Samuel Vasquez
En su adolescencia Fernando Botero hace ilustraciones para el periódico local “El Colombiano”, con lo que financia sus estudios. Redacta un artículo sobre Picasso que le acarrea la expulsión del Colegio de la Bolivariana, y debe terminar sus estudios en el Liceo de la Universidad de Antioquia.
……Una vez terminados sus estudios secundarios en 1950, viaja a Bogotá en 1951 donde tiene contacto directo con algunos escritores colombianos como Jorge Zalamea y León de Greiff. Ese mismo año, Botero realiza sus dos primeras exposiciones individuales en la galería del fotógrafo Leo Matiz. Soñando con una “comunidad de artistas”, como la que imaginaron Van Gogh y Gauguin, se radica en Tolú (1951- 1952), costa Caribe colombiana, donde se dedica a pintar en la pensión de Isolina García, y paga su estadía con un mural. A su regreso a Bogotá, con el óleo Frente al mar, obtiene el segundo premio en el IX Salón Nacional de Artistas, a sus 20 años. Hay que señalar que el primer premio había sido coaccionado indebidamente en favor de Blanca Sinisterra, sobrina del presidente filo-fascista Laureano Gómez.
Frente al mar, 1952
……En 1952, con el dinero recibido por el premio y con la venta de algunas de sus obras, Botero llega a Europa en el barco italiano «Uso di mare», que sale desde el puerto de Buenaventura en el Pacífico colombiano. Llega a España: primero a Barcelona y luego se establece en Madrid, donde se inscribe en la Real Academia de Arte de San Fernando: “Nunca vi al profesor durante el tiempo que estuve en San Fernando”.
……En 1953 pasa el verano en París con el cineasta Ricardo Iragorri, y luego se muda con él a Florencia. Recibe un fuerte influjo del Renacimiento italiano y estudia especialmente la obra de Piero della Francesca y Paolo Ucello. Se inscribe en la Academia de San Marcos para estudiar pintura al fresco. Botero le comenta a Ana María Escallón, “El primer día, el maestro nos dio instrucciones: “Hay que mezclar una parte de cal con dos de arena, o posiblemente una de cal, una de arena y una de polvo de mármol. Se moja bastante el muro, se prepara el mortero, se aplica y después pinten”. Nunca volvimos a ver al profesor. Yo iba todos los días a la escuela, hacia ejercicios, y cuando había modelo, la dibujaba. Así que en el fondo soy autodidacta. A mí nadie me dijo: “El arte es tal cosa”. Eso fue una suerte, porque me habría tenido que pasar la mitad de la vida olvidándome de cuanto me hubieran dicho.”
……En 1955 regresa a Colombia y hace una exposición en la Biblioteca Nacional con 40 obras pintadas en Europa que evidencian su interés en Ucello.
Sin título, 1954
……A poco de llegar, se interesa en la pintura de Alejandro Obregón que en ese momento ejerce una enorme y vasta influencia en los pintores jóvenes colombianos de ese momento. Para casi todos, sus influencias son evidentes, pero Botero se defiende con vigor: “Quiero ser un pintor original. No consiento con que se me clasifique en ninguna escuela. Picasso, más que pintor, es un excelente comentador del arte antiguo. Alejandro Obregón es bueno, pero le encuentro marcadas influencias de Tamayo. […] estoy encontrando la manera de reemplazar la emoción en lo temático por la emoción del arte puro de la línea, del colorido, de la composición.” (Semana, junio 6 de 1955).
Bodegón rojo, 1955 (110 X 140 cm)
Muchacho con gallo, 1956 (57 X 78 cm)
Obras con marcada influencia obregoniana
……En 1956 viaja a México y se vincula a la Galería Antonio de Souza, la misma donde expone Rufino Tamayo y, por primera vez, tiene contacto directo con su pintura. De él recibe una benéfica influencia colorística, lo que indica que el arte latinoamericano tiene paternidad propia, legitimando una cultura con legados naturales y derechos hereditarios.
