Juan Carlos Mestre
Una descarga de renovada y vigorosa electricidad se siente al leer los poemas de Juan Carlos Mestre, quien con poder lingüístico y el deseo de nombrar todo el mundo nos da muestras de la belleza y la miseria del hombre de nuestro tiempo. Compartimos dos poemas de su último libro publicado “museo de la clase obrera” (2018). Juan Carlos Mestre nació en Villafranca del Bierzo, León, en 1957. Es poeta, artista gráfico y autor de varios libros de poesía y ensayo
discusión con wagner
se habló de un gusto artístico hebreo un ataque una defensa sobre la influencia de la pasión en el inconsciente de lo que se repudia
llevo entre las palabras un reloj desarmado y un granero en el que está encerrado un asno
discutí a fondo este asunto con ricardo wagner a propósito de lo judío
a propósito de este asunto contra la fuerza de la imaginación y el invento de la conciencia creativa
la conciencia otra culpa me parece que extendidamente judía he olvidado olvidarme así que aquí estoy señor wagner dispuesto a arruinarle el espectáculo
la crítica de ninguna manera trata de decir lo que no dice sino de buscar el motivo por el que alguna idea ha sido expuesta al riesgo de volver a ser pensada
tenga usted la seguridad de que la fruta prestada al árbol de las razones alimenta con su bendición a las criaturas de silencio
como tras estos fragmentos del párrafo de la violación la muchacha los ojos de su totalidad va a ser arrastrada por los cabellos hasta la cámara nupcial
desde hace mucho tiempo los judíos son judíos gentes del reino de jerusalén considerados enemigos de la religión cristiana y en general conflictivos para las personas demasiado inteligentes
yo soy una persona medianamente inteligente pero me dejaré doblar todos los dedos el día que aparezca el mesías
un enemigo es un enemigo aunque no lo parezca
para nosotros en el terreno de la política del conflicto los judíos son esencialmente una situación
la situación no es lo mismo que el lugar la situación aspira a ser territorio mientras que el lugar solo es una zona de paso hacia la inexistencia de la desgracia
déjese de ideas tipo cielo plomizo y cierre la puerta si no quiere que nos oigan
en particular los judíos nunca fueron felices porque carecieron de territorio y lugar para la humana justicia
a partir de un principio abstracto entraron en juego con el espíritu
a pesar de nuestro esfuerzo a favor de la emancipación
aun cuando la repulsa sea instintiva sé que debo explicarme
como liberal descubrí con facilidad el salto peligroso del pensamiento hacia lo ilícito e inmoral como primer contagio de los que combaten en las nubes
la ferocidad de las ovejas acecha a la hija del boticario y lo que dios quiera no siempre es para cada uno de nosotros lo que dios quiere
el siete sale descalzo al patio de infancia donde la nieve es saciada por el seno solar
e insensiblemente cándidos ante el orden presente la penuria nos conduce al argumento de la dependencia
la actividad de nuestro esfuerzo ante la historia de la miserabilidad todavía no llamada lucha de clases
me llamo ricardo poeta ensayista director de orquesta y moriré en venecia reino de italia vomitando agua salada sobre el último libreto de la turbulencia
el grosero pillaje no me ha hecho rico pero las hadas bajan a orinar con sus perros a las melodías que no han podido pudrir los judíos
la imposibilidad
la imposibilidad de producir arte
la imposibilidad de engendrar hijos se llama luis segundo de baviera es realmente hermoso y tiene dieciocho años
sin un vuelco radical en el gusto artístico del público la sangre de innumerables generaciones no encontrará paz tras la locura
de ningún modo un pentagrama debiera confundirse con un matadero
es lo que ahora vamos a examinar
los judíos son un pequeño trozo de papel repleto de subrayados
el alto precio que la sociedad ha pagado al placer es la música
dios atraviesa los ríos con solo abrir los labios
las hojas que se desprenden de un sueño no tienen tierra sobre la que caer
no es necesario remontarse muy atrás para sentir repugnancia ante la escena del héroe enamorado de un judío
un hombre cuyo aspecto exterior juzgamos impropio para una realización artística
dios puso pan en mi bolsillo dios quitó el pan de mi bolsillo y lo dejó sobre el tejado donde todo se adormece
no solamente en tal o cual personaje sino en general y a causa de su raza
las estrellas como liebres
eso lo escribí en 1850 junto a otras consideraciones sobre el cotorreo intolerablemente confuso producido por el judío sobre nuestro lenguaje
