Fernando Pessoa
Abisinia Review comparte en el presente número la segunda entrega, en edición bilingüe español-portugués de Dispersão, libro constituido por doce poemas, del poeta portugués Mário de Sá Carneiro (1890 – 1816), acompañado de la nota que escribió su amigo y editor Fernando Pessoa meses después de la muerte de Sá Carneiro. Agradecemos la traducción de Emilio Jaramillo y la sugerencia de esta extraña joya para Abisinia Review.
Atque in perpetuum, frater, ave atque vale!
Cat.
Muere joven al que los Dioses aman, es un precepto de la sabiduría antigua. Y por cierto la imaginación, que figura nuevos mundos, y el arte, que en obras los finge; son los signos notables de ese amor divino. No conceden los Dioses esos dones para que seamos felices, sino para que seamos sus pares. Quien ama, ama sólo al igual, porque lo hace igual como al amarlo. Pero, como el hombre no puede ser igual a los Dioses, pues el Destino los separó, no corre hombre ni se alza dios por el amor divino; se queda sólo en dios fingido, enfermo de su ficción.
…….No mueren jóvenes todos a quienes los Dioses aman, si se entiende por muerte terminar lo que constituye la vida. Y como la vida, más allá de la vida misma, la constituye el instinto natural con que se la vive, los Dioses, a los que aman, matan jóvenes en la vida o en el instinto natural con que se vive. Unos mueren; a los otros, sacado el instinto con que viven, les pesa la vida como la muerte, viven la muerte, mueren la vida misma. Y es en la juventud, cuando en ellos desabrocha la flor natal y única, que comienza su muerte vivida.
…….En el héroe, en el santo y en el genio los Dioses se acuerdan de los hombres. El héroe es un hombre como todos, a quien llega por suerte el auxilio divino; no está en él la luz que guía su camino, sol de la gloria o luar de la muerte, y que distingue su rostro del de sus pares. El santo es un hombre bueno al que los Dioses, por misericordia, cegaron, para que no sufriese: ciego, puede creer en el bien, en sí, y en dioses mejores, pues no ve, ni en su propia alma que cuida ni en las cosas inciertas que le rodean, la operación irremediable del capricho de los Dioses, el yugo superior del Destino. Los Dioses son amigos del héroe, se compadecen del santo; sólo al genio, sin embargo, es quien verdaderamente aman. Pero el amor de los Dioses, como por destino no es humano, se revela en aquello en que humanamente no se revela el amor. Si sólo al genio, amándolo, lo tornan su igual, sólo al genio dan, sin querer, la maldición fatal del abrazo de fuego con que le agasajan. Si al que dieron la belleza, atributo sólo suyo, lo castigan con la consciencia de la mortalidad de esta; si al que dieron la ciencia, atributo suyo también, punen con el conocimiento de lo que en ella hay de eterna limitación; ¿qué angustias no harán pesar sobre aquéllos, genios del pensamiento o del arte, a quienes, volviéndolos creadores, dieron su misma esencia? Así al genio cabrá, más allá del dolor por la muerte de la belleza ajena, y de la pesadumbre de conocer la ignorancia universal, el sufrimiento propio, de sentirse par de los Dioses siendo hombre, par de los hombres siendo dios, y exiliado al mismo tiempo en dos tierras.
…….Genio en el arte, no tuvo Sá-Cameiro ni alegría ni felicidad en esta vida. Sólo el arte, que hizo o que sintió, por instantes le consoló. Son así a quienes los Dioses llaman junto a ellos. Ni el amor los quiere, ni la esperanza los busca, ni la gloria los acoge. O mueren jóvenes, o sobreviven a sí mismos, inquilinos de la incomprensión o de la indiferencia. Éste murió joven, porque los Dioses le tuvieron mucho amor.
…….Mas para Sá-Cameiro, genio no sólo del arte sino de la innovación de éste, se juntó, a la indiferencia que circunda a los genios, el escarnio que persigue a los innovadores, profetas, como Casandra, de verdades que todos tienen por mentiras. In qua scribebat, barbara terrafuit. Pero, si la tierra fuera otra, no variaría el destino. Hoy, más que en otro tiempo, cualquier privilegio es un castigo. Hoy, más que nunca, se sufre la propia grandeza. Las plebes de todas clases cubren, como una marea muerta, las ruinas de lo que fue grande y los desiertos cimientos de lo que podría serlo. El circo, más que en Roma que moría, es hoy la vida de todos; sin embargo, extendió sus muros hasta los confines de la tierra. La gloría es de los gladiadores y de los mimos. Decide supremo cualquier soldado bárbaro, que la guardia impuso como emperador. Nada nace grande que no nazca maldito, ni crece noble que no languidezca creciendo. ¡Si así es, que así sea! Los Dioses lo quisieron así.
