Juan Carlos Mestre
Este dossier lo creamos para ir a la caza de joyas de la literatura y para rendirle un pequeño homenaje al lector de poesía. Le preguntamos al poeta Juan Carlos Mestre “¿Cuáles son tus tres poemas españoles esenciales desde tu experiencia como lector y desde tu sensibilidad como creador?”. Y, sin solicitarle argumentaciones, estas fueron sus joyas.
Juan Carlos Mestre nació en Villafranca del Bierzo, León, en 1957. Es poeta y artista gráfico, es autor de varios libros de poesía y ensayo, como Antífona del Otoño en el Valle del Bierzo (Premio Adonáis, 1985) La poesía ha caído en desgracia (Premio Jaime Gil de Biedma, 1992) o La tumba de Keats (Premio Jaén de Poesía, 1999). Su obra poética ha sido recogida en varias antologías como Historia Natural de la Felicidad (Fondo de Cultura Económica, 2014) o La hora izquierda (Ya lo dijo Casimiro Parker, 2019). Es autor, también, de El universo está en la noche (2006), libro de versiones sobre mitos y leyendas mesoamericanas, y 200 gramos de patacas tristes (2019), su primera obra escrita en idioma gallego. Museo de la clase obrera es su más reciente publicación. El retrato del autor es cortesía del fotógrafo Juan Luis García.
Antonio Gamoneda
El óxido se posó en mi lengua como el sabor de una desaparición.
El olvido entró en mi lengua y no tuve otra conducta que el olvido,
y no acepté otro valor que la imposibilidad.
Como un barco calcificado en un país del que se ha retirado el mar,
escuché la rendición de mis huesos depositándose en el descanso;
escuché la huida de los insectos y la retracción de la sombra al ingresar en lo que
quedaba de mí;
escuché hasta que la verdad dejó de existir en el espacio y en mi espíritu,
y no pude resistir la perfección del silencio.
No creo en las invocaciones pero las invocaciones creen en mí:
han venido otra vez como líquenes inevitables.
La fermentación del verano se introduce en mi corazón y mis manos se deslizan
cansadas en la lentitud.
Vienen rostros sin proyectar sombra ni hacer crujir la sencillez del aire;
sin osamenta ni tránsito, como si consistieran únicamente en el contenido de mis
ojos, en la unidad de mis palabras, en el espesor de mis oídos.
Es una amistad dentro de mí mismo;
es un estambre urdido por manos que son suaves en el interior de los días.
Ahora es verano y me proveo de alquitranes y espinas y lápices iniciados,
y las sentencias suben hacia las cánulas de mis oídos.
He salido de la habitación obstinada.
Puedo hallar leche en frutos abandonados y escuchar llanto en un hospital vacío.
La prosperidad de mi lengua se revela en cuanto fue olvidado durante mucho
tiempo y sin embargo visitado por las aguas.
Éste es un año de cansancio. Verdaderamente es un año muy viejo.
Éste es el año de la necesidad.
Durante quinientas semanas he estado ausente de mis designios,
depositado en nódulos y silencioso hasta la maldición.
Mientras tanto la tortura ha pactado con las palabras.
Ahora un rostro sonríe y su sonrisa se deposita sobre mis labios,
y la advertencia de su música explica todas las pérdidas y me acompaña.
Habla de mí como una vibración de pájaros que hubiesen desaparecido y
retornasen;
habla de mí con labios que todavía responden a la dulzura de unos párpados.
De Descripción de la mentira, 1977
Blai Bonet
Gaspar Hauser Núm. 2
Que cadascú, a partir dels divuit anys,
es deixi créixer els cabells durant dos anys,
es deixi créixer la barba durant cinc anys,
es deixi créixer les ungles durant set anys,
abans de dir salvatge a un home
i abans de dir salvatge a un salvatge.
Que cadascú sigui titular de la seva vida.
Que cadascú sigui aguantat just pels seus dos-cents ossos.
Que cadascú visqui sense demanar permís per a viure.
Que cadascú, si no fa comptes de tenir un fill,
faci l’amor amb qui sigui, sia per la geografia que sia,
abans de dir home a un salvatge
i abans de dir salvatge a un salvatge.
Que cadascú aboqui l’odi damunt tothom qui odia.
Que cadascú defensi just el que li és rendable.
Que cadascú sigui el seu propi emperador.
Que cadascú decideixi fins quan, quan, ha de durar la guerra.
Que cadascú decideixi fins quan ha de durar la pau,
abans de dir home a un salvatge
i abans de dir salvatge a un salvatge.
Que, quan et moris d’amor, t’hagis de casar.
Que, per a poder viure, t’hagis de fer una assegurança de vida.
Que, quan tinguis set d’aigua, et facin fer un clot.
Que, quan siguis lliure, hi hagi un bombardeig.
Que, quan a l’hivern et vegin nu, et donin un tassó d’aigua.
Que, quan demanis notícies, t’enterrin.
Que, del pa, just en coneguis el forner,
si dius home a un salvatge
i si dius salvatge a un salvatge.
Que ningú no digui «l’altre» a un altre.
Que ningú no digui «jo» al seu nom.
Que ningú no posi el seu nom sota un acte que li obliguen a fer.
Que ningú no digui «seu» al seu amo.
Que ningú no digui «seu» al seu amor.
Que ningú no digui «teu» al seu amor.
Que ningú no digui «pare» a ningú.
Que tothom digui «mare» a la seva mare,
abans de dir salvatge a un home
i abans de dir salvatge a un salvatge.
