou comigo por ser eu.
Não baby, obrigada,
mas o meu ser não é um Lego,
não vim com instruções
nem com passos para ser montada como um móvel da IKEA.
Cheguei com o choro da minha mãe,
com o sémen do meu pai,
e renasci no teu bosque porque encontrei oxigénio;
floresci em amendoeira no teu solo, o meu tronco vibrou e de desejo se alimentou.
Não baby, obrigada,
não tenho pele de Instagram,
nem dentes com filtro,
gosto da torpeza da minha essência,
do sabor das minhas pernas cor de laranja,
do meu cabelo com brancas,
da cor da seca.
Rio-me do passado,
das minhas guerras e derrotas.
Envelheço e cresço.
Renasço e vivo.
Não baby, obrigada,
não beijo e vou-me embora.
Venho e acaricio
o vento, a onda tíbia
apaziguando-se sob um céu puro.
Existi na tua maré,
achei ser do teu agrado na tempestade.
Então? Obrigada, baby?
Pela tua coragem de ires nessa direcção.
Suspensos, cada um na sua margem,
o mar toca sem pressa nas rochas;
eu respiro esse sol que sou,
um segundo que passa lentamente
e observa a beleza deste instante lúcido,
de passar firme entre o silêncio da evocação das ondas
Traducción al portugués Sandra Santos
De Estación tropical y otros poemas sinuosos / Estação tropical e outros poemas sinuosos
(Nueve editores, Bogotá, Colombia, 2020)
Carolina Bustos Beltrán nació en Bogotá, Colombia, en 1979. Poeta, narradora y docente universitaria. Reside en Francia desde 2003. Es autora de los libros de poesía Polifonías Dispersas (2018) y Estación Tropical y otros poemas sinuosos (2020) y de cuento Sueño Stereo (2014) y (2016). Ha sido galardonada en varias ocasiones en Colombia y España. En 2016, Estación Tropical y otros poemas sinuosos fue finalista del III Premio Internacional de Poesía ‘Pilar Fernández Labrador’, Salamanca, España. Algunos de sus artículos, ensayos, cuentos y poemas han sido publicados en antologías, revistas, fanzines y blogs. Sus poemas han sido traducidos al portugués, al francés, al alemán, al italiano y al chino. Es cofundadora del colectivo artístico Crue Poétique.
La composición que ilustra este post fue realizada a partir de una ilustración de la artista Bruna Mancuso