y es precisamente desde ese punto de vista esencial chirridos crujidos zumbidos lloriqueos que se logrará desentrañar las causas de su influencia en la música
el judío habla
habla la lengua de la nación en la que vive
vive en la lengua de la nación en la que habla
pero la habla siempre como un extranjero
la poesía es una lengua extranjera como el olor del mar en los cuadros podridos de un museo
nuestra única meta es poner en evidencia el carácter estético de esos hechos
un infortunado sin patria
a lo sumo un espectador frío que solamente puede repetir e imitar pero no hablar realmente como poeta ni tampoco crear obras de arte
la hierba está cansada de crecer sobre las tumbas de los antepasados pero a un paso de la noche el viento seca las astillas de madera y el hueco de sus corazones vuelve a arder en los astros
lo que nos repugna particularmente es la expresión física del acento la persistencia sorprendente de lo nativo
nuestro oído se ve afectado de manera extraña y desagradable por el sonido agudo y arrastrado de la pronunciación
repite conmigo los árboles en la escuela de lo absoluto las desavenencias químicas la nada hueca del requisito la sémola de las escuelas del silencio las categorías menores la idea insegura las vías férreas los ojos tapados con papel de periódico la casa de apuestas la aurora del panadero los jóvenes ahorcados en los cipreses los dientes blancos el vapor de leche del invierno
una alteración arbitraria e impropia de las palabras
una farfulla confusa e insoportable que nos obliga durante una conversación a prestar más atención a ese cómo desagradable del hablar que a su qué
ya moribundo sigfrido ha descendido a forjar su espada en el corazón caminante de aquel que no conoce el miedo
los pobres no heredarán el mundo
los humildes no entrarán antes ni después en el reino de los cielos
cuando oigo hablar a un judío la ausencia en su discurso de toda expresión puramente humana me hiere
soy un rey enfermo que huye por los bosques incendiados
a mi pesar la fría monotonía de sus farfullas no se eleva en ninguna circunstancia hasta el acento animado de la pasión
soy tan viejo como la cueva y el bosque
soy tan viejo como la cueva y el bosque y la encina y la roca
soy tan viejo como la cueva y el bosque y la encina y la roca y la envidia y la espada
siempre se escabulle
es incapaz de replicar en el mismo tono
jamás intercambia impresiones y solamente lo hace cuando interviene el interés egoísta de su vanidad y de su provecho
mi madre ya está fuera de mí
¿habré de darte ahora mi vida?
me llamo leizer mekler hijo de un pintor de paredes y he escrito: las noches serán verdes con frescas escobas de abedul las mujeres han de barrer las calles comeremos cebollas tiernas abundaran las moscas todos los inválidos todos los perros serán sacados a los parques
bendito seas si impides la tristeza de un hombre
tu lenguaje impide casi completamente expresar sentimientos
el canto es el discurso llevado al más alto grado de la pasión
la música es la lengua de la pasión
en 1813 la poesía en odessa en vilna en leipzig era pan seco
si el judío eleva el tono de su discurso hasta el canto su animación se nos convierte en absolutamente insoportable y logra que al cantar salgamos huyendo
de acuerdo a la naturaleza de las cosas deberíamos negar al judío toda capacidad artística en todos los campos del arte y no solamente en el que tiene por raíz el canto
reposa también ahí dragón sombrío guarda el brillante tesoro en compañía de tu ambicioso enemigo
la sustancia ideal del mundo de las formas que llamamos belleza no ha oído hablar nunca de un escultor judío
de un arquitecto judío
de un pintor judío
de un poeta judío
de un músico judío
el judío es incapaz de revelarse artísticamente
es de noche y los asesinos se acuestan bajo el tilo a escuchar a las amables hermanas de la tórtola
el judío tanto el inculto y grosero como el cultivado y eso lo sabe cualquier cocinero de textos de ópera tiene por único oficio el de obtener ganancias sin un trabajo verdadero
es decir la usura o en su defecto la filantropía
una vez dicho esto los loros repiten las palabras la vida espontánea el lenguaje simiesco
una historia inventada equivale a dos historias reales
el judío jamás poseyó un arte propio en consecuencia tampoco una vida que suministre materia al arte
te escuchan llorar los que no han leído el cantar de los cantares y quienes aun sin salir de la cuna de las ratas ya han clavado sobre la mesa su cuchillo
¿quién no tuvo la ocasión de convencerse de lo absurdo y grotesco del canto religioso en una sinagoga popular?