FERNANDO PESSOA
En “Athena”, nº 2. Lisboa: Nov. 1924
Dispersión
[Segunda parte]
Estatua falsa
Sólo con oro falso mis ojos se doran;
Soy esfinge sin misterio en poniente.
La tristeza de las cosas que no fueron
En mi alma descendió veladamente.
En mi dolor se quiebran espadas de ansia,
Brotes de luz en tinieblas se mezclan.
Las sombras que de mí emanan no perduran;
Como el Ayer, para mí, el Hoy es distancia.
Ya no me estremezco frente a lo secreto;
Nada me sonroja ya, nada me aterra:
La vida corre sobre mí en guerra,
¡Y ni siquiera un temblor de miedo!
Soy estrella ebria que perdió los cielos,
Sirena loca que dejó el mar;
Soy templo sin dios a punto de colapsar,
Estatua falsa erguida aún en el aire…
París, 1913. Mayo 5.
Estátua falsa
Só de ouro falso os meus olhos se douram;
Sou esfinge sem misterio no poente.
A tristeza das coisas que não foram
Na minha’alma desceu veladamente.
Na minha dôr quebram-se espadas de ansia,
Gomos de luz em treva se misturam.
As sombras que eu dimano não perduram,
Como Ontem, para mim, Hoje é distancia.
Já não estremeço em face do segredo;
Nada me aloira já, nada me aterra:
A vida corre sobre mim em guerra,
E nem sequer um arrepio de medo!
Sou estrela ébria que perdeu os ceus,
Sereia louca que deixou o mar;
Sou templo prestes a ruir sem deus,
Estátua falsa ainda erguida ao ar…
Paris 1913—Maio 5.
Casi
Un poco más de sol y habría sido brasa,
Un poco más de azul y habría sido el más allá.
Para lograrlo, me faltó un golpe de alas…
Si al menos yo permaneciese acá…
¿Asombro o paz? En vano… Todo se ha ido
En una bajamar de engañadora espuma:
Y el gran sueño ha despertado en bruma,
El gran sueño ¡Oh, dolor! casi vivido…
Casi el amor, casi el triunfo y la llama,
Casi el principio y el fin, casi la expansión…
Mas en mi alma todo se derrama…
¡Sin embargo nada fue sólo ilusión!
De todo hubo un comienzo… Y todo se perdió…
— Ay, el dolor de casi ser, dolor sin fin…—
He fallado entre los otros, me he fallado a mí,
Ala que quiso elevarse, pero no voló…
Momentos del alma que dejé ir…
Templos donde nunca puse un altar…
Ríos que perdí sin llevarlos al mar…
Anhelos que llegaron y no los seguí…
Si busco en mí, encuentro sólo indicios…
Ojivas al sol, las veo cerradas;
Y manos de héroe, sin fe, acobardadas,
Pusieron barrotes sobre precipicios…
En un ímpetu difuso de quebranto
Todo intenté y nada poseí…
Hoy, de mí, sólo queda el desencanto
De las cosas que besé, pero no viví…
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Un poco más de sol y habría sido brasa,
Un poco más de azul y habría sido más allá.
Para lograrlo, me faltó un golpe de alas…
Si al menos yo permaneciese acá…
París, 1913. Mayo 13.
Quasi
Um pouco mais de sol—eu era brasa,
Um pouco mais de asul—eu era àlem.
Para atingir, faltou-me um golpe d’asa…
Se ao menos eu permanecesse àquem…
Assombro ou paz? Em vão… Tudo esvaído
Num baixo mar enganador d’espuma;
E o grande sonho despertado em bruma,
O grande sonho—ó dôr!—quasi vivido…
Quasi o amor, quasi o triunfo e a chama,
Quasi o principio e o fim—quasi a expansão…
Mas na minh’alma tudo se derrama…
Emtanto nada foi só ilusão!