Cap moble no té permís per a dur pols.
Cap home no està autoritzat per a deixar de ser la bellesa.
Ningú no està autoritzat per a no tenir autoritat pròpia.
Cap abric no té permís per a prescindir ni d’un sol botó.,
Cap home no és tan indigne com per a aguantar-se recolzat en un altre.
Ningú no té permís per a semblar un altre.
Tothom és prou document com per a poder anar indocumentat.
Ningú no té permís per a creure que sigui veritat
el que un carnet d’identitat diu d’una persona.
Cap home no està autoritzat per a dir «llibertat» a la seva llibertat.
Ningú no té permís per a encendre un ciri quan fa sol.
Tothom està obligat a dir que la creu és un instrument de tortura
i a no dir home a un salvatge
De Els fets, 1967
Gaspar Hauser Núm. 2
Que cada uno, a partir de los dieciocho años,
se deje crecer los cabellos durante dos años,
se deje crecer la barba durante cinco años,
se deje crecer las uñas durante siete años,
antes de llamar salvaje a un hombre
y antes de llamar salvaje a un salvaje.
Que cada uno sea titular de su propia vida.
Que cada uno se sostenga sólo en sus doscientos huesos.
Que cada uno viva sin pedir permiso para vivir.
Que cada uno, si no piensa tener un hijo,
haga el amor con quien sea, en la geografía donde esté,
antes de llamar hombre a un salvaje
y antes de llamar salvaje a un salvaje.
Que cada uno vierta el odio encima de todo aquel a quien odia.
Que cada uno defienda sólo aquello que le es rentable.
Que cada uno sea su propio emperador.
Que cada uno decida hasta cuándo, cuándo, debe durar la guerra.
Que cada uno decida hasta cuándo debe durar la paz,
antes de llamar hombre a un salvaje
y antes de llamar salvaje a un salvaje.
Que cuando te mueras de amor, tengas que casarte.
Que, para poder vivir, tengas que hacerte un seguro de vida.
Que, cuando tengas sed de agua, te hagan cavar un hoyo.
Que, cuando seas libre, sobrevenga un bombardeo.
Que, cuando en invierno te vean desnudo, te den un tazón de agua.
Que, cuando pidas noticias, te entierren.
Que, del pan, sólo conozcas al panadero,
Si llamas hombre a un salvaje
Y si llamas salvaje a un salvaje.
Que nadie llame “el otro” a otro.
Que nadie llame “yo” a su nombre.
Que nadie ponga su nombre debajo de un acto que le obligan a hacer.
Que nadie llame “suyo” a su amo.
Que nadie llame “suyo” a su amor.
Que nadie llame “padre” a nadie.
Que nadie llame “madre” a su madre,
antes de llamar salvaje a un hombre
y antes de llamar salvaje a un salvaje.
Ningún mueble tiene permiso para atesorar polvo.
Ningún hombre está autorizado para dejar de ser la belleza.
Nadie está autorizado para no tener autoridad propia.
Ningún abrigo tiene permiso para prescindir de un solo botón.
Ningún hombre es tan indigno como apoyarse recostado en otro.
Nadie tiene permiso para parecerse a otro.
Todos son documento suficiente como para poder ir indocumentado.
Nadie tiene permiso para creer que sea verdad
lo que un carnet de identidad dice de una persona.
Ningún hombre está autorizado para llamar “libertad” a su libertad.
Nadie tiene permiso para encender un cirio cuando hace sol.
Todos están obligados a decir que la cruz es un instrumento de tortura
y a no llamar hombre a un salvaje
Y, sobre todo, a no llamar salvaje a un salvaje.
De Los hechos,1967.
Traducción del catalán: José Carlos Llop
Luís Cernuda
1936
Recuérdalo tú y recuérdalo a otros,
Cuando asqueados de la bajeza humana,
Cuando iracundos de la dureza humana:
Este hombre solo, este acto solo, esta fe sola.
Recuérdalo tú y recuérdalo a otros.
En 1961 y en ciudad extraña,
Más de un cuarto de siglo
Después. Trivial la circunstancia,
Forzado tú a pública lectura,
Por ella con aquel hombre conversaste:
Un antiguo soldado
En la Brigada Lincoln.
Veinticinco años hace, este hombre,
Sin conocer tu tierra, para él lejana
Y extraña toda, escogió ir a ella
Y en ella, si la ocasión llegaba, decidió apostar su vida,
Juzgando que la causa allá puesta al tablero
Entonces, digna era
De luchar por la fe que su vida llenaba.
Que aquella causa aparezca perdida,
Nada importa;
Que tantos otros, pretendiendo fe en ella
Sólo atendieran a ellos mismos,
Importa menos.
Lo que importa y nos basta es la fe de uno.
Por eso otra vez hoy la causa te aparece
Como en aquellos días:
Noble y tan digna de luchar por ella.
Y su fe, la fe aquella, él la ha mantenido
A través de los años, la derrota,
Cuando todo parece traicionarla.
Mas esa fe, te dices, es lo que sólo importa.
Gracias, compañero, gracias
Por el ejemplo. Gracias porque me dices
Que el hombre es noble.
Nada importa que tan pocos lo sean:
Uno, uno tan sólo basta
Como testigo irrefutable
De toda la nobleza humana.
De Desolación de la quimera, 1962
La composición que ilustra este post fue realizada a partir de la obra Mandolina y Guitarra, 1924 de Pablo Picasso