Jorge Boccanera
Presentamos tres poemas inéditos del poeta argentino Jorge Boccanera, quien acaba de compilar toda su obra en el libro Tráfico/Estiba. Suma poética (Bahía Blanca, 2020).
Maneras de crecer
………………………………………….a Alberto Rodríguez Tosca
………………………………………….Hice un hoyo en la tierra
………………………………………….y lloré dentro de él; lloré de bruces,
……………………………………………………………………HORACIO CASTILLO
Cavo un pozo, desentierro libros, les arranco las hojas,
vuelvo a enterrarlos,
seco, limpio las hojas, leo,
doy vuelta las páginas del vacío.
Crezco adentro del pozo,
es más grande que yo.
Escribir es escuchar la tierra en continua mudanza.
Cavo un hoyo,
los libros emergen de la fosa, humeantes, como si
callaran de golpe.
Ahora, el azar sopla sobre sus párpados.
Yo no soy el ventrílocuo que sienta en sus rodillas
lámparas apagadas.
Lo mío es remover ese amasijo
y desenterrar libros y arrancarle las hojas y volver a
enterrarlos y a secar esas hojas, dejar pliegos al sol.
Cuando leo,
cubro un vacío con otro, pero nunca es el mismo.
Yo simplemente excavo, prefiero esos terrones al
cuadrante dormido de alguna estampa inmóvil.
Grandes excavaciones desbarataron el jardín del prudente,
después de todo,
también el cielo es un gran socavón
y una pequeña fosa, el augurio de un viaje.
Mi trabajo es cavar
cada golpe en la tierra la interroga.
Con su torso desnudo la pregunta se inclina a preguntar.
La tierra vomita sus carbones adentro de mis sueños.
Tras la faena lavo las herramientas y entono a voz en
cuello el mismo verbo: “paleo, palearás, y él hará lo
apropiado”.
Cavo un pozo.
Cuánta sabiduría guarda su silencio.
La oscuridad agita sus páginas escritas.
El tiempo se mide por paladas de tierra.
Cielo roto
El cantón de Moravia, ubicado al norte de San José, Costa Rica,
es nombrado por algunos de sus pobladores como “cielo roto”.
Designa así esa zona de entrada de los vientos alisios con aguaceros estridentes.
Madriguera de lluvias donde el agua no cae,
el agua se suicida
Goterones descabezados por aquí, despanzurrados por allá
Vociferan lo que se derrumba por dentro.
Son los aguaceros del dolor que en una infancia líquida vieron
crecer retoños del diluvio, naufragios de entrecasa y fotos enterradas en el agua.
Yo vivo en Cielo Roto, donde anida el relámpago con su
grito afilado, con su grifo violado,
donde los tejedores del silencio remiendan las plegarias que
se guardan en un cuento vacío.
¿No hay un grito que grite: “¡Amaina de una vez!?”.
Solo un dios inclemente que con su furia estruja un pañuelo
empapado de culpa sobre nuestras cabezas.
Música de calaca tabletea sobre el techo de cinc.
Estoy solo en mi casa.
Estoy rodeado.
Requisa
………………………………………….a Alejandra Pizarnik
Veamos tu pequeña maleta:
un ataúd de grillos,
algún pañuelo breve para acunar tus ojos arrasados.
Madriguera del viento ese pañuelo tuyo,
un pedazo de tela que aspiraba a envolver una lágrima de oro,
y apenas disimula
una pequeña sombra con remiendos de miedo.
Ahora
todos tus rostros ruedan
en la tierra desierta de un pañuelo.
Jorge Boccanera (Bahía Blanca – Argentina, 1952). Poeta, crítico y periodista. Su extensa obra poética, que comenzó a publicar en 1973, se expresa en varias antologías: «Marimba», de 1986; «Servicios de insomnio«, de 2005; «Tambor de jadeo», de 2009; «Libro del errante», de 2009; «Sombra de dos lugares», de 2009; y «Cartas de nadie a nunca», de 2013. Obtuvo numerosos premios, entre ellos el Casa de las Américas de Cuba, en 1976; el Nacional de Poesía Joven de México, en 1977; el Premio Internacional «Camaiore» de Italia, en 2008; el premio Casa de América de España, en 2008; el Internacional de Poesía «Ramón López Velarde», en 2012; y el Premio a la trayectoria «Rosa de cobre», otorgado por la Biblioteca Nacional en 2014. También es autor de prólogos y estudios sobre Raúl González Tuñón, Federico García Lorca, Augusto Roa Bastos, Ernesto Cardenal, Pablo Neruda y Juan Gelman. Impartió cursos, charlas y seminarios en universidades de diversos países de América Latina y España. Fotografía: José Ángel Leyva.
La composición que ilustra este post fue realizada a partir de una fotografía tomada por Fredy Yezzed de la pintura mural de la artista Mavel Vicentef