De tudo houve um começo… e tudo errou…
—Ai a dôr de ser-quasi, dôr sem fim…—
Eu falhei-me entre os mais, falhei em mim,
Asa que se elançou mas não voou…
Momentos d’alma que desbaratei…
Templos aonde nunca pus um altar…
Rios que perdi sem os levar ao mar…
Ansias que foram mas que não fixei…
Se me vagueio, encontro só indicios…
Ogivas para o sol—vejo-as cerradas;
E mãos d’heroi, sem fé, acobardadas,
Poseram grades sobre os precipicios…
Num impeto difuso de quebranto,
Tudo encetei e nada possuí…
Hoje, de mim, só resta o desencanto
Das coisas que beijei mas não vivi…
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Um pouco mais de sol—e fôra brasa,
Um pouco mais de asul—e fora àlem.
Para atingir, faltou-me um golpe d’asa…
Se ao menos eu permanecesse àquem…
Paris 1913—maio 13.
Como no poseo
Miro a mi alrededor. Todos poseen,
Un afecto, una sonrisa o un abrazo.
Sólo en mí los anhelos se diluyen
Y ni siquiera poseo lo que enlazo.
Me roza, de lejos, la teoría
De los espasmos que brotan enrojecidos;
Son éxtasis de color que en mí vibrarían,
¡Pero mi alma se detiene y no los ha sentido!
Quiero sentir. No sé… Me pierdo todo…
No puedo aferrarme ni ser yo:
Me falta egoísmo para ascender al cielo,
Me falta unción para sumergirme en el lodo.
No soy amigo de nadie. Para serlo
Forzoso me sería antes poseer
A quien yo estimase, hombre o mujer,
¡Y yo nunca logro poseer!
Castrado del alma y sin saber fijarme,
Tarde a tarde en mi dolor me hundo…
¿Seré un desterrado de otro mundo
que ni en mi dolor puedo encontrarme?…
Cómo deseo a la que allí va por la calle,
Tan ágil, tan agreste, tan de amor…
Cómo quisiera enredarla desnuda,
¡Beberla en éxtasis de armonía y color!
Deseo errado… Si la tuviera un día,
Sin velo alguno, la carne estilizada
Sobre mi cuerpo jadeando desbordada,
Ni siquiera así ¡Oh, ansia! Yo la tendría…
Yo sólo temblaría agonizante
Sobre su cuerpo de éxtasis dorados,
Si fuese aquellos senos trastornados,
Si fuese aquel sexo aglutinante…
Embistiendo mi amor todo yo me derrumbo,
Y aún destrozado me veo venciendo:
Es que yo sólo tendría, sintiendo y siendo,
Aquello por lo que lucho y no poseo.
París. Mayo 1913.
Como eu não possuo
Olho em volta de mim. Todos possuem—
Um afecto, um sorriso ou um abraço.
Só para mim as ansias se diluem
E não possuo mesmo quando enlaço.
Roça por mim, em longe, a teoria
Dos espasmos golfados ruivamente;
São extases da côr que eu fremiria,
Mas a minh’alma pára e não os sente!
Quero sentir. Não sei… perco-me todo…
Não posso afeiçoar-me nem ser eu:
Falta-me egoismo pra ascender ao ceu,
Falta-me unção pra me afundar no lodo.
Não sou amigo de ninguem. Pra o ser
Forçoso me era antes possuir
Quem eu estimasse—ou homem ou mulher,
E eu não logro nunca possuir!…
Castrado d’alma e sem saber fixar-me,
Tarde a tarde na minha dôr me afundo…
—Serei um emigrado doutro mundo
Que nem na minha dôr posso encontrar-me?…
* * * * *
Como eu desejo a que ali vai na rua,
Tão agil, tão agreste, tão de amor…
Como eu quisera emmaranha-la nua,
Bebê-la em espasmos d’harmonia e côr!…
Desejo errado… Se a tivera um dia,
Toda sem véus, a carne estilisada
Sob o meu corpo arfando transbordada,
Nem mesmo assim—ó ansia!—eu a teria…
Eu vibraria só agonisante
Sobre o seu corpo d’extases dourados,
Se fosse aqueles seios transtornados,
Se fosse aquele sexo aglutinante…
De embate ao meu amor todo me rúo,
E vejo-me em destroço até vencendo:
É que eu teria só, sentindo e sendo
Aquilo que estrebucho e não possuo.
Paris—maio 1913.
Más allá del tedio
Nada me expira ya, nada me vive,
Ni la tristeza, ni las horas bellas.
De no tenerlas y de nunca poseerlas,
Me hartan hasta las cosas que no tuve.
Cómo quisiera, al fin con el alma olvidada,
Dormir en paz en el lecho de un hospital…
Cansado dentro de mí, cansé la vida
De tanto llevarla por una luz irreal.
Otrora imaginé escalar los cielos
A fuerza de ambición y nostalgia,
Y enfermo-de-Nuevo, me hice Dios
En el gran rastro dorado que me ardía.