Azul ultramar, 1956
Mandolina sobre una silla (en rojo y azul), 1957
FORMAS GEOMÉTRICAS DEL PERIODO MEXICANO
-El dibujo contiene la forma
-La pincelada obedece a los requerimientos de la forma desvaneciendo su factura
-Las formas estáticas están ubicadas en un espacio neutro
-La composición formal y colorística es lo más importante
……(Botero adquiere un sabio aprendizaje en el color de Tamayo)
……Botero toma de aquí y de allá sin pedir permiso. Mira todo y a todos, para verse mejor a sí mismo. De ensayo en ensayo, de cuadro en cuadro, muta las formas y su sintaxis para configurar su mundo paradójico. Quiere la técnica renacentista y barroca, pero ama la gestualidad punzante de la pintura de acción. Pretende la cultura pictórica europea, pero desea el relato de su Medellín andina y gazmoña. De demolición en demolición construye su mundo y, de paso, desmantela el feudo del academicismo regional. Su tierno humorismo abate sin remilgos la hipócrita solemnidad social de los godos satisfechos.
……Es antropófago a la manera de los brasileños. Ya Oswald de Andrade ha escrito el “Manifiesto Antropófago” en 1928, donde define de manera gozosa el ámbito estético de una parte del arte brasileño y americano, enalteciendo la amalgama de los opuestos, y evidenciando la contradicción violenta entre una cultura primitiva (amerindia y africana) y otra latina (europea), que constituyen el cimiento de la cultura brasileña y americana, mediante la transformación de lo salvaje en deglución, digestión y alimento de lo otro por medio de la asimilación armoniosa y espontánea, dando vida a una cultura nueva. El Manifiesto rememora el caso del portugués Pedro Fernandes Sardinha, nacido en Évora en 1496, quien se constituyó, en 1551, en el primer obispo de la diócesis de San Salvador de Bahía y, por tanto, en el primer obispo de Brasil. En 1556, fue capturado y, en un ritual antropofágico, devorado por los indígenas Caetés, que ignoraron sus amenazas de castigo eterno, y lo saborearon con gusto de forma ritual.
……Mientras más camina Botero, más cerca está de su casa. Lo que recoge de otras culturas es lo que le sirve para encender el fuego de su propia fragua. La lengua es tanto medio de comunicación como (igual de importante) testimonio del sabor.
Naturaleza muerta con silla y guitarra, 1957
Bodegón con guitarra, 1958
……En mayo de 1957 Fernando Botero regresa a Bogotá y trae en su equipaje una extensa y estimulante visión del Expresionismo Abstracto estadounidense.
Autorretraro, 1959
……Botero usa la pincelada hiriente, larga y explícita, aprendida en la pintura de acción de De Kooning y Kline.
El niño de Vallecas, 1959
1958- 1963 / período poético
En los años sesenta, ni Carlos Correa ni Débora Arango tenían una presencia viva en Medellín, y los jóvenes no teníamos sobre ellos más que una insignificante información.
……En cambio, Fernando Botero que vivía en New York, tenía una presencia más viva, próxima e influyente para los artistas jóvenes, debido a los sucesivos premios que había obtenido en los recientes Salones Nacionales. La Camera Degli Sposi y La Apoteosis de Ramón Hoyos, eran paradigmas de la pintura colombiana, y muchos pintores de Bogotá imitaban abiertamente el colorido brillante y culto del pintor antioqueño, aspecto que no ha sido evidenciado con suficiencia por la crítica colombiana.
……Apenas ahora, en 2015, Beatriz González le dice Halim Badawi: “Toda esta cosa vermeeriana me empezó a aburrir […] Lo primero que hice fue un grupo de niñas muy boterianas. Cuando expuse en el Museo La Tertulia de Cali, evidentemente la gente dijo que eran boteros. Pero Alfonso Bonilla Aragón escribió un artículo explicando por qué yo no era Botero. Para ser honestos, hasta yo veía que pintaba boteros”.
……Tal vez sin saberlo, Botero practica el antiguo método de las oposiciones de la danza oriental: a su honda cultura del color, opone el liviano humorismo de sus temas; a su práctica pictórica europea, el mundo local de su Medellín natal. Y ese rico y erudito sentido del color se ha mantenido vivo por muchos años.
……Aquellas enormes figuras se echan encima del espectador con una ternura y una dulzura que lo estrujan sin agredirlo, como el “tigre de ternura” de Cansinos Assens. Sin embargo, su placidez impasible es siempre aguijoneada con el gesto flagrante y libre de la pincelada. Esas pinceladas vehementes y palpitantes crean ritmos al interior de las formas mismas, y son animadas con un color dulce aprendido en la Italia de Giotto y sus contemporáneos.
