Written by 3:38 am Europea, Poesía

Lisbon revisited

Álvaro de Campos

 

Álvaro de Campos es un ingeniero, un hombre de mundo, que a punto de caer en la desazón y el completo nihilismo conoce a Caeiro y se convierte en su discípulo, lo que no quiere decir su imitador. A Campos no le interesa plasmar solamente las sensaciones e imágenes inmediatas sino que descubre que cada sensación es su interpretación subjetiva; así su poesía explora no sólo lo que ve o siente en el momento sino el recuerdo grabado de sus sensaciones, o la imaginación sensible de su fantasía. Es por este motivo que sus poemas suelen ser extensas tormentas de sensibilidad, donde por contrapartida, su conocimiento técnico, al ser él ingeniero, o la narración de sus experiencias cotidianas, le sirven de eje, de puente, para que podamos interpretar también exteriormente sus aventuras íntimas. Agradecemos la traducción y la nota biográfica al poeta Nikai Igaido.

 

 

 

 

Lisbon revisited

No: no quiero nada
Ya dije que no quiero nada.

¡No me vengan con conclusiones!
La única conclusión es morir.

¡No me traigan estética!
¡No me hablen de moral!

¡Saquen me de aquí la metafísica!
No me pregonen sistemas completos, no me enfilen conquistas
De las ciencias (de las ciencias, Dios mío, ¡de las ciencias!) —
¡De las ciencias, de las artes, de la civilización moderna!

¿Qué mal he hecho a todos los dioses?

Si tienen la verdad, guárdensela.

Soy un técnico, pero tengo técnica sólo dentro de la técnica.
Fuera de eso estoy loco, con todo el derecho a estarlo.
Con todo el derecho a estarlo, ¿oyeron?

¡No me jodan, por amor de Dios!
¿Me querían casado, fútil, cotidiano y tributable?
¿Me querían lo contrario de esto, lo contrario de cualquier cosa?
Si yo fuera otra persona les hacía a todos la voluntad.
Así, como soy, tengan paciencia.
O vayan al diablo sin mí,
¡O dejénme ir solo al diablo!
¿Para qué vamos a ir juntos?
¡No me tomen del brazo!
No me gusta que me agarren del brazo. Quiero ser solo.
¡Ya dije que soy solo!
¡Ah, que tontería que quieran que yo sea compañía!

Oh cielo azul — el mismo de mi infancia —
¡Eterna verdad vacía y perfecta!
O terso Tajo ancestral y mudo,
¡Pequeña verdad donde el cielo se refleja!
O malestar revisitado, Lisboa de antes, de hoy!
Nada me das, nada me quitas, nada eres que yo me sienta.

¡Déjenme en paz! No tardo, que nunca tardo…
¡Y mientras tarda el Abismo y el Silencio quiero estar solo!

 

 

Lisbon revisited

Não: não quero nada
Já disse que não quero nada.
Não me venham com conclusões!
A única conclusão é morrer.
Não me tragam estéticas!
Não me falem em moral!
Tirem-me daqui a metafísica!
Não me apregoem sistemas completos, não me enfileirem conquistas
Das ciências (das ciências, Deus meu, das ciências!) —
Das ciências, das artes, da civilização moderna!
Que mal fiz eu aos deuses todos?
Se têm a verdade, guardem-na!
Sou um técnico, mas tenho técnica só dentro da técnica.
Fora disso sou doido, com todo o direito a sê-lo.
Com todo o direito a sê-lo, ouviram?
Não me macem, por amor de Deus!
Queriam-me casado, fútil, quotidiano e tributável?
Queriam-me o contrário disto, o contrário de qualquer coisa?
Se eu fosse outra pessoa, fazia-lhes, a todos, a vontade.
Assim, como sou, tenham paciência!
Vão para o diabo sem mim,
Ou deixem-me ir sozinho para o diabo!
Para que havemos de ir juntos?
Não me peguem no braço!
Não gosto que me peguem no braço. Quero ser sozinho.
Já disse que sou sozinho!
Ah, que maçada quererem que eu seja de companhia!
Ó céu azul — o mesmo da minha infância —
Eterna verdade vazia e perfeita!
Ó macio Tejo ancestral e mudo,
Pequena verdade onde o céu se reflecte!
Ó mágoa revisitada, Lisboa de outrora de hoje!
Nada me dais, nada me tirais, nada sois que eu me sinta.
Deixem-me em paz! Não tardo, que eu nunca tardo…
E enquanto tarda o Abismo e o Silêncio quero estar sozinho!

