Jorge Boccanera
Este dossier lo creamos para ir a la caza de joyas de la literatura y para rendirle un pequeño homenaje al lector de poesía. Le preguntamos al poeta Jorge Boccanera: “¿Cuáles son tus tres poemas argentinos esenciales desde tu experiencia como lector y desde tu sensibilidad como creador?”. Y, sin solicitarle argumentaciones, nos obsequió estas semillas.
Jorge Boccanera nació en Bahía Blanca, Argentina, en 1952. Es poeta, crítico y periodista. Su extensa obra se compila en Suma Poética Tráfico/Estiba (2019). Obtuvo numerosos premios, entre ellos el Casa de las Américas de Cuba, en 1976; el premio Casa de América de España, en 2008 y el Premio Honorífico «José Lezama Lima» de Casa de las Américas de La Habana, Cuba, 2020. Fotografía: José Ángel Leyva.
Horacio Castillo
La casa del ahorcado
Las puertas estaban abiertas, las ventanas estaban abiertas,
las paredes horadadas como por un trépano,
y donde había estado el techo ahora sólo se veían
vigas rotas y hierros retorcidos.
La luz entraba violentamente por todas partes,
descubría frescos obscenos en la mancha de humedad,
doraba las hornacinas donde dormían las palomas.
En el centro de la sala, junto al brasero apagado,
una mujer vestida de rojo devanaba en la rueca un hilo negro,
como un cordón umbilical que salía del fondo de la tierra.
En otra habitación, mascando restos de tul,
una niña miraba las hormigas que subían al lecho
y oscurecían el lado izquierdo de la almohada.
Y en el patio, donde triscaban las cabras,
un niño recogía ojos multicolores,
hasta encontrar su propio par de ojos
con los que veía por primera vez la oscuridad.
Detrás del limonero, junto al pozo ciego,
dos jóvenes se vendaban los ojos,
mientras la gente iba y venía, recorría
en silencio las habitaciones, tomaba fotografías,
caminaba hasta el fondo donde una muchacha con cabello de azafrán
vendía escapularios y souvenirs: madera del árbol nefando,
fragmentos de la cuerda que había entibiado el cuello,
el ojo al fin azul del prisionero.
Del Alaska, 1993
Alberto Vanasco
Horizonte del ser
…………………………………..A Raúl Gustavo Aguirre
(El tiempo es la luz que se desgasta
el universo que se simplifica
la violencia que se dispersa
la verdad que se asienta y vuelve a su principio.)
Nos lleva ese tiempo que llevamos en nosotros.
Se lleva a sí mismo el porvenir que da vueltas en el aire.
Nos llevan los olvidos
…………………………………….. la memoria nos lleva.
Nos llevan esos ojos que nos hacen
y los recuerdos que nos perfeccionan
y el mar que nos pregunta
……………………………………………la espuma que contesta.
Quedan sólo los meses más desgarrados que la lluvia
más pérfidos que los obuses del enemigo
más sutiles que los ardides del invierno.
Y sobre las grandes algas que imitan la vida
una espiral de tierra y humo ocupa el lugar que ocupabas.
Son el fragante atropello del tiempo
la leve presión del aire en los pulmones
el peso de la luz que asedia nuestra piel hasta quebrarla
la corteza porosa de un mundo que destila su nada.
Sólo queda una arruga sobre el tiempo
un deber en los ojos
un ardor en la voz
esta tarde clavada por las puntas en el día tenaz
al extremo de un año que se aferra a nosotros
para no morir:
la tranquila obsecuencia de un planeta sin fama.
Nos llevan entretanto los embriones del tiempo debajo
……….de la tierra.
Nos llevan los andenes
………………………………………..las dársenas nos llevan.
Nos lleva lo que pasa y lo que permanece.
Nos llevan otras vidas que también son nuestras
nos lleva el sol
…………………………la sal
…………………………………..las aguas que nos
……………………………………………………………………llevan.
Y sobre los grandes terrenos ganados al día
una mirada dice:
……………………………..ADIOS.
De Canto Rodado, 1962.
Manuel J. Castilla
La muda
Trapo mojado y vivo.
Mujer sola en el viento,
bulto acarreando duras obediencias.
Apagón de arrebatos,
seña muerta.
Botada por el monte,
ala quemada y suelta raméandose en la arena,
te sacas de los ojos telarañas sonoras
y espantas ramas que no están
entre tus multitudes invisibles.
Gajo latiendo roto.
Me miras, me interrogas.
Tus ojos cavan con uñas negras en los míos.
De Triste de la lluvia (1977)
La composición que ilustra este post fue realizada a partir de una ilustración de la artista Jeannette Ujueta