……En 1958, después de vivir en México y dejarse influenciar sabiamente de la fuerza y color de los mejores Tamayos, regresa a Bogotá donde le otorgan el Primer Premio del Salón Nacional por su cuadro La camera degli sposi, una gigantesca versión del retrato de familia de los Gonzaga en su castillo de Mantua, de Andrea Mantegna. Su obra seguía siendo italiana temáticamente, pero en este cuadro Botero enuncia con deliciosa valentía los principios disonantes que van a regir de ahí en adelante su trabajo. Establece resueltamente sus anti-cánones personales.
Camera degli sposi (Homenaje a Mantegna), 1961 (2,32 X 2,60 cm)
……Se ignora dónde se encuentra la primera versión, premiada en el Salón Nacional
……Dice Marta Traba de este cuadro: “Un color iluminado y lleno de fuego que continuamente se limita a dar paso a otro, va estableciendo un contrapunto de gamas violentas contra el fondo que, fuerte y acerado a partir de la izquierda, desciende a verdaderos desvanecimientos líricos a medida que alcanza el lado derecho. Pero ese color cuya vivacidad y energía parece proclamar una flameante independencia dentro del cuadro, está sólidamente esposado a las figuras: su libertad termina en el límite de cada bloque y el bloque, a su vez, permanece ajustado a la firme estructura geométrica de las líneas”
La apoteosis de Ramón Hoyos, 1959, (1.72 por 3.14 metros)
……De la “Apoteosis de Ramón Hoyos dice Botero:
……“Temas como Ramón Hoyos que los críticos han querido asimilar al subdesarrollo, pues yo no creo bien eso. Son temas que a mí me interesan por lo poético. Pero mire lo más interesante de eso es que ese cuadro como concepción es una pintura Pop realmente, y fue pintado en el año 57. ¿Por qué se me ocurrió pintar a Ramón Hoyos? No sé. Era la anti-pintura en ese momento. Créame, nadie pintaba algo así. Nadie podía pensar en un tema así, plásticamente hablando, y créame que se necesitaba coraje. Coraje para hacerlo y gran intuición… Ahora, sobre esa obra pienso, lo dije entonces y lo sigo pensando también sobre la Monalisa pintada en el año 59, lo que pasa es que cuando una obra se vuelve tan famosa, casi deja de ser sólo arte e ingresa en un mundo que está regido más por la publicidad, se le sale de las manos a uno…”
……La pintura de Botero no se constriñe al ubicarla dentro de la Nueva Figuración latinoamericana, que se da desde Argentina con pintores como Luis Felipe Noé, hasta México con José Luis Cuevas. Es, sin duda, uno de los más significativos estilos, común en todo el continente.
……En 1959 hizo una serie de 10 pinturas, en menos de un mes, sobre el Niño de Vallecas
Mona Lisa a los doce años, 1959 (211 X 195 cm)
FORMAS ESTALLADAS de la nueva figuración expresionista de Botero:
– El contorno del dibujo es roto por la explosión de las formas.
– La pincela larga y decidida desdeña el dibujo como límite de la forma, y llena de sensibilidad y expresión la piel de la forma.
– Las formas dinámicas invaden el primer plano atarugando el espacio, que desparece por completo.
– La composición no es formal sino gestual.
– El espacio no es representado, sino que es un plano donde se excitan los colores y se exacerba la gestualidad libre del pincel.
– No se abre una ventana para figurar un espacio hacia atrás, se pinta encima de la tela, del lienzo hacia adelante, hacia el espectador.
……Las obras de Lam, Matta, Tamayo, Negret, Fonseca, Cuevas y el mejor Botero, demuestran con suficiencia que existe un continente plástico de gran significación poética, formal y temática que ha sido menospreciado ciega e injustamente por los centros internacionales del poder económico, informativo y cultural.
……Demostrando su independencia de la pintura que se hacía en Colombia en aquel momento, Fernando Botero declara en 1955:
……“En Colombia los muralistas sufren de mexicanismo. Todos llegan con el afán de efectuar la reforma agraria con un mural; todos tienen un sentido político, pero no un orden estético. En Florencia vi algo diferente. El tema fue para ellos un pretexto poético para sorprendernos luego con su poesía en la sucesión maravillosa de imágenes que hoy, perdida su leyenda y su nombre, permanecen como esencia absoluta de lo impenetrable, de lo metafísico.”
……Aquí no se trata del Drama de la humanidad, sino de la Comedia de una realidad específica, situada. Es una realidad local desmesurada, tratada con el conocimiento profundo de una técnica aprendida en la historia misma del oficio pictórico.
……Anti-académico en lo formal y en lo temático, busca la más honda “academia” en una práctica pictórica fundamentada en el Renacimiento y en el Barroco.