Partí. Pero regresé luego al dolor,
Pues todo se me derrumbó… Todo era igual:
La quimera, ceñida, era real,
¡La propia maravilla tenía color!
Retumbándome en silencio, la noche oscura
Me bajó así en la caída sin remedio;
Yo mismo me tragué en la profundidad,
Me sequé todo, endurecí de tedio.
Y sólo me queda hoy una alegría:
Es que, de tan iguales y vacíos,
Los instantes que me aletean día a día
Cada vez son más veloces, más baldíos…
París, 1913. Mayo 15.
Alem-tedio
Nada me expira já, nada me vive—
Nem a tristeza nem as horas belas.
De as não ter e de nunca vir a tê-las,
Fartam-me até as coisas que não tive.
Como eu quisera, emfim d’alma esquecida,
Dormir em paz num leito d’hospital…
Cansei dentro de mim, cansei a vida
De tanto a divagar em luz irreal.
Outróra imaginei escalar os ceus
Á força de ambição e nostalgia,
E doente-de-Novo, fui-me Deus
No grande rastro fulvo que me ardia.
Parti. Mas logo regressei á dôr,
Pois tudo me ruíu… Tudo era igual:
A quimera, cingida, era real,
A propria maravilha tinha côr!
Ecoando-me em silencio, a noite escura
Baixou-me assim na queda sem remedio;
Eu proprio me traguei na profundura,
Me sequei todo, endureci de tedio.
E só me resta hoje uma alegria:
É que, de tão iguais e tão vazios,
Os instantes me esvoam dia a dia
Cada vez mais velozes, mais esguios…
Paris 1913—maio 15.
Remolino
Giran dentro de mí,
En remolino, en ovillos,
Milagros, aullidos, castillos,
Horcas de luz, pesadillas,
Altas torres de marfil.
Ascienden hélices, rastros…
Más allá me ciernen soles;
Hay promontorios, faroles,
Se yerguen estatuas de héroes,
Ondean lanzas y masteleros.
Se rayan armadas de color,
Singlan cortejos de luz,
Se derrumban brazos en cruz,
Y un espejo reproduce,
En tinieblas, todo el esplendor.
Cristales retiñen de miedo,
Se precipitan astillazos,
Llueven garras, manchas, lazos…
Planos, grietas y espacios,
Perturban en secreto.
Lunas de oro se embriagan,
Reinas deshojan lirios;
Se contorsionan cirios,
Se traspasan delirios.
Listas de sonido se encaminan…
Se virgulan¹ aspas en voces,
Letras de fuego y puñales;
Hay misas y bacanales,
Ejecuciones capitales,
Regresos, apoteosis.
Silban madejas ondulantes,
Pungen labios aplastados,
Hay cuerpos enmarañados,
Senos mordidos, furiosos,
Sexos muertos de anhelantes…
(Hay inciensos de esponsales,
Hay manos blancas y sagradas,
Hay viejas cartas rasgadas,
Hay pobres cosas guardadas,
Un pañuelo, cintas, dedales…)
Hay yelmos, trofeos, mortajas,
Emanaciones huidizas,
Alusiones, nostalgias,
Ruinas de melodías,
Vértigo, desaciertos y fallas.
Hay vislumbres de no ser,
Crepitan vagamente las neblinas,
Soportan pozos y minas,
Meandros, turberas, quebradas,
Que no oso recorrer…
Hay vacíos, burbujas de aire,
Perfumes de lejanas islas,
Amarras, timones y quillas,
¡Tantas, tantas maravillas
Que no se pueden soñar!…
París. Mayo, 1913.
Rodopio
Volteiam dentro de mim,
Em rodopio, em novelos,
Milagres, uivos, castelos,
Forcas de luz, pesadelos,
Altas torres de marfim.
Ascendem helices, rastros…
Mais longe coam-me soís;
Ha promontorios, farois,
Upam-se estatuas d’herois,
Ondeiam lanças e mastros.
Zebram-se armadas de côr,
Singram cortejos de luz,
Ruem-se braços de cruz,
E um espelho reproduz,
Em treva, todo o esplendor…
Cristais retinem de medo,
Precipitam-se estilhaços,
Chovem garras, manchas, laços…
Planos, quebras e espaços
Vertiginam em segredo.
Luas d’oiro se embebedam,
Rainhas desfolham lirios;
Contorcionam-se cirios,
Enclavinham-se delirios.
