Paul Muldoon
Nos complace compartir tres poemas de una de las voces más destacadas de la actual poesía irlandesa. Paul Muldoon ha publicado más de treinta poemarios y ha sido galardonado con el Premio Pulitzer de poesía (2003) y el Premio T. S. Eliot (1994). Agradecemos la traducción en exclusiva para Abisinia Review del poeta Miguel Falquez-Certain.
Cuba
Mi hermana mayor llegó a casa esa mañana
con su vestido de noche de muselina blanca.
“¿Quién diablos te has creído,
corriendo a los bailes prácticamente desnuda?
Como si no tuviéramos bastantes problemas
con el mundo en guerra, si acaso no se está acabando.”
Mi padre daba golpes contra la mesa del desayuno.
“Esos yanquis estaban colgando de un hilo como quien dice. . .
Si hubieras oído a Patton en Armagh. . .
Pero este Kennedy es más o menos irlandés
de modo que no es mucho mejor que nosotros.
Y sólo tenía que dar la orden,
Si algo te preocupa, tal vez sería
mejor que hagas las paces con Dios.”
Podía oír a May al otro lado de la cortina.
“Perdóneme, Padre, porque he pecado.
Una vez dije una mentira, una vez fui desobediente.
Y, Padre, una vez un muchacho me tocó.”
“Dime, hija mía. ¿Te tocó de manera indecente?
¿Te tocó los senos, por ejemplo?”
“Rozó su cuerpo contra el mío, Padre. Muy suavemente.”
Cuba
My eldest sister arrived home that morning
In her white muslin evening dress.
‘Who the hell do you think you are,
Running out to dances in next to nothing?
As though we hadn’t enough bother
With the world at war, if not at an end.’
My father was pounding the breakfast table.
‘Those Yankees were touch and go as it was —
If you’d heard Patton in Armagh —
But this Kennedy’s nearly an Irishman
So he’s not much better than ourselves.
And him with only to say the word,
If you’ve got anything on your mind
Maybe you should make your peace with God.’
I could hear May from beyond the curtain.
‘Bless me, Father, for I have sinned.
I told a lie once, I was disobedient once.
And, Father, a boy touched me once.’
‘Tell me, child. Was this touch immodest?
Did he touch your breast, for example?’
‘He brushed against me, Father. Very gently.’
Domingo de Ramos
Para saber el alcance de los arcos ingleses
en Agincourt o en Crécy,
sólo tenemos que observar los tejos
que, incluso en los cementerios irlandeses,
se inclinan sobre los Fitzwilliams y los de Courcys.
Éstos son las palmeras datileras del Norte.
Crecen donde realmente nada debería hacerlo.
No importa cuántos estén juntos
Nunca forman un bosque.
La tabla de ataúd que sueña con ser árbol
pasa a producir grandes calabazas dulces
como las que otro Cristo podría pisotear.
Hoy es el día para todas las entradas de ese tipo.
Me preguntaba si me transportarías
a un mundo donde todo se sostenga
por sí mismo y que tenga tanta
influencia como yo la tengo sobre ti.
Mi alfombrilla esquelética. Mi alfombra roja y gruesa.
Palm Sunday
To tell the range of the English longbows
At Agincourt, or Crécy,
We need look no further than the yews
That, even in Irish graveyards,
Are bent on Fitzwilliams, and de Courcys.
These are the date-palms of the North.
They grow where nothing really should.
No matter how many are gathered
They never make a wood.
The coffin-board that yearns to be a tree
Goes on to bear no small, sweet gourds
As might be trampled by another Christ.
Today’s the day for all such entrances.
I was wondering if you’d bring me through
To a world where everything stands
For itself, and carries
Just as much weight as me on you.
My scrawny door-mat. My deep, red carpet.
Quoof
Cuántas veces me he llevado nuestra palabra de familia
que significa bolsa de agua caliente
a una cama ajena,
al igual que mi padre cuando hacía malabares
con medio ladrillo candente en un viejo calcetín
en un banco de su infancia.
La he llevado a tantas cabezas hermosas
o colocado entre nosotros como una espada.
Un cuarto de hotel en Manhattan
con una muchacha que a duras penas hablaba inglés,
mi mano sobre su seno
como la huella excepcional y ardiente del yeti
o de alguna otra bestia tímida
que aún no ha sido incorporada al idioma.
Quoof
How often have I carried our family word
For the hot water bottle
To a strange bed,
As my father would juggle a red-hot half-brick
In an old sock
To his childhood settle.
I have taken it into so many lovely heads
Or laid it between us like a sword.
A hotel room in New York City
With a girl who spoke hardly any English,
My hand on her breast
Like the smouldering one-off spoor of the yeti
Or some other shy beast
That has yet to enter the language.
Traducción de Miguel Falquez-Certain
The Penguin Book of Contemporary British Poetry,
Edited by Blake Morrison and Andrew Motion, London: Penguin Books, 1982.
Paul Muldoon nació en Irlanda el 20 de junio de 1951. Ha publicado más de treinta poemarios y ha sido galardonado con el Premio Pulitzer de poesía (2003) y el Premio T. S. Eliot (1994). En la actualidad ocupa dos cátedras en la Universidad de Princeton: profesor de humanidades y director fundador del Centro Lewis para las Artes. Fue, asimismo, profesor de poesía de Oxford (1999-2004) y también se desempeñó de presidente de la Sociedad de poesía (Reino Unido) y de redactor de poesía de la revista The New Yorker. Vive principalmente en Nueva York.
La composición que ilustra este post fue realizada a partir de una ilustración del artista Mark Laguë