Nikai Igaido
Ciencia de serpientes es un libro que ahonda en la profundidad del ser, tanto en sus rincones más luminosos de la fiesta, como en sus sombras y su destrucción. Hay allí búsqueda y dualidad, lo orgánico es un espejo del mundo espiritual, un puente por el que atravesamos para llegar al otro lado de nosotros mismos, es como decir la noche o el sueño. En el barro converge nacimiento y muerte, danzas del lenguaje a las que Nikai Igaido nos invita con su propio ritmo y su propia mutación. Con esto recuerdo la frase de Nietzsche que decía “Yo sólo podría creer en un dios que supiese bailar». Y es que en este libro la lengua de dios se asoma y palabrea con la continua evocación del rito y la memoria. Estos poemas exploran lo primitivo, lo mítico, lo cruel y lo humano. No hay un rincón del “adentro” en el que no se indague.
Stefhany Rojas Wagner
Nada y fuego
….caían en hidromurias, en salvajes ambonios,
.en sústalos exasperantes…
JULIO CORTÁZAR
I
te recibe una pregunta y eres eso, —sí y no— en la mirada.
te sostienen brazos de mujeres que te arrullan, que se hacen madres y amantes con tu cuerpo:
II
brazos, barro fresco.
en la calle máscaras te preguntan ansiosas, pero tú sabes lo mismo: «Vida»,
y respondes: «tierra», «humedad» y «sexo»,
III
y también «altura», «silencio»,
entre tu cabellera se esconde la muerte de las cosas: Nada.
IV
ellas hacen tu mirada: impulso en el barro no cocido, aún húmedo, y porque llevas su semilla te convocan:
V
a ti, rostro de piedra.
adentro lo que sueña y la madera buscan barro, el beso que fecunda, que deshace arena, que deje a la vista la rosada puerta de boca de bebé o vagina:
VI
y eliges entre la memoria una bestia que persigues en encuentros cotidianos, citas, lavar los platos o dejar sucia la mesa… bestia que te deja respirar si duermes pero siempre está presente cuando hablas:
VII
semilla que irradia placer si toca a otra,
si hace un mapa donde cabe ella misma:
VIII
mitad en tierra,
rostros que al crecer, abriéndose, necesitan todo:
(necesitas todo,
necesitas todo), cumbia, carne, animales.
Vida que te hace blando, no diamante,
barro y viento:
IX
y la culpa no te toca
(aún si te la enseñan,
si te vigilan desde lo alto
y sueñan que eres suyo)
eres un incendio,
y lo disfrutas:
X
si no necesitaras nada serías ahora lo que serás de muerto,
te dice la máscara que te tienta desesperada porque no tiene cuerpo que la sienta.
ella es hambre sin sustancia que aplaza su desvanecer contigo,
(que cultiva paciente los deseos que te brotan):
XI
placer, muerte de amantes:
en tu Madre el toro que enamoró a Pasífae…
en tu cuerpo el minotauro corriendo por las venas:
XII
es la Fiesta,
entran sombras,
rostros que conocen tu vacío y se divierten,
crece su fuego en cada puerta.
te asusta, pero siempre hay alma que quemar
hasta la llama intensa donde serás entre la noche
tu pequeña estrella:
XIII
es la Fiesta
entregas fuego al fuego para destruirlo todo,
excavación de sombra en tu piel el pozo hacia la división del óvulo,
es tuyo el conocimiento completo de lo simple:
las plantas, las ballenas, los pumas y tu abuelo,
XIV
y placer de ser comido para dar la vida,
dejar en ese cuerpo un cuerpo como piel de serpiente que te resumirá y te alargará cuando el Silencio quiera:
XV
por eso duermes, no importa ya quién te vigila, no dejas cerrada la puerta de tu casa.
el enemigo respeta tu ternura, si te mata se transformará en ti, por eso espera.
no importa ya si vivo o muerto en tu ser de ofrenda lo has vencido:
XVI
(sucede en calles, entre negocios, tejas, «buenos días»,
y se incendia mientras roza el ojo la mirada adentro:
así lo saborea el alma, la devoradora que explotará de Nada un día que no llega y siempre es otro).
Nikai Igaido nació en Roldanillo, Colombia. Estudió Literatura en la Universidad Nacional de Colombia, y al terminar fundó el espacio cultural juvenil Casa Abierta en su ciudad natal. En 2010 inicia un viaje con títeres por Latinoamérica y llega en 2011 a Buenos Aires donde vive. Actualmente es instructor de yoga y profesor de filosofía de la India en varios profesorados de yoga; cursa las maestría de Danza Movimiento Terapia en la UNA y Diversidad Cultural en la UNTREF; dirige la editorial artesanal e independiente El ojo de la vaca; y como fotógrafo acompaña movimientos sociales y de danza independiente, en los que ocasionalmente participa como intérprete. Ciencia de serpientes es su segundo libro de poesía publicado.
La composición que ilustra este paisaje de Abisinia fue realizada a partir de la obra «El quebrantacielos y las mariposas».
Técnica: Acrílico sobre lienzo.
Medidas: 40 cm x 30 cm.
Año: 2020.
del artista © Agustín Iriart