VV. AA.
LUNA IMAGINARIA, la nueva colección de libros de bolsillo de la editorial ecuatoriana Ediciones de la Línea Imaginaria, dirigida por la pareja de poetas: Aleyda Quevedo Rojas y Edwin Madrid, presenta este otoño (octubre y noviembre), cuatro nuevos libros disponibles en formato físico y digital.
…..Autores ecuatorianos resistentes al tiempo nos propone leer y redescubrir a cuatro escritores ecuatorianos, cuya obra lírica esencial, constituye un referente dentro de la tradición de las letras del país andino, y un referente en las letras hispanoamericanas. Con un diseño refrescante, lúdico y colorido, el sello acerca a los jóvenes lectores, docentes y universitarios, voces de escritores esenciales de las letras.
..…Ediciones de la Línea Imaginaria ganó este año los fondos de artes literarias para colecciones, que otorga el Instituto de Fomento a la Creatividad y la Innovación, dentro de un concurso público con un jurado internacional. El catálogo de Línea Imaginaria tiene hasta el momento 41 libros impresos y 50 libros digitales en alianza con el Centro Editorial La Castalia, con quienes lideran el catálogo Alfabeto del Mundo.
…..El jueves 9 de noviembre de 2023 a las 19:00, con una gala de poesía conducida por las poetas Lucía Estrada y Aleyda Quevedo Rojas, se presentarán los cuatro libros en formato digital para descargar sin costo. La transmisión será en vivo, desde el canal de YouTube de la Corporación Cultural OTRAPARTE, desde Medellín y Quito.
…..A continuación ofrecemos un abrebocas de estas letras ecuatorianas:
Cuadrilla de Paco Benavides (Carchi, 1964-Berna, Suiza 2003) bellísimo cuarteto de poemas y prosas poéticas, preparado por Víctor Vallejo, quien es economista, bibliotecario, lector y amigo íntimo de Benavides. Especialmente para esta colección, nos lleva por cuatro momentos de la voz iconoclasta de Benavides. Un exquisito poemario que piensa en la lengua y el habla, en el yo amoroso, en su pasión por la tauromaquia y la pintura, otra de sus grandes pasiones. Benavides es un autor de referencia de la poesía contemporánea del país.
El gato negro
(fragmento)
estoy en un bar escribo un poema
mañana es jueves hoy
te veré vestida o desvestida bebo
otro poco de cerveza
en el centro de la ciudad la gente
pasea y vibra
pienso que no estoy del todo mal
almacenando oxígeno/tus ojos son pardos
y hermosos
me gustan los ojos pardos el lunar
incluido en tus gestos/siento placer
al escribir tu poema que más da
¿te gustan los gatos negros?
van gogh se cortó una oreja fue un buen poeta
al buen poeta poe le bebieron
Te traeré al bar ahora y lloverá y daremos
brincos.
mis miradas te esculpen
espantanubes colgando de cables eléctricos
kraken vendrá y no habrá medusas
¿te gustan los gatos negros?
iremos al zoológico
el zoológico no tiene bichos tan comunes
carrol con su sonrisa sin gato
y al mismo tiempo que escribo escribo
una oreja pasea sin dueño/yo
paseo sin ojos sin boca sin orejas
no estoy contigo ni conmigo
¿te gustan los gatos negros?
paredro pinaza arúspice naya carla clíper clerófobo
tuatúa zuindá zurrido ausencia amor enfado tristeza
alegría van gogh fue un buen poeta se cortó
[una oreja
Tanta luz bajo mis párpados de Violeta Luna (Guayaquil, 1943), es una exquisita antología seleccionada y curada por Aleyda Quevedo Rojas, que reúne 40 poemas de varios libros de la maestra Violeta Luna, y 10 poemas inéditos proporcionados por la propia autora para esta edición. El resultado es un libro compacto que profundiza en la fugacidad de lo vivido, el desamor, la soledad, la destrucción de la naturaleza y el paso del tiempo.