 

 

 

Grandes son los desiertos, y todo es desierto.

Grandes son los desiertos, y todo es desierto.
No son algunas toneladas de piedras o ladrillos levantados
Que disfrazan el suelo, el tal suelo que es todo.
Grandes son los desiertos y las almas desiertas y grandes—
Desiertas porque no pasa por ellas sino ellas mismas,
Grandes porque desde allí se ve todo, y todo murió.

¡Grandes son los desiertos, alma mía!
Grandes son los desiertos.

No tomé boleto para la vida,
Erré la puerta del sentimiento,
No hubo voluntad u ocasión que no perdiera.
Hoy no me queda, en vísperas de viaje,
Con la maleta abierta esperando el arreglo, pospuesto,
Sentado en la silla en compañía de las camisas que no caben,
Hoy no me queda (aparte de la molestia de estar así sentado)
Si no saber esto:
Grandes son los desiertos, y todo es desierto.
Grande es la vida, y no vale la pena haber vida.

Arreglo mejor la maleta con los ojos pensando en arreglarla
Que con el arreglar de las manos fácticas (y creo que digo bien).
Enciendo el cigarrillo para posponer el viaje,
Para posponer todos los viajes.
Para posponer el universo entero.

¡Vuelve mañana, realidad!
¡Basta por hoy, gentes!
¡Pospónte, presente absoluto!
Más vale no ser que ser así.

Compren chocolates al niño al que sucedí por error,
Y saquen el letrero porque mañana es infinito.

Pero tengo que arreglar la maleta,
Tengo por fuerza que areglar la maleta,
La maleta.
No puedo llevar las camisas en la hipótesis y la maleta en la razón.
Sí, toda la vida he tenido que arreglar la maleta.
Pero también, toda la vida, me quedé sentado sobre la esquina de las camisas apiladas,
Rumiando, como un buey que no llegó a Ápis, destino.

Tengo que arreglar la maleta de ser.
Tengo que existir arreglando maletas.
La ceniza del cigarrillo cae sobre la camisa de arriba del monte.
Miro para un lado, compruebo que me estoy durmiendo.
Sólo sé que tengo que arreglar la maleta,
Y que los desiertos son grandes y todo es desierto,
Y cualquier parábola acerca de esto, pero de esa ya me olvidé.

Me levanto de repente todos los Césares.
Voy definitivamente a arreglar la maleta.
Arre, he de arreglarla y cerrarla;
He de verla llevar de aquí,
He de existir independientemente de ella.

Grandes son los desiertos y todo es desierto,
Salvo error, por supuesto.
¡Pobre del alma humana con oasis sólo en el desierto de al lado!

Más vale arreglar la maleta.
Fin.

 

 

Grandes são os desertos, e tudo é deserto.

Grandes são os desertos, e tudo é deserto.
Não são algumas toneladas de pedras ou tijolos ao alto
Que disfarçam o solo, o tal solo que é tudo.
Grandes são os desertos e as almas desertas e grandes —
Desertas porque não passa por elas senão elas mesmas,
Grandes porque de ali se vê tudo, e tudo morreu.
Grandes são os desertos, minha alma!
Grandes são os desertos.
Não tirei bilhete para a vida,
Errei a porta do sentimento,
Não houve vontade ou ocasião que eu não perdesse.
Hoje não me resta, em vésperas de viagem,
Com a mala aberta esperando a arrumação adiada,
Sentado na cadeira em companhia com as camisas que não cabem,
Hoje não me resta (à parte o incómodo de estar assim sentado)
Senão saber isto:
Grandes são os desertos, e tudo é deserto.
Grande é a vida, e não vale a pena haver vida.
Arrumo melhor a mala com os olhos de pensar em arrumar
Que com arrumação das mãos factícias (e creio que digo bem).
Acendo o cigarro para adiar a viagem,
Para adiar todas as viagens.
Para adiar o universo inteiro.
Volta amanhã, realidade!
Basta por hoje, gentes!
Adia-te, presente absoluto!
Mais vale não ser que ser assim.
Comprem chocolates à criança a quem sucedi por erro.
E tirem a tabuleta porque amanhã é infinito.
Mas tenho que arrumar a mala,
Tenho por força que arrumar a mala,
A mala.
Não posso levar as camisas na hipótese e a mala na razão.
Sim, toda a vida tenho tido que arrumar a mala.
Mas também, toda a vida, tenho ficado sentado sobre o canto das camisas empilhadas,
A ruminar, como um boi que não chegou a Ápis, destino.
Tenho que arrumar a mala de ser.
Tenho que existir a arrumar malas.
A cinza do cigarro cai sobre a camisa de cima do monte.
Olho para o lado, verifico que estou a dormir.
Sei só que tenho que arrumar a mala,
E que os desertos são grandes e tudo é deserto,
E qualquer parábola a respeito disto, mas dessa é que já me esqueci.
Ergo-me de repente todos os Césares.
Vou definitivamente arrumar a mala.
Arre, hei-de arrumá-la e fechá-la;
Hei-de vê-la levar de aqui,
Hei-de existir independentemente dela.
Grandes são os desertos e tudo é deserto,
Salvo erro, naturalmente.
Pobre da alma humana com oásis só no deserto ao lado!
Mais vale arrumar a mala.
Fim.

