Juana M. Ramos
Curaduría de Miguel Falquez-Certain
Editor de Literatura Queer Abisinia Review
Juana M. Ramos. Nació en Santa Ana, El Salvador, y reside en la ciudad de Nueva York donde es profesora de español y literatura en York College, CUNY. Ha publicado varios volúmenes de poesía, el último Clementina (La Chifurnia Libros, versión en español). Es coautora del libro de testimonios Tomamos la palabra: mujeres en la guerra civil de El Salvador (1980-1992) (UCA Editores, 2016). En 2020 dio inicio a una intensa labor cultural a través de EntreTemas, un espacio digital donde entrevista y promociona a escritoras latinoamericanas y españolas que residen en Estados Unidos, Latinoamérica y España.
María pistolas
Alrededor de la hora
del pan y el café
la colonia se rinde
al sopor típico del trópico.
Se escucha a lo lejos
la voz lánguida
de alguna radio obstinada.
Es la hora
de un hervor de ecos,
de la señora del pan,
de algún canasto abatido
en constante equilibrio
sobre las cabezas fatigadas
……………….de las vendedoras,
de las beatas de pasos cortos
……………….y apretados,
del ladrido de los perros,
del ronquido de los buses
desmontando pasajeros.
Es la hora de unas botas
vaqueras arrastrándose
perezosas, pausadas,
dispersas, haciendo la venia
……………….al pavimento.
Es la hora de una camisa
a cuadros, manga larga,
de un pantalón de lona azul,
……………….desteñido,
de un cinturón grueso
afianzado al talle
de una mujer blanca,
maciza, alta, ojiazul,
……………….hombruna,
que hiere los ojos curiosos
y redondos parapetados
……………….tras las ventanas.
Es la hora de la machorra,
de la mujer que llegó de Lesbos,
de la Hipólita del barrio
que aún conserva el seno derecho,
de la vagina dentada,
de la que nadie entiende
cómo se convirtió en madre,
de la que hombres y mujeres
han dado en llamar
……………….“la María pistolas”,
la única realmente libre
de todos los que la observan.
En una imagen
Ella pide una foto
en cada encuentro.
Me niego cada vez
a complacerla.
Vivirla, quiero,
en la dulce sucesión
de sus presentes.
Ella obvia ese momento,
me prefiere en una imagen,
vivirme horas más tarde,
lentamente evocarme.
Del libro inédito Clementina.
I
Qué tiempos aquellos, Dolly,
cuando nos acosaban y luego
nos acusaban de indolentes,
de ser indiferentes pasado
el fuego de las primeras citas.
A mí ya no me aterra nada,
no me escandalizan unas piernas
largas en el segundo escalón del
……………….graderío.
Me mantuve incólume ante
el coqueteo de la asustadiza
soledad de algunas jovencitas.
……………….He de confesarte,
me rehusé siempre a los juegos de poder,
al filo que llevamos en los lapiceros.
Uno solo es mi pecado,
acompañado de su debido arrepentimiento.
Su cara conspicua invitaba a esperar
con ansiedad el próximo paso en la escalera.
Fue ahí cuando incliné la cabeza
y encontré el maná del cielo,
la invitación a morder su carne.
……………….Y la comí.
Ella temblaba
mientras yo la excavaba,
ella me consumía
mientras yo la consumaba.
Después de masticarla y tragarla,
……………….se dio vuelta.
Quien despertó empachada fue ella;
incluso así como si nada
o tal vez como si todo, no sé.
Se despidió como quien se quita
un sombrero después
……………….de una larga travesía.
Le dio tres vueltas a mi edad,
que le daba dos a la de ella.
Me quedó debiendo
más de lo que se imagina
y menos de lo que yo calculo.
Le di más de lo que merecía
y menos de lo que tenía para darle.
Así fue, Dolly.
Qué días aquellos en los que
nos acosaban para luego acusarnos
de malinterpretar gestos
……………….y tergiversar palabras.
IV
Si vuelvo ahora, Dolly,
si hoy escribo es tan solo
para saldar mi deuda,
buscar la luz en este túnel
y darle fin a mi prolongada
noche oblonga, sin esquinas
……………….donde agazaparme.
Es “justo y necesario”
darle alas al recuerdo
de una presencia tardía
en aquel sitio de paredes pálidas
……………….y apáticas.
La recuerdo ajena
deletreándome su nombre.
La recuerdo en el sabor dulce
de una vocal acentuada
que se clavó en el instante
……………….como una lanza.
La recuerdo lenguaje
de una estación somnolienta.
La recuerdo cadalso
diciendo mi carne temblorosa.
La recuerdo jaula y alpiste,
……………….rotas alas.
La recuerdo incendiaria
reduciendo a cenizas mis naves.
La recuerdo jauría
devorando su desnudez
……………….en mis pupilas.
La recuerdo una de cal
……………….y otra de arena.
Había sobrevivido
a aquellos ojos pardos
en el ascensor de un edificio
casi centenario,
perdido entre los rascacielos,
a la falda corta del pupitre
en la primera fila,
a las múltiples insinuaciones
……………….de un café.
Pero apareció ella,
una tarde de principios de marzo
tras haber devorado las fronteras.
Insisto, con una presencia tardía
sin ningún tipo de estridencias
con una mirada tímida que
se tragaba el salón entero,
……………….con actitud inquisitiva.
Ella, ahí estaba ella,
la que un buen día
transgrediría toda regla.
Y yo ahora estoy aquí,
buscando las cornisas,
escondida en mis paréntesis,
vuelta reticencia,
esculcando en la sintaxis
de su palabra escueta
con la esperanza de hallar
una respuesta a su lejanía.
Sí, Dolly, lo sé,
aquí el terreno es árido,
baldío, desolado.
Ella es tierra fértil,
fresca, fecunda.
Jamás estas palabras
……………….lograrán atravesarla.
Yo,
en pleno uso de mis facultades,
confieso a bocajarro
el mar, el aire, el árbol
en esta noche oblonga,
sin esquinas donde agazaparme.
De Noche oblonga. Antología bilingüe Fuego cruzado / Crossfire,
Editorial El Sur es América, EEUU, 2020.
Juana M. Ramos. Nació en Santa Ana, El Salvador, y reside en la ciudad de Nueva York donde es profesora de español y literatura en York College, CUNY. Ha publicado los poemarios Multiplicada en mí (Artepoética Press, 2010; segunda edición revisada y ampliada, 2014); Palabras al borde de mis labios (miCieloediciones, 2014); En la batalla (Proyecto editorial La Chifurnia, 2016); Ruta 51C (Proyecto Editorial La Chifurnia, 2017); Sobre luciérnagas (Proyecto Editorial La Chifurnia, 2019); Sin ambages/To the Point (Cuadernos Negros Editorial, 2020) y Clementina (La Chifurnia Libros, versión en español). Es coautora del libro de testimonios Tomamos la palabra: mujeres en la guerra civil de El Salvador (1980-1992) (UCA Editores, 2016). En 2020 dio inicio a una intensa labor cultural a través de EntreTemas, un espacio digital donde entrevista y promociona a escritoras latinoamericanas y españolas que residen en Estados Unidos, Latinoamérica y España.
La composición que ilustra este paisaje de Abisinia fue realizada a partir de la obra «Muerte de la Pampa Niña»
Técnica: Acrílico sobre lienzo.
Medidas: 100 cm x 100 cm.
Año: 2018.
del artista © Agustín Iriart