¿quién no fue embargado por la impresión más repugnante mezclada con horror ridículo al escuchar esos zurridos y gorgoritos ese piar esas farfullas que confunden el sentido y el espíritu y que ninguna caricatura intencional lograría hacer más repulsivo que lo que se muestra allí en toda su seria candidez?
en estos tiempos en que lo espontáneo y no lo reflexionado es precisamente su especialidad
en el almacén me saludan las patatas fiadas y las espinas de los arenques
pero usted es el capitán de un buque fantasma que navega hacia las costas de mortandad último nombre de la decisión
y yo el hombre cuya palidez restaura la pureza primitiva de la nieve en las cumbres de amor
las palabras y las construcciones se mezclan sin orden unas sobre las otras
así también el músico judío enreda las formas y los estilos diferentes de todos los maestros y de todos los tiempos
¿sabes tú de quién aprendí yo a cantar?
del gorrión y del grillo aprendí a cantar
y del humillado y del vencido aprendí a cantar
y del pan negro y del pan blanco aprendí yo a cantar
la pretensión artística rellena la almohada con la peluca de bach
los judíos no han tenido nunca un poeta verdadero
la enfermedad del hastío ceba las ocas antes de la degollación
felix mendelssohn bartholdy es devorado por los gusanos
dije anteriormente que los judíos no habían tenido un poeta
una serpiente en la que las escamas trabajan unidas
en ese tiempo en el que si escribías una letra de más destruías el mundo
en ese tiempo
pongamos por caso ginsberg
: tras el aperitivo del electroshock en el sigmund & lacan museum los strippers de la biblia se derrumban como púgiles sobre los poems of love
: un mozo de almacén almuerza con dostoievski oye fiódor le dice me gusta tu barba
y la deidad al borde de la neurastenia se tapona los oídos con la cera de los creyentes
: un ataúd con rueditas cruza la escena un utilero riega el escenario con aceite
: a un lado está él
ginsberg irvin allen 78 kilos performer de la encarnación y redactor del apocalipsis
primera versión apresurada del manifiesto surrealista
: en el otro lado está ella
bonita pelo castaño falda a cuadros
es su madre sentada en una banqueta metálica durante la sesión de cobalto
fuma tiene náuseas el jardinero le inyecta leche con insecticida
: olvidarás tu nombre tu sombra tu patria tu sexo el evangelio según césar moro aleluya
: resulta difícil soportar la conversación
una casa de planta baja boxeadores con el asa rota y el corazón gastado como un neumático
: el progreso tal como lo concibió mussolini dos ojos por un ojo y dos dientes por un diente
: en efecto señor kantor un ramo de golondrinas muertas cuelga del techo
excusa de un bedel metáforas con overol marengo ideas cuidadosamente embaladas con papel de periódico
: pongamos por caso que cada persona es un voto un manguito que une dos piezas de distinto diámetro
o sea guadañeros entre la cebada los cangrejitos del cáncer ángeles que reparten condones entre quienes ya se han infectado
: dónde
: dónde estará
: dónde estará aquel muchacho de la gabardina negra
ha ido a desmontar su cerebro célula a célula
un poema no es esto ni fue aquello ni será siquiera lo otro
el perro de pergolesi en una vitrina de cornell joseph tímido como una tisana
aleluya
: stabat mater estaba de pie la madre cuando tocaron la puerta los confesos
ardían los aventaban sobre lo erróneo
: hubo un tiempo en que yo tenía dos cabezas
: hubo un tiempo en que toda obra de arte era considerada un chivo expiatorio el rubio de una película mala
: la cruz
la prótesis de la humanidad repintada de titanlux
: sueño con juan bautista que se alimentaba de saltamontes y no era la luz
un wilde enfermo y pobre y viejo absuelto en los lavatorios de petrarca
¿quién eres tú que bautizas a los mudos y desatas la correa de las sandalias?