 

 

 

Se me cruzó, vino a mí, en una calle de Baixa…

Se me cruzó, vino a mí, en una calle de Baixa.
Aquel hombre mal vestido, limosnero de profesión que se le ve en la cara,
Que simpatiza conmigo y yo simpatizo con él;
Y recíprocamente, en un gesto amplio y desbordante, le di todo lo que tenía
(Excepto, por supuesto, lo que estaba en el bolsillo donde traigo más dinero:
No soy tonto, ni novelista ruso, dedicado,
Y romanticismo sí, pero con calma…).

Siento simpatía por todas esa gente,
Especialmente cuando no merece simpatía.

Sí, también soy vago y limosnero
Y los soy también por culpa mía.
Ser vago y limosnero no es ser vago y limosnero:
Es estar al costado de la escala social,
Es no haberse adaptado a las normas de la vida,
Las normas reales o sentimentales de la vida—
No ser juez del Supremo, empleado seguro, prostituta,
No ser pobre de verdad, ni trabajador explotado,
No estar enfermo de una enfermedad incurable,
No tener sed de justicia, ni capitán de caballería.
No ser, por fin, esas personas sociales de los novelistas.
Que se hartan de letras porque tienen motivos para llorar lágrimas,
Y se rebelan contra la vida social porque tienen razones para eso, supongamos.

No: ¡todo menos tener razón!
¡Todo menos preocuparme por la humanidad!
¡Todos menos ceder al humanitarismo!
¿De qué sirve una sensación si hay una razón externa para ella?
Sí, ser vago y limosnero, como yo,
No es ser vago ni limosnero, lo que es común:
Es estar aislado en el alma, eso es ser vago,
Es tener que pedir a los días que pasen y nos dejen, eso es pedir limosna.

Todo lo demás es estúpido como un Dostoievski o un Gorki.
Todo lo demás está hambriento o no tener que vestir.
E incluso si eso pasa, le pasa a tanta gente
Que ni vale la pena tener pena de la gente a la que esto pasa.

Soy un verdadero vago y limosnero, es decir, en sentido figurado,
Y me estoy retorciendo en una gran caridad hacía mí.

¡Pobre Alvaro de Campos!
¡Tan aislado en la vida! ¡Tan deprimido en las sensaciones!
¡Pobre, cosido a la poltrona de su melancolía!
Pobre, que con (auténticas) lágrimas en los ojos,
Dio hoy, en un gesto amplio, liberal y moscovita,
Todo lo que tenía, en su bolsillo donde tenía menos, a aquel
Pobre que no era pobre, que tenía ojos tristes por profesión.
¡Pobre Álvaro de Campos, que a nadie le importa!
¡Pobre, que siente tanta pena de sí mismo!

Y sí, ¡pobre él!
Más pobre él que muchos que son vagos y vagan,
Que son limosneros y piden,
Porque el alma humana es un abismo.

Yo sí que sé ¡Pobre de él!

¡Qué bueno poder sublevarme en unos comicios dentro de mi alma!
¡Pero ni siquiera soy tonto!
Ni tengo la disculpa de poder tener opiniones sociales.
Realmente no tengo disculpa: soy lúcido.
No quieran convertir mi convicción: soy lúcido.
Ya lo dije, soy lúcido.
Nada de estéticas con corazón: soy lúcido.
Mierda soy lúcido.

