Sergio Geese
Como autor de estos poemas quiero dedicarlos a Benito Acosta, un trabajador social que a raíz de una enfermedad ha fallecido en 2020 y que siempre estuvo luchando contra la injusticia social, y que siempre estaba preocupado por la niñez. Juntos pintamos una tarde la cocina del Centro de Ayuda Integral para la Infancia (C.A.I.P.I.), juntos dimos talleres de escritura de canciones en la escuelita Nº 75 de Villa Jardín, Partido de Lanús, Provincia de Buenos Aires. Benito Acosta conocía la raíz mordaz de la pobreza, la irracionalidad de la desigualdad, y el egoísmo de quienes justifican la postergación y el olvido. Gran abrazo amigo Benito las huellas de tu amor por tu barrio y por tu gente siempre estarán presente.
Oración antes de nacer
Señor, ¿Qué hago con este reloj que pesa sobre mis piernas? Mis ojos buscan tu gesto de compasión, el color de tus palabras en las calles, la apretada raíz de mi materia. Hoy nadie reparte pan y peces entre la gente; somos la nube que se desvanece acunando la idea del cielo.
Señor, eres invisible como un secreto. Tu voz solo se escucha en el silencio. Un rezo de hormigas dibuja mi fe y mi corazón abraza lo imperfecto; un destello de tu amor se hace pesebre en la hora de este parto.
Prayer Before Being Born
Lord, what should I do with this clock weighing on my legs? My eyes are seeking your expression of compassion, the color of your words in the streets, the tight root of my matter. Today, no one is handing out bread or fish among the people; we are the vanishing cloud cradling the idea of heaven.
Lord, you’re invisible like a secret. Your voice is only heard in silence. A prayer of ants draws my faith, and my heart embraces imperfection; a flash of your love becomes a manger at the moment of this birth.
Bambuco de los exiliados
a Fredy Yezzed
Viajé sin pensamiento. Un coro de miedos alzaba el trino de los teros. En el claro de la niebla confundí mi cuerpo con los juncos. Me sentí árbol y contuve mis fuerzas bajo las flores de las tipas.
Viajé sin pretensiones. Mis pies adoptaban piedras en la espesura de los senderos. La estrella cuidaba la fogata. Borré las marcas, cambié de patria, rompí mi nido.
La noche hizo su trabajo: se comió mis ojos.
The Exiles’ Bambuco
To Fredy Yezzed
I traveled without thinking. A chorus of fears raised the lapwings’ trill. When the fog cleared, I confused my body with the reeds. I felt like a tree and held my strength back under the rosewood flowers.
I traveled unassumingly. My feet adopted the stones in the thicket of the trails. The star watched over the bonfire. I erased the marks, changed homelands, destroyed my nest.
The night did its job: it ate my eyes.
Verde campo de la madera
El canto de una calandria reverdece la mañana. Camino al colegio, va la maestra y van los rostros simples de los niños que piden luz. Pronto ella volará y su trino será todo lo que queda.
¿Qué es un yunque, maestra? Como decir que a golpes puede surgir un arado. La madera no se trata como el hierro, y el fuego puede forjar una cadena y quemar las manos que atan.
La tiza es blanda, y en el verde campo de la pared se escribe un mundo de paisajes. Señores de grandes escritorios, abran las ventanas que dan al jardín, que ingresen quienes conocen la lluvia.
Un dedo pequeño toca la mano de la maestra, y unos ojos llenos de preguntas acercan un cuaderno. En el bullicio del aula, un lápiz dibuja la llama que permanece.
Green Field of Wood
A lark’s song turns the morning green again. The teacher and the simple faces of the children asking for light are on their way to school. In a little while, it’ll fly away and its trill will be all that’s left.
What’s an anvil, teacher? As if to say that a plow can arise from blows. Wood is not treated like iron, and fire can forge a chain and burn the hands that bind.
The chalk is soft, and in the green field of the wall a world of landscapes is being written. Gentlemen with large desks, open the windows overlooking the garden, let those who know the rain come in.
A small finger touches the teacher’s hand, and several inquisitive eyes bring their notebooks a little closer. In the bustle of the classroom, a pencil is drawing the everlasting flame.
Canción criolla para el invierno
Sé de las heridas, de los ruidos de las cadenas arrastrándose en las fronteras. He visto la luz escondiéndose en los rincones, y la voz indeseada rumoreando sus conjuros. Nada se oculta en la raíz perversa, lo malvado es fuego que lacera nuestra piel. ¿Qué hacer con esta nieve ajena que encandila y quema?