……Botero es el tema regional tratado en lengua culta y precioso oficio, como lo han hecho en Colombia Blas Emilio Atehortúa en la música, Rojas Herazo en la poesía, y García Márquez en la novela.
……La pintura de Botero es una flor exótica que se da en una geografía determinada, con un suelo, un aire y una luz que la hacen reconocible y segregable. Sólo fue aceptada por la crítica internacional cuando la catalogaron peyorativamente de naif, primitivista o ingenua: (Ingenuos llamaban en Roma a los que no nacían esclavos).
……Estos neologismos visuales que propone Botero dificultan una adecuada apreciación por una Crítica y una Curaduría que exaltan el historicismo mirando al pasado, o impulsan vanguardias creyendo salvarse en un futuro de promesas que nadie puede avaluar no constatar, pero que se desentienden del presente que les respira en la cara y puede confrontarles hoy.
……A pesar de sus cultas influencias de la pintura europea y estadounidense, Botero es la ficha más difícil de encajar dentro de la historia del arte occidental porque hace una cosa-otra que no esperaban, y que exige una mirada-otra. De allí el conflicto de la Crítica Internacional para verlo, conocerlo, ubicarlo y homologarlo. Similar resistencia han padecido obras significativas y heterodoxas de talentosos artistas latinoamericanos como Tamayo y Cuevas.
……La aceptación general de las obras de Matta y Lam se debe, más que otra cosa, al apoyo que sin reservas les dio André Breton con su gran peso intelectual en Occidente.
……En 1960 Botero viaja a New York.
Niña, 1962
……En conversación con Botero me decía que la crítica de Estados Unidos lo ignoraba indebidamente. Que John Canaday del New York Times apenas le dedicaba un reglón para reseñar su exposición: “Fernando Botero: sin ningún interés”. Con molestia y humor, no escondía que rechazaban su pintura y que sólo se referían a ella para denostarla:
……[…] Dijeron, por ejemplo, que mis figuras eran fetos de Mussolini con una campesina idiota, y eso me lo decía la revista “News”. “Art Magazine” me trató mejor. Dijo que mi pintura era un monumento a la estupidez. Y estos eran los que hablaban de pintura en relación con mi obra, porque los demás hablaban de las “caricaturas” de Botero. Eran de tal ferocidad los ataques que la gente distinguía mis obras por su misma ferocidad. Y yo manteniendo mi creencia en mí, en mi obra en medio de toda esa tormenta. Y esto tenía una repercusión enorme sobre las ventas. Recuerdo que en mi primera exposición, Allan Stone, un famoso marchand compró cinco cuadros. Al otro día salió la crítica del New York Times que era aplastante, devastadora, y este señor me los devolvió todos. La mitad de la exposición se vendió el primer día y, al terminar la muestra, se habían vendido sólo dos. Todo el mundo inventaba disculpas y me los devolvía.”
……Edward Lucie-Smith, interesado en el arte latinoamericano, y que vino invitado a la Bienal de Medellín de 1970, dice en “Arte Latinoamericano del Siglo XX”, de 1993:.“En la actualidad se está empezando a reconocer que precisamente es esta hibridación la que representa uno de los valores del arte latinoamericano y que se encuentra en las raíces de su vitalidad, originalidad y constante poder de asombro. También se está empezando a comprender que las artes visuales latinoamericanas están más estrechamente relacionadas con su entorno social y político que sus equivalentes europeas y norteamericanas”.
……Sin saberlo, Botero aplica el principio de las oposiciones que la danza oriental usa para obtener mayor capacidad de presencia escénica: construye una mandolina voluminosa y le dibuja una boca pequeña en la caja de resonancia, descubriendo así unas proporciones monumentales, que aplica en adelante a sus bodegones de frutas, jarras e instrumentos. “Un día dibujé una mandolina y por equivocación puse un pequeño punto en lugar de la boca de sonido en el centro de la caja, de inmediato el instrumento dio la sensación de hinchado… de voluminoso”, me dice Botero en una conversación.
……Tiempo después, la difícil tarea será aplicar el mismo procedimiento a la figura humana, lo que le implica múltiples y exhaustivos ensayos para lograrlo. A una cabeza rotunda le coloca una pequeña boca, nariz y ojos: el resultado es satisfactorio: obtiene así la exaltación de la forma que tanto buscaba.
