María Teresa Andruetto
Una voz poderosa y sanguínea con la mujer como protagonista. Nos complace enormemente ofrecer esta selección de poemas de la poeta cordobesa María Teresa Andruetto, una de las voces más destacadas de Argentina. Los textos hacen parte de «Poesía reunida» (Ediciones en danza, Buenos Aires, 2019). Agradecemos la traducción de dos de los poemas a Maria Elena Boglio y Laura Chalar.
Rosa
.Rose is a rose is a rose is a rose
.GERTRUDE STEIN
1.
Una mujer pequeña/ una buena esposa/una voz ahogada en la boca/ que da vueltas
Por si alguien manda.
Olvidarlo todo / encontrar a la niña guarra / a su corazón desnudo /
maldita suerte de nadie/como un mundo perdido/el temor/el temblor/ la estúpida risa/ dócil la cerviz
Por si alguien manda.
2.
Ayúdame rosa blanca/ que no se atrevan/rosa del huerto/ ayúdame a ponerme de pie
Desde el suelo
Árboles/ piedras/ ayuden a este corazón/ ayúdalo madre mía/ que no hay agujero donde esconder el miedo
En los torrentes del cielo
Como una mujer que soporta/ las cosas ancladas / el asilo en la noche sin puerta/ la luz que empezó a hacerse tierna
Olvidada de todo, durmiendo
Reza/la buena niña de los cuentos/ su terror/ su temblor/ su piel de loza/su lirio de agua
Dígalo todo mi niña
Que yo robaré las cañas/ le inventaré un son/ niña guarra / Vuelve la vida a temblar/ como un barco / una mujer baja del pedestal/ no se vuelve/ a mirar nada / era una flor de abismo
Y nos animamos
Saltemos juntas /ahora/ por la puerta o la ventana/ con ardor en la frente/y en la boca una granada.
3.
Que nadie se atreva a decirle nada/
a mi rosa sola/rosa del huerto donde esconder el miedo/
Ella soporta la lluvia/los árboles/las piedras/
y los tormentos del suelo.
Rosa mía del huerto/ no hay agujero donde esconder el miedo/
ni hay alegría para seguir viviendo /Yo quisiera estar de pie/
como una mujer que se levanta del tedio/
pero esta casa no tiene aleros/ni tiene torrentes el cielo/
están las cosas ancladas y todo llueve hacia adentro/
la cicatriz en la boca/ último asilo en la noche/
y el corazón dando vueltas/ como un perro.
Cómo olvidar/el cuerpo y la vergüenza/ cómo rezarle a la niña/
hasta que la luz se haga tierna/ Era una flor de abismo y la encerraron/ saltemos juntas/ ahora/ rosa de nadie/ con los dormidos del suelo/
y los de estómago lleno/No debieras hacer nada/ nada que no hayas hecho/ nada madre de espuma/ niña de piedra y agua/
toda de carne o de barro.
Vuélvase a su sitio/ dicen en la calle/ pero ya no se vuelve/hija/
Una mujer que baja del pedestal/no mira atrás/ anda sobre la tierra/
y eso da miedo/ su piel como un cuchillo/
o como un barco.
4.
Rosa/
Rosa Rosina/Rosa Josefa/ Rosa de Lorca/ madre soltera/ Rosa primera
Roja rosa de Stein
Como blanca diosa/como flor hermosa/ su lluvia de pétalos/sus ojos oscuros/su nombre de pobre
América y rosas
Ay Rosa rosina/ ay Rosa Josefa/ ay rosa de sangre/ ay rosa de Siena/ el rojo en las venas/Que viva la rosa/espinosa/mugrosa/ la delicada
rosa/ la aparatosa
Rosa la Roja
Vieja/puerca/coja/nuestra Rosa/en la quebrada/ desolada/ pisoteada rosa/ que desbroza/ a todas las rosas
Rosario
Perfuma espinosa/la rosa mística/ la torre ebúrnea/el ronroneo/ la rosquita de pan/rodocrosita/ toda reina/ toda renga/ rosa sola/ torrentosa/ de Lima/ de Susques/ de Lorca
5.
Dejá de cantarle a la Rosa/
che/
hacé que florezca.
Versos de hospital
Un amigo estuvo internado/por una operación extraña/ por primera vez me asomé/ al mundo de los enfermeros/ dice/a la crueldad de los hospitales.
También yo ingresé a emergencia hospitalaria/con un palpitar menguado/ Así dijeron los médicos/ y me pusieron en la zurda/ una pequeña máquina.
Mundo de los enfermeros.