Listas de som enveredam…
Virgulam-se aspas em vozes,
Letras de fogo e punhais;
Ha missas e bacanais,
Execuções capitais,
Regressos, apoteoses.
Silvam madeixas ondeantes,
Pungem labios esmagados,
Ha corpos emmaranhados,
Seios mordidos, golfados,
Sexos mortos d’anseantes…
(Ha incenso de esponsais,
Ha mãos brancas e sagradas,
Ha velhas cartas rasgadas,
Ha pobres coisas guardadas—
Um lenço, fitas, dedais…)
Ha elmos, troféus, mortalhas,
Emanações fugidias,
Referencias, nostalgias,
Ruinas de melodias,
Vertigens, erros e falhas.
Ha vislumbres de não-ser,
Rangem, de vago, neblinas;
Fulcram-se poços e minas,
Meandros, pauis, ravinas
Que não ouso percorrer…
Ha vácuos, ha bolhas d’ar,
Perfumes de longes ilhas,
Amarras, lemes e quilhas—
Tantas, tantas maravilhas
Que se não podem sonhar!…
Paris—maio 1913.
La caída
Y yo que soy el rey de toda esta incoherencia,
Yo mismo torbellino, ansío fijarla
Y giro hasta partir… Pero todo me resbala
En bruma y somnolencia.
Si acaso en mis manos queda un pedazo de oro,
Después se vuelve falso… Lo arrojo muy lejos…
Yo muero de desdén frente a un tesoro,
Muero disminuido, de exceso.
Me levanto en el color a fuerza de quebranto,
Extiendo los brazos del alma ¡Y ningún arrebato venzo!
Me cierno en la sombra, en nada me condenso…
Agonías de luz vibro todavía, sin embargo.
No me pude vencer, pero me puedo aplastar,
— Vencer a veces es lo mismo que tumbar —
Y como todavía soy luz, en un gran retroceso,
En furia ideal, asciendo hasta el fin:
Miro desde lo alto el hielo y a él me arremeto…
. . . . . . . . . . . . . . .
Caí…
Y quedo solo ¡aplastado sobre mí!
París, 1913. Mayo 8.
A queda
E eu que sou o rei de toda esta incoerencia,
Eu proprio turbilhão, anseio por fixa-la
E giro até partir… Mas tudo me resvala
Em bruma e sonolencia.
Se acaso em minhas mãos fica um pedaço d’ouro,
Volve-se logo falso… ao longe o arremesso…
Eu morro de desdem em frente dum tesouro,
Morro á mingua, de excesso.
Alteio-me na côr á força de quebranto,
Estendo os braços d’alma—e nem um espasmo venço!…
Peneiro-me na sombra—em nada me condenso…
Agonias de luz eu vibro ainda emtanto.
Não me pude vencer, mas posso-me esmagar,
—Vencer ás vezes é o mesmo que tombar—
E como inda sou luz, num grande retrocesso,
Em raivas ideais, ascendo até ao fim:
Ólho do alto o gelo, ao gelo me arremesso…
. . . . . . . . . . . . . . .
Tombei…
E fico só esmagado sobre mim!…
Paris 1913—maio 8.
- De vírgula (raya pequeña, puede ser una coma o la línea sobre la ñ), en portugués el verbo virgular funciona para puntuar (Poner una vírgula, una coma) y para entrecortar. Se mantiene la palabra por esa doble función.
Fernando Antonio Nogueira Pessoa. Lisboa, 1888-1935. Fue un poeta, escritor, crítico literario, dramaturgo, ensayista, editor y filósofo portugués, considerado como una de las figuras literarias más importantes del siglo XX. También tradujo y escribió en inglés y francés. Perdió a su padre a los cinco años. Dos años más tarde, su madre volvió a casarse con el cónsul portugués en Durban, Sudáfrica, donde Pessoa se educó en la lengua inglesa. En 1905 regresó solo a Lisboa. Estudió fugazmente letras y comenzó a ganarse la vida como empleado de oficina. Fundó varias revistas literarias. Su obra se define por el desdoblamiento en varios poetas inventados o «heterónimos», con biografías, ideas y estilos diversos, como los poetas Alberto Caeiro, Alvaro de Campos, Ricardo Reis, Alexander Search y Bernardo Soares. En 1934 apareció Mensagem, único libro que publicó en vida. Minado por el alcohol, Pessoa murió al año siguiente.
La composición que ilustra este paisaje de Abisinia fue realizada a partir de una obra del poeta, ensayista, cronista y artista plástico venezolano Leonardo Gustavo Ruiz ©