Sé de la provocación, de la sed temblorosa que busca mi paso en falso. No hay río, no hay fruto, no hay lengua que pueda medirse en gotas, y no hay gotas que puedan fundirse en un caudal. ¿Cuál es la canción que me salva?
Espejo sobre espejo, imagen sobre imagen, de la boca puede salir el beso o la mordida. Miro el sauce y el viento jugando entre las hojas; mi hermano, en cambio, calcula cómo matar al ruiseñor que danza.
¿En qué mundo está la tiza que abre el mundo?
Native Song for the Winter
I know of the wounds, of the noises of chains being dragged at the borders. I’ve seen the light hiding in the corners and the unwanted voice whispering its spells. Nothing is hidden in the wicked root; evil is the fire scathing our skin. What can we do about this extraneous snow that dazzles and burns?
I know about the challenge, about the shivering thirst waiting for me to stumble. There’s no river, no fruit, no tongue that can be measured in drops, and there are no drops that can flow together into a stream. What’s the song that saves me?
Mirror on mirror, image on image, from the mouth may come the kiss or the bite. I look at the willow tree and at the wind playing among the leaves; instead, my brother is figuring out how to kill the dancing nightingale.
In what world can we find the chalk that opens the world?
El grito sagrado
¿Quieres más que matarme,
después que me apresaste?
ANTIGONA, SÓFOCLES
TRES
Es el comienzo de la cicatriz que arde. Es el número que multiplica nuestros naufragios. Es el ave que anuncia el amanecer y la noche.
CERO
Aquí está el cuerpo. La espina escandalosa, la ruta del dolor. ¿Qué brisa nos llevará a su encuentro? ¿Qué ráfaga traerá su voz?
PUNTO
La frontera es de niebla, ¿porqué tapar la luna cuando es la única lumbre posible? Nosotros hemos aprendido a vivir con su ardor. El Ojo no puede soportarla.
CERO
Respiramos el beso, masticamos la rosa, sabemos de la ofensa.
CERO
El acero manda, el caburé caza, los bastones escupen sus agrias moras. El amor de los que no están, derriten los témpanos de los diarios.
CERO
Es el círculo de la historia. El que niega esconde su alcancía. Lo que en el mundo hacen, en el mundo queda. En esta fría madrugada, una gota de rocío germina en el clamor de La Plaza.
The Sacred Scream
Would you do more than take
and slay me?
SOPHOCLES, ANTIGONE
THREE
This is the beginning of the burning scar. This is the number that multiplies our shipwrecks. This is the bird that heralds the dawn and the dusk.
ZERO
Here’s the body. The shocking thorn, the path of pain. What breeze will lead us to meet him? What gust of wind will bring back his voice?
POINT
If fog is the border, why cover the moon when it’s the only possible light? We’ve learned to live with its heat. The Eye cannot endure it.
ZERO
We breathe in the kiss, we chew on the rose, we know about the affront.
ZERO
The steel rules, the owl hunts, the staffs spit their sour blackberries. The love from those who are no more melts the newspapers’ icebergs.
ZERO
This is the circle of history. The denier hides his piggy bank. What they do in the world, stays in the world. In this cold dawn, a drop of dew burgeons in the uproar at the Plaza de Mayo.
Traducción al inglés de Miguel Falquez-Certain
Del libro La canción que me salva / The Song that Saves Me, Nueva York, 2019.
Sergio Geese. Esperanza, Santa Fe, Argentina, 1968. Poeta, investigador literario, letrista y compositor. Publicó el libro de letras de canciones y poemas La Fuerza de los Impávidos (Buenos Aires, 2010) y el CD de música popular El país de mis ojos (Buenos Aires, 2018), donde comparte obra con los compositores Pablo Budini, Flavio Gauna, y Fernando Lernoud. Su trabajo poético está incluido en la antología bilingüe A Sul de Nenhum Norte (Portugal, 2013). Estudió letrística con Adrián Abonizio en el Centro Cultural Rojas, con Diana Bellessi en SADAIC, y los seminarios de poesía latinoamericana con Jorge Boccanera en la Universidad Nacional de San Martín. Actualmente está radicado en Buenos Aires, Argentina.
La composición que ilustra este post fue realizada a partir de una ilustración del artista Olivier Bonhomme