Recuerdo al que me cuidaba/ No quería orinar ante sus ojos/ ni que viera el pelo de mi pubis/pero él dijo/ Es mi trabajo, madre y me lavó las partes con merthiolate/ El muchacho empezaba a ser hombre /los ojos achinados como rajas/ Vine a Córdoba a estudiar/dijo/ era de un pueblo de Salta / es mi trabajo, madre/no podía levantarme.
Crueldad de los hospitales.
Yo en una cama/otra mujer en la otra cama/amigas por esos días/ Él le dijo al poner la chata /hay sangre, ¿está menstruando?/ A ella le dio vergüenza/ se me adelantó la regla… perdoname/No se preocupe/ dijo el muchacho.
No se preocupe, madre.
De azul hielo en la noche/el televisor encendido/ y nosotras en un barco/a merced de aquel muchacho/ que limpiaba nuestra sangre/ y nuestras babas.
Así es nuestro trabajo /dijo/ y nosotras/ coloradas de vergüenza/ diciendo y diciendo/
Gracias
Genealogía
Tengo una foto del casamiento de mis padres,
él con traje oscuro y el pelo peinado a la gomina. Ella de trajecito claro y una boina (con un moño grande, a cuadros),
la sonrisa perfecta, los ojos bajos, una cartera pequeña en una mano (la otra mano enlazada a la mano de mi padre). Con los ojos renegridos y las cejas grandes, a él parecen molestarle los reflejos del sol en esa tarde. Sé que es abril, que están frente a la plaza, la sombra de sus cuerpos se estira en el mosaico, hacia la tapia.
Ella lleva debajo una blusa blanca. Antes de esa tarde, vendió una cadena de oro de su abuela para hacerse el anillo de bodas. Si te gusta el oro, no soy hombre para vos, dijo mi padre.
Antes, mi padre le dio un echarpe de su madre, de color azul y grana. Si nos dejamos lo quiero de regreso, es un recuerdo de la madre de mi madre.
Antes, un hombre golpeó la puerta de la casa de mi abuela, allá en el pueblo, buscando a una amiga de su madre y se encontró con mi madre.
Antes, ese hombre que venía de otro mundo, le pidió a mi madre que fuera a la ciudad para conocerla, pero mi madre le dijo que una buena chica no se movía de su casa.
Antes mi madre juró y juró que no se casaría con nadie.
Era hermosa como una potranca en la llanura y enseñaba a leer con un peinado de trenzas recogidas.
Antes su madre se inclinó a fregar junto al arroyo para alimentar a los hijos y al marido, y antes de eso se le enfermó el marido. Era un hombre flaco como un pájaro que no podía oler la sopa de porotos, ni la flor del paraíso, ni el heno que enfardaba ni las hojas satinadas de los plátanos. Íbamos a verlos los domingos, mi madre nos llevaba; hablaban piamontés en una casa oscura, con piso de ladrillos y un patio con glicinas.
Antes los padres de mi madre emparvaban alfa en Campo Yucat y antes la madre de mi madre tuvo a su primer hijo cuando era apenas una niña.
Antes, su madre casó a la hija casi niña con un hombre bueno, el más bueno que encontré, decía, sin preguntarle a esa niña nada.
Antes la madre de la madre de mi madre viajó con su hija pequeña en la bodega de un barco y después atravesó los campos como una peregrina, detrás de una máquina de trilla; y antes escapó de su pueblo con su hija, para que no la casaran con un hermano del marido.
Antes, en un lugar llamado Casas Viejas, se le murió el marido y ella se ató un cilicio en la cintura. Cuando yo era niña, aún vivía, aferrada a un misal y un relicario con pelos de Santa Cecilia. Era poco agraciada la madre de mi abuela, la cara angulosa, los ojos hundidos, la boca, pero alguna vez fue joven y robusta, un animal para el trabajo cuando conoció al marido.
Antes ella no tuvo padre y juró que si tenía hijos,
los hijos tendrían otra vida. Y antes fregó los suelos
de una iglesia y fregando conoció los libros. Los evangelios,
La Filotea, La vida de Santa Cecilia (y se escondió en el pecho,
tal vez robada, esa reliquia, unos pelos de la santa
en una cajita)
Antes fue campesina y ayudó a su madre a cuidar dos vacas que tenían y antes su madre arrancó raíces de entre las piedras, para alimentarla.
Encontré una foto de esa mujer, una foto borrosa,
amarillenta. Dijo mi madre que le dijeron que la sacó el cura de Casas Viejas. Es la foto de una campesina joven, ya con la espalda curva, una mujer muy flaca, con la quijada hacia adelante, husmeando como un perro y los ojos, ay los ojos, tan despiertos, como una rata o una ardilla, ojos alertas como los de una perdiz
o los de un tero.