 

 

Cruzou por mim, veio ter comigo, numa rua da Baixa…

Cruzou por mim, veio ter comigo, numa rua da Baixa
Aquele homem mal vestido, pedinte por profissão que se lhe vê na cara
Que simpatiza comigo e eu simpatizo com ele;
E reciprocamente, num gesto largo, transbordante, dei-lhe tudo quanto tinha
(Excepto, naturalmente, o que estava na algibeira onde trago mais dinheiro:
Não sou parvo nem romancista russo, aplicado,
E romantismo, sim, mas devagar…).
Sinto urna simpatia por essa gente toda,
Sobretudo quando não merece simpatia.
Sim, eu sou também vadio e pedinte,
E sou-o também por minha culpa.
Ser vadio e pedinte não é ser vadio e pedinte:
É estar ao lado da escala social,
É não ser adaptável às normas da vida,
Às normas reais ou sentimentais da vida —
Não ser Juiz do Supremo, empregado certo, prostituta,
Não ser pobre a valer, operário explorado,
Não ser doente de uma doença incurável,
Não ser sedento de justiça, ou capitão de cavalaria
Não ser, enfim, aquelas pessoas sociais dos novelistas
Que se fartam de letras porque têm razão para chorar lágrimas,
E se revoltam contra a vida social porque têm razão para isso supor.
Não: tudo menos ter razão!
Tudo menos importar-me com a humanidade!
Tudo menos ceder ao humanitarismo!
De que serve uma sensação se há uma razão exterior para ela?
Sim, ser vadio e pedinte, como eu sou,
Não é ser vadio e pedinte, o que é corrente:
É ser isolado na alma, e isso é que é ser vadio,
É ter que pedir aos dias que passem, e nos deixem, e isso é que é ser pedinte.
Tudo mais é estúpido como um Dostoievski ou um Gorki.
Tudo mais é ter fome ou não ter que vestir.
E, mesmo que isso aconteça, isso acontece a tanta gente
Que nem vale a pena ter pena da gente a quem isso acontece.
Sou vadio e pedinte a valer, isto é, no sentido translato,
E estou-me rebolando numa grande caridade por mim.
Coitado do Álvaro de Campos!
Tão isolado na vida! Tão deprimido nas sensações!
Coitado dele, enfiado na poltrona da sua melancolia!
Coitado dele, que com lágrimas (autênticas) nos olhos,
Deu hoje, num gesto largo, liberal e moscovita,
Tudo quanto tinha, na algibeira em que tinha pouco, àquele
Pobre que não era pobre, que tinha olhos
tristes por profissão.
Coitado do Álvaro de Campos, com quem ninguém se importa!
Coitado dele que tem tanta pena de si mesmo!
E, sim, coitado dele!
Mais coitado dele que de muitos que são vadios e vadiam,
Que são pedintes e pedem,
Porque a alma humana é um abismo.
Eu é que sei. Coitado dele!
Que bom poder-me revoltar num comício dentro da minha alma!
Mas até nem parvo sou!
Nem tenho a defesa de poder ter opiniões sociais.
Não tenho, mesmo, defesa nenhuma: sou lúcido.
Não me queiram converter a convicção: sou lúcido.
Já disse: Sou lúcido.
Nada de estéticas com coração: Sou lúcido.
Merda! Sou lúcido.

Selección y traducción Nikai Igaido.
De Ni siquiera soy poeta: veo, Ed. El ojo de la vaca, 2019.

 

 

Fernando Pessoa fue poeta, ensayista y traductor portugués nacido en Lisboa en 1888. Es la figura más representativa de la poesía portuguesa del siglo XX. Sus primeros años transcurrieron en Ciudad del Cabo mientras su padrastro ocupaba el consulado de Portugal en Sudáfrica. A los diecisiete años viajó a Lisboa, donde después de interrumpir estudios de Letras alternó el trabajo de oficinista con su interés por la actividad literaria. La influencia que en él ejercieron autores como Nietzsche, Milton y Shakespeare, lo llevaron a traducir parte de sus obras y a producir los primeros poemas en idioma inglés. Dirigió varias revistas y pronto se convirtió en el propulsor del surrealismo portugués. «Mensaje» fue su primera obra en portugués y única publicada en vida del poeta. Parte de su obra está representada por los numerosos heterónimos creados durante su vida, siendo los más importantes Álvaro de Campos, Ricardo Reis y Alberto Caeiro. Falleció en Lisboa en 1935.

La composición que ilustra este paisaje de Abisinia fue realizada a partir de:
Incidencias/fragmentos
s/t
Lápiz grafito sobre papel
2021
de © Amadeus Alessandro Longas.

 

año 2 ǀ núm. 8 ǀ noviembre – diciembre 2021
Etiquetas: , , , , , , , , , , , , , , , , , , Last modified: noviembre 21, 2021

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