Chica joven
……Botero afirmó en 1967: «Soy una protesta contra la pintura moderna y, sin embargo, utilizo lo que se oculta tras sus espaldas: el juego irónico con todo lo que es absolutamente conocido por todos. Pinto figurativo y realista, pero no en el sentido chato de la fidelidad a la naturaleza. Jamás doy una pincelada que no describa algo real: una boca, una colina, un cántaro, un árbol. Pero la que describo es una realidad encontrada por mí. Podría formularse de este modo: yo describo en una forma realista una realidad no realista».
……Quizás, el fin de su expresionismo de pinceladas libres y enérgicas, y el principio de sus formas cerradas donde la pincelada modela la figura, sea el Obispo Negro, que inaugura, no muy precisamente, su período clásico.
El obispo negro, 1963 (178 X 172 cm)
……Más tarde, al cerrar las formas y alejar las figuras, tiene necesidad de crear un espacio representado donde sus personajes se instalen. Así introduce en su pintura un cubo escénico ambiental, en una regresión de influencias del Expresionismo Abstracto contemporáneo hacia el Renacimiento y su representación perspectivista, dando inicio a su Periodo Clásico. Sin duda alguna, sus obras entre 1958 y 1968 son suficiente razón para que Botero ocupe un lugar destacado en el Arte de América Latina.
1964 – 1968 / período clásico
Ahora Botero lleva las figuras del primerísimo plano a un segundo plano, creándoles un entorno donde se aposentan. Así, construye un cubo escénico si el espacio representado es interior, o crea un paisaje si el lugar destinado es exterior. Y este no es un paisaje realista, este es un paisaje personal muy acorde con las figuras que lo habitan. Este es un paisaje suculento, con árboles y frutas fornidas y saludables.
……Cuando introduce el cubo escénico, la forma se cierra adquiriendo un peso específico que vuelve estática su pintura, y su pincelada pierde gestualidad, interacción y libertad, y entonces atiende sólo a las necesidades de volumen de la forma.
……Y la forma de las imágenes, antes abierta, ahora es cerrada, confiriendo un peso determinado a la figura humana, a los objetos, muebles, animales, árboles, etcétera. Y esta nueva figura reclama unas proporciones que más que heroicas son de colosal dulzura.
……Y cada figura asume una gestualidad impasible: los ojos y la boca no sonríen siquiera un poco. Sólo la Mona Lisa, dada su tradición, se permite una leve sonrisa. Esta ausencia de gestualidad es del tipo Buster Keaton: a pesar de la especificidad de cada situación, de cada relato, aquí se da una comedia de rostros impasibles. Se trata de una no-gestualidad que se repite personaje tras personaje, cuadro tras cuadro.
Picnic en las montañas, 1966 (150 X 180 cm)
……Entonces, la pincelada antes muy dinámica y vehemente se sosiega, atendiendo las necesidades particulares de cada forma y renuncia a su propia expresividad. El gesto de la pincela se aquieta y oculta, y el acabado de la forma se desvanece para ofrecer una superficie lisa en la carne de estas figuras rotundas. Botero ha creado un mundo de monstruos dulces que, en lugar de esconderse como era habitual en ellos, se complacen en mostrarse. No hay que olvidar que la palabra monstruo proviene del latín monstrum, que significa mostrar, y a su vez se relaciona con el verbo monere que significa advertir.
……Muchos no le perdonan a Botero atentar contra el orden regular de la naturaleza, contra la divina taxonomía establecida y normalizada, exaltando en demasía la presencia de sus personajes con características tan exultantes. Pero en un país tan naturalmente desmesurado como el nuestro, ser moderado muchas veces es sinónimo de desentendido, despreocupado, indolente. No hay que olvidar que en épocas míticas los monstruos eran advertencias enviadas por los dioses para que el hombre acomodado y adormecido fuera aguijoneado y despertara. Sin embargo, el hombre del común siempre ha atacado todo aquello que le parece monstruoso, porque cree que atenta contra su seguridad y contra su normalidad. La personal iconografía de Botero resulta ser un claro oxímoron: monstruos dulces y tiernos.
……Entonces la composición ya no es de formas distribuidas en un plano, sino que es una nueva sintaxis de figuras colmadas, de masas dulces, que se encuentran en un ambiente propicio para que estos formidables seres que la habitan, respiren a su antojo. Todo ello construido a través del gran oficio pictórico que siempre lo ha acompañado.
……Si Guadalupe Posada muestra los huesos del mundo popular, Botero presenta (risueño) la rebosante carne de la humanidad burguesa.