: soy el cauce de un río seco
: el que dice acuérdate del vacío del aire y del vacío de la tierra
: acuérdate de tu sufrimiento construido como un puzzle
: la concavidad y el rizoma
la estela del cometa halley hecha con pavesas de los sonetos de shakespeare
las codornices duermen en el suelo
las madres desgranan guisantes bajo las lápidas
los vendedores ambulantes compran la lana de los colchones viejos
: restos figuritas de cera de los babilónicos voceadores de diarios curas leñosos enrolados en la barquichuela del tiovivo
: vergüenza dame el nombre aproximado de las cosas zarzamora clava en mi sien tus espinas
: lejos del nido donde la araña entela sus despojos y la cuna del daño se considera un concepto
: por la acera de los impares que lleva al teatro yiddish una sala de ensayo llena de bastidores y cables eléctricos
un saco de trigo lleno de colillas
: por la carrera de san jerónimo que conduce al desolladero de osos del kilómetro cero
: la destrucción del significante la democracia sin libertad
el hueso húmero que usan los carcamales de pisapapeles
amén por el cadáver exquisito y la abeja polinizadora
: dónde
: dónde estará
: dónde estará aquel muchacho de la gabardina negra
ha ido a la nada a aborrecer la totalidad ha ido a la totalidad a abominar de la nada
ha ganado la medalla del club nacional de las artes
se ha vuelto insignificante como las pecas de un huevo
: supongamos un espejo color espejo
y en esa suposición a mateo leví vivo retrato de marx y de los que cabecean en el metro en dirección a las oficinas del subsidio
: la iglesia del penúltino día ha llegado a su día pretérito
canturrea el grillo en el sanatorio del cucurucho
el metrónomo de los clavos de cristo suena en la cuadriculación de las rosas
: notre dame de las iluminaciones cornetillas para la sordera dadme leyes para las habas
: no la reciprocidad de la cicatriz el tiro de gracia la obediencia debida tras la desnaturalización del sujeto
: lo que equivale a la biografía del mundo y la artesanía de las lluvias
un buen manojo de idiotas y pifias de billar
una gavilla de creyentes en proceso de desilusión
la pereza vegetativa un avispero de dedos adormecidos
: la milicia
la cobardía de los que van de caza donde los animales ya han nacido muertos
¡oh! ¡un rinoceronte!
¡oh!
¡un rinoceronte!
una patria de una marca muy buena
: he
visto
a
los
mayores
zoquetes
de
mi
generación
atrincherados
tras
las
escribanías
con los bolsillos
llenos de tocino
y la pilila del tamaño
de una bomba atómica
un palmo
22,86 centímetros
de monstruo
recortando
el césped
disputándose
el esférico
las peores cabezas
de mi generación
desgañitándose
ante el micrófono
como si fuesen
la reencarnación
de un mesías
subiendo al estrado
a recoger el aplauso
de los mosquitas muertas
y del oso hormiguero
coleccionistas de yoyós
timoneles de ciénaga
envueltos para regalo
con la inscripción ¡no tocar
peligro de muerte!
exhaustos de proteínas
estallando de metaesperma
cachalotes de pólvora blanca
gourmets de chatarra fresca
a medio fuego
a cámara lenta
al baño maría
empapuzados de testosterona
vigilantes de una caja fuerte
en el sillón azul de manteca
displicentes hipócritas postizos
hipsters de la gentrificación
en ese boliche de la séptima
donde de madrugada
comías huevos duros
con peter orlosvsky
y ahora revientan
hinchados de mortadela
los príncipes de los sándwiches
memos de corcho macizo
cerebros patentados
antes de salir a flote
tras la raya del pantalón
de los prólogos
: dónde
: dónde estará
: dónde estará aquel muchacho de la gabardina negra
¿entre los noventa mil de whitman con la rueda el aceite el cuero y el martillo?