Instantánea con caballo
Tu cuerpo de muchacho
tira las riendas: la pierna
avanza y es bonito el caballo,
te diría, con su pelaje oscuro.
Tal vez sea una yegua mansa
porque hay niños sobre el lomo,
sin cabalgadura. Tu hermano
se ha vuelto hacia el fotógrafo
y están los otros en el cogote
y en la grupa.
Es una foto de blanco
y negro, con los bordes ajados,
te diría (causa gracia esa remera
de banlon, sobre los pantalones
nuevos). Tu madre, escondida
tras los niños, sostiene todo.
Veo las piernas y la pollera;
es su fuerza lo que miro,
te diría.
Istantanea con cavallo
Il tuo corpo da ragazzo
tira le redini: la gamba
va avanti; è bello il cavallo,
ti direi, con il suo pelame scuro.
Forse è una cavalla mansueta,
perché i bambini sono seduti sulla schiena,
senza sella. Tuo fratello
è girato verso il fotografo
mentre gli altri sono sul collo,
sulla groppa.
É una foto in bianco e nero,
con i bordi invecchiati,
ti direi, (è buffa la maglietta
di banlon sui pantaloni
nuovi). Tua madre,
nascosta dietro i bambini, li sostiene.
Vedo le gambe, la gonna;
è la sua forza che guardo,
ti direi.
Traducción de Maria Elena Boglio
Muchacha de Ucrania/ 2003
¿Cómo van en tu tierra las cosas?,
pregunto. Siempre peor, me responde,
es todo una mafia. Mi prima allá abajo
levanta la mano. La chica se llama Alexandra
y va a trabajar a Gerona. Tiene a su padre
en Valencia y a su madre limpiando
un albergue en Milano.
……………………………………………….Su hermano,
que cumple catorce, se ha quedado en Ucrania
cuidando la casa. Hablo tres lenguas, me dice,
ucraniano, moldavo y rumano, pero eso no sirve
en España. En el bus van gitanos, letones
y húngaros, y esta chica que tiene a su madre
en Milano. También va una mujer de Trujillo
que no tiene papeles, me lo dijo comprando
el pasaje. Hay un sitio mejor
y está lejos.
……………………………………………….(Por la tarde
………………………………………he llamado a mis hijas.
……………………………………………….No estaban)
Yo quería quedarme
cuidando la casa, me dice la chica de Ucrania,
pero es mejor que se quede mi hermano.
Conversando, he olvidado que estoy todavía
en Torino, que el bus no ha arrancado,
que mi prima allá abajo levanta
la mano.
Ukrainian girl/2003
How are things in your country?
I ask. Bad to worse, she answers,
it’s all mafia. My cousin down there
raises her hand. The girl’s called Alexandra
and is going to work in Gerona. She has a father
in Valencia and a mother who cleans
a hostel in Milan.
……………………………………………….Her brother,
who’s turning fourteen, has stayed in Ukraine
minding the house. I speak three languages, she says,
Ukrainian, Moldavian and Romanian, but that’s no use
to me in Spain. On the bus there are gypsies, Latvians
and Hungarians, and this girl whose mother is
in Milan. There’s also an undocumented woman
from Trujillo – she told me that while buying
her ticket. There’s a better place
and it’s far away.
……………………………………………….(In the afternoon
……………………………………………..I called my daughters.
……………………………………………….They weren’t home.)
I wanted to stay home
minding the house, the Ukrainian girl tells me,
but it’s better if my brother does it.
Chatting, I’ve forgotten that I’m still
in Turin, that the bus hasn’t started,
that my cousin down there is raising
her hand.
Traducción de Laura Chalar
De Poesía reunida, Ediciones en danza, Buenos Aires, 2019.
María Teresa Andruetto nació en Arroyo Cabral, Argentina, en 1954. Publicó novelas, ensayos, libros de cuentos, poemarios y libros para niños. Traducida a varias lenguas, sus libros son materia de numerosas tesis de grado y doctorado. Desde hace más de treinta años interviene de diversos modos en la construcción de una sociedad lectora. Obtuvo entre otros los premios Fondo Nacional de las Artes, Iberoamericano a la Trayectoria en Literatura Infantil SM, Premio Cultura Universidad Nacional de Córdoba, Premio Hans Christian Andersen, Konex de Platino y Premio Trayectoria en Letras del Fondo Nacional de las Artes 2020. Co dirige una colección de revalorización de narradoras argentinas en la Editorial Universitaria EDUVIM y cada semana comparte una breve historia desde la radio de la Universidad Nacional de Córdoba.
La composición que ilustra este paisaje de Abisinia fue realizada a partir de:
Incidencias/fragmentos
s/t
Lápiz grafito sobre papel
2021
de © Amadeus Alessandro Longas.