……A partir de 1969 empieza su periodo manierista.
Coda /
Fernando Botero fue el primer pintor colombiano que admiramos en nuestra primera adolescencia cuando éramos estudiantes de Arte en la Universidad de Antioquia.
……Conocí a Botero en 1969, cuando hacíamos la Bienal de Medellín, y nuestra primera conversación fue larga y llena de anécdotas sobre su fracaso en New York. Y con mezcla de humor y molestia se refería a John Canaday, crítico de arte del New York Times que le dedicaba apenas un renglón para dictaminar que su obra no interesaba. Botero me recalcaba, “que me dedique un párrafo para decir que soy el peor pintor del mundo… pero no, con medio renglón me despacha: Botero, sin ningún interés”. Y continuaba, “cuando hice mi primera exposición en Estados Unidos, el marchand Allan Stone adquirió cinco pinturas. Al día siguiente apareció una crítica aplastante en el New York Times, y Stone retiró la compra. La mitad de los cuadros se vendieron el primer día, y al final, con disculpas tontas todos, menos dos, me los devolvieron.”
……Mientras tanto en Colombia el periódico El Tiempo titulaba, el 17 de julio de 1961: “Fernando Botero, artista que triunfa en los Estados Unidos”. el mismo Botero envía, de inmediato, una rectificación al periódico aclarando que no había triunfado: “Le agradecería mucho publicar esta carta, ojalá con el título: “Botero NO triunfó en Estados Unidos”, pues no le quiero quitar a otro antioqueño que venga por aquí y se establezca con la pintura, el derecho a ser el primero”.
……Años después le diría a Fausto Panesso: “[…] esos cinco o seis años en Nueva York fueron terribles… Pero ahora me las van a pagar, me las están pagando. […] las revistas de ultravanguardia, que no me podían ni ver, me han dedicado sus carátulas. Hombres como Sam Hunter, que siempre me ignoró escribe sobre mí, sobre mi obra, y mire usted, uno de Medellín, uno de Maracaibo con Palacé…”
……En 1970 envió a la segunda Bienal sus pinturas enrolladas para que nosotros las montáramos en sus bastidores. En mitad de la Bienal, Botero me llamó desde New York a contarme que acababa de firmar un contrato con la Galería Marlborough, por lo que los precios de las obras que estaban en Medellín se duplicaban. Además, me pidió que le devolviera los cuadros al apartamento y no a su estudio para que no entraran en el contrato con la Marlborough.
……Al terminar la exposición desmonté sus lienzos y los enrollé en el tubo en que habían venido, para su devolución. Unos días después recibí una llamada suya para informarme que los cuadros habían llegado en perfecto estado, menos el Bodegón que se había cuarteado un poco. Inmediatamente le pedí que me enviara la cotización del daño ocurrido, porque afortunadamente todo estaba asegurado generosamente por Suramericana de Seguros. Con su hablar tranquilo me respondió que no me preocupara, que no valía la pena, que lo iba a dejar así porque el cuarteado estaba en la pared del cuadro y parecía parte de la pintura misma. Pocos años después vi el Bodegón publicado en un libro con el sutil cuarteado en la pared que, efectivamente, parecía hecho por el propio Botero.
Villagrande, 2022
Samuel Vásquez es co-fundador y curador de la Bienal de Arte de Medellín. Comisario de la Bienal de Pintura de Montevideo. Invitado a inaugurar el Museo de Arte Moderno de Cartagena con teatro, y el Museo de Arte Moderno de Medellín con pintura. Cincuenta Años de Pintura y Escultura en Antioquia, Museo de Arte Moderno. Fundador y director del Taller de Artes de Medellín que congrega Teatro, Música y Artes Plásticas. Algunos de sus premios son: Premio Nacional de Dramaturgia por su obra El sol negro (1992). Premio en el Concurso Internacional de dramaturgia Ciudad de Bogotá, por su obra Raquel, historia de un grito silencioso. Premio de Ensayo Ciudad de Medellín, por su obra El abrazo de la mirada —5 tomos— (2005). El Museo de Antioquia le otorgó una distinción especial «por su labor para el desarrollo del Arte Contemporáneo en la Ciudad» (2007). La Universidad de Antioquia le concede el Premio Nacional de Cultura por Reconocimiento (2011).
La composición que ilustra este paisaje de Abisinia, a manera de homenaje, fue realizada a partir de la obra «El estudio», 1990, del artista © Fernando Botero