Violeta Rojo
Minicuentos raros y poco convencionales, pero llenos de bellas revelaciones y matices poéticos nos presenta la destacada escritora y teórica venezolana Violeta Rojo. Agradecemos estos inéditos que además van cargados de una mirada crítica. Violeta Rojo es profesora universitaria y ha publicado varios libros sobre teoría de la minificción y la literatura venezolana.
1
Llegué a Stratford y el Avon estaba crecido. Desde Clopton Bridge se veía un río grande, muy turbio, en el que cientos de cisnes nadaban tranquilos. Hoy al pasar por nuestro río estancado, el reflejo del sol lo difuminaba. Hay tanta basura flotando que, si se entrecierran los ojos es posible confundir la suciedad con cisnes, el Guaire con el Avon, Caracas con Stratford. Solo hay que olvidar la pestilencia.
2
Tres garzas blancas a la orilla del río. Imperturbables, como si estuvieran en los Esteros de Camaguán y no rodeadas de indigentes, autobuses y basura. Al día siguiente un corocoro negro en la quebrada inmunda. Está parada tranquila en el agua tratando de pescar. No sé qué hacen aquí, tan lejos. No sé cómo viven rodeadas de tanta porquería. Nosotros ya tenemos práctica.
3
Un hombre con mirada de propietario satisfecho observa el río empozado y lleno de basura. Ambos pensamos que el país y el río son lo mismo.
4
Una garza blanca sobrevuela la quebrada sucia. De repente todo cambia, los bocinazos son chillidos de araguatos y la calle se transforma en la sabana inmensa. Al desaparecer el ave todo vuelve a ser gris, hasta que una pareja de guacamayas pasa graznando y hace que el entorno, por segundos, varíe nuevamente. De noche no hay aves, así que la ciudad es solamente un desierto asustado al que es mejor no asomarse. Al nacer el día, el canto de las guacharacas nos hace pensar, por segundos, que la muerte está lejana.
5
En la orilla del río, veo una iguana gigantesca como una reina junto al fluir del agua.
…..Más adelante, en la misma ribera, una red llena de huevos, veinte o treinta. Quizás de gallina, ninguno roto.
6
En el basurero de mi edificio, apoltronado en las bolsas de desperdicios como si fuera el salón de su casa, un hombre come con inmenso deleite y exquisitos modales, una torta de zanahoria pasada. Con las piernas cruzadas como un lord, conversa amenamente con fantasmas. Gira hacia un lado o hacia otro para hablar con comodidad con sus visitantes, cuidando de no darle la espalda a ninguno. Al rato, el camión de la basura se lleva las bolsas. Seguro que el hombre considera la suya una casa tomada.
7
Al pasar sobre las tanquillas de la ciudad se percibe el aliento fétido del dragón enfermo que ahí duerme. No hace ruido, no se queja, pero uno sabe que allí está. Cada día más viejo. Cada día menos vivo.
8
Un hombre, sentado junto a un charco de aguas negras paladea con expresión de conocedor el agua que recoge con delicadeza en un vaso. Toma un sorbo, lo disfruta, ladea la cabeza. Toma otro y entorna los ojos lleno de felicidad.
Violeta Rojo nació en Caracas en 1959. Profesora universitaria, ha publicado varios libros sobre teoría de la minificción y literatura venezolana. Su literatura mínima ha aparecido en las antologías: La minificción en la voz de sus autoras y autores (Córdoba, 2021); Micronesia (Lima, 2021); Esas que también soy yo (Madrid, 2019); Resonancias (Puebla, 2019); Cortocircuito (Puebla, 2018); Antología iberoamericana de microcuento (Santa Cruz de la Sierra, 2017); 69. Antología de microrrelatos eróticos (Lima, 2016); Vamos al circo (Puebla, 2016); Cuaderno Laprida (Tucumán, 2016) y Cien mujeres contra la violencia de género (Caracas, 2015).
La composición que ilustra este post fue realizada a partir de na fotografía del artista Massimo Barbini