¿entre los hacinados en el síndrome bajo el montoncito de chispas del metropolitano?
: en la ilación de cuanto te niegas a soñar y en consecuencia dejas de desear
: donde el forense retira la máscara de oxígeno la nodriza escupe al obelisco el niño mata la nieve
: en la consumación de cada pena simbólica
: entre los braceros a salario mínimo las etiquetas textiles el perfume moral de la escoria
: entre los dedos de la delgada tía emily espolvoreando antimosquitos sobre el kugel de fideos
: entre los incorpóreos triturados por las caricias
en los testimonios de angustia sobre el diván de franela
junto a la calabaza que se aceda en el refrigerador
: cuando los motores se gripan
y la lunación de la muerte desmenuza su calcio en la leche
: cuando comienzan a pensar los ojos y el escarabajo del fámulo traduce a góngora al morse
: tras lo eximente del hígado y los permisos de armas
en la embriaguez del minibar vacío
en la buhardilla de la reencarnación del mahatma: ojo por ojo y el mundo acabará ciego
: entre máquinas tragaperras chasis que se oxidan bares hediondos a calamares fritos
por el vomitorio de los estadios
y la desolación de las plazas con estatuas ecuestres repletas de esqueletos de gorriones
: mientras el inoculado por la vehemencia es lavado al amanecer en la morgue
y en las fauces del lobo los marcados con tiza trapichean con bocatas y cervezas tibias
: cuando el baby abre el grifo de la noche en el rabillo del codo
y los carteristas del concepto escuchan a juan perro
: en la 47 a la altura del edison hotel al oeste de broadway donde quedas a almorzar con el ex de ginsberg
omelette lasaña de llantas del tour de francia
: oye muchacho escúchame por un momento
tus textos
parecen obra
de un tractorista
frases en problemas
renglones donde el otoño llega a su fin el río pierde su rostro la tumba te ofrece su pecho
manchas huellas de manos sobre el papel de pared
recapacita cuenta calcula
no llegamos a diez
así que mejor será decir por ti un responso
nos falta uno para rezar el kadish
ese tipo de palabras
que aún beneficia a los muertos
: un ataúd con rueditas cruza la escena un utilero riega el escenario con aceite
: a un lado estás tú
: al otro lado está ella
bonita pelo castaño falda a cuadros
te lleva de la mano a los mítines del círculo de trabajadores
es tu madre la que te repite desde la cuna
: no
: no te involucres
: no te involucres en cosas ridículas
aleluya
aleluya
Juan Carlos Mestre nació en Villafranca del Bierzo, León, en 1957. Es poeta y artista gráfico, es autor de varios libros de poesía y ensayo, como Antífona del Otoño en el Valle del Bierzo (Premio Adonáis, 1985) La poesía ha caído en desgracia (Premio Jaime Gil de Biedma, 1992) o La tumba de Keats (Premio Jaén de Poesía, 1999). Su obra poética ha sido recogida en varias antologías como Historia Natural de la Felicidad (Fondo de Cultura Económica, 2014) o La hora izquierda (Ya lo dijo Casimiro Parker, 2019). Es autor, también, de El universo está en la noche (2006), libro de versiones sobre mitos y leyendas mesoamericanas, y 200 gramos de patacas tristes (2019), su primera obra escrita en idioma gallego. Museo de la clase obrera es su más reciente publicación. El retrato del autor es cortesía del fotógrafo Juan Luis García.
La composición que ilustra este paisaje de Abisinia fue realizada a partir de:
Sin título
Técnica mixta: Pintura acrílica y barro
de © Jorge Lopez