Fugacidad
Todo llega y todo pasa.
Los tiempos de ternura
y aquellos de zozobra
suceden y se acaban
y todo es relativo,
ninguna circunstancia es absoluta.
Y los momentos pasan
y nunca más regresan.
Con todo lo que sobra de los días
se forma la existencia
y se arma otro mañana
o se improvisa un gozo,
tal vez una tristeza.
Y todo llega y pasa
así como la lluvia
y luego el arco iris,
o como las arenas refulgentes
que se alzan y se pierden.
Y así llegan instantes
que ya no vuelven nunca,
que como el fuego vivo
crepitan y se apagan.
Pero la vida sigue
y el tiempo continúa.
Y los momentos buenos
hay que saber guardarlos
como se guarda un as bajo la manga.
Adagio en G mayor para una letra difunta de Miguel Donoso Pareja (Guayaquil 1931-2015) fue publicado por primera vez por Ediciones Línea Imaginaria en el 2002, y ese mismo año se alzó con el Premio Nacional de Poesía “Jorge Carrera Andrade”. El libro es un canto épico, como esas sagas escandinavas donde el amor y la lucha por conseguirlo llevan al héroe al sacrificio. Múltiples giros del lenguaje nos llevan por un mar embravecido de erotismo.
I
Lleno de G,
debilitado y solo,
abierto en dos sobre la arena,
el hombre escucha sus mentiras,
oye
Gudrum, Gudrum,
busca su invento,
el olor amarillo de ese templo,
sus piernas desafiantes,
la cintura celeste,
su deslumbrante ojo de dios
burlándose,
el cielorraso azul
de sus caderas,
su mirada burlona,
su impúdica alegría,
la huella ahí,
el testimonio
de su paso.
Todo perecerá,
después de todo,
siente
la desgarradura,
se promete que nunca
pronunciará esa letra desolada.
Se duerme entonces
con suavidad y sueña
en G,
ve que regresa,
habla
sin rodeos,
le dice
que despierte,
que no deje de cantar.
Gudrum, Gudrum
dice la sal
en la Chocolatera,
en los revolcaderos de Mar Bravo,
en el celeste intenso
que lo ahoga.
Calla por eso el hombre y sigue atento
a cada señal de su esplendor,
las huellas lejanas de su olvido,
la conciencia infeliz de que se inventan.
Labios en llamas de Lydia Dávila es un poemario publicado por primera vez en 1932, ha sido recuperado y abrazado por un amplio estudio introductorio de Aleyda Quevedo Rojas, colocándolo como uno de los libros esenciales de la literatura erótica escrita por mujeres en el Ecuador. La irreverencia en el lenguaje, el ejercicio de la libertad y los constantes cuestionamientos a las estructuras caducas de la sociedad ecuatoriana de los 30, convierten a este texto en una lectura de culto.
Yo, Lydia
Yo, Lydia: soy la flor migratoria de unas cuantas romerías en camino.
Yo, Lydia: soy el claro de luna que prendió
inquietudes en tu sangre de gitanos amores…
Yo, Lydia: soy la casta visión de Sandor.
Por él soy infinita, con tibiezas de tarde
[y desgarramiento de nieve.
¿Sabes? Hay enervaduras de carne en mis poemas
de hembra: hembra mala… hembra buena.
Me tienta la nostalgia de sus ojos enfermos y es un
pecado la encarnación más perfecta de mi deseo…
Yo, Lydia: asesino a los minutos en locas
sensaciones…
Y, como Santa Teresa, Kempis o Smiles, me apago en una insatisfacción del sagrario: desvanecimientos eternos, vagidos en floración, vértigos en mi sangre…
Yo, Lydia: soy la mujer más bella. ¡Si tú me vieras…!
En el vaso consagrado de mi cuerpo
se derramó una greguería de tentaciones.
La composición que ilustra este paisaje de Abisinia fue realizada a partir de una obra del artista colombiano © Fercho Yela