Janneth Rico Preciado
«En «El refugio de los dioses» de Janneth Rico Preciado una mujer camina por los desiertos del sueño en busca de los dioses; esta sensibilidad y esta palabra son atravesadas por la sustancia onírica y por el ritual —a veces solemne a veces salvaje— de sus visiones y sus miedos. Rico Preciado, quien además de poeta es mezzosoprano, actriz de teatro y filósofa en formación, sabe como lo plasmó Gérald de Nerval que «el sueño es una segunda vida». En ese escenario nocturno de la sueñera el cuerpo y la danza son protagonistas y le ofrecen al lector la sensación —a veces placentera a veces angustiante— del movimiento de las sombras y de la luz», nos comenta el poeta Fredy Yezzed. Compartimos cinco poemas de Janneth Rico Preciado pertenecientes al libro «El refugio de los dioses» (Abisinia Editorial, Bogotá, 2023) en su colección de poesía Concierto Animal, Homenaje a Blanca Varela.
Una danza en círculos
No soy yo, un enigma canta alrededor de mis músculos. Intento un verso blanco. Escribo con la punta de los huesos.
…..El rito se pronuncia a sí mismo. En la vigilia de las horas se escuchan alacranes en la carne. Es allí donde anidan los más temibles ardores, el más ruidoso escándalo del silencio.
…..Naufraga el suicida que recita las palabras del abismo.
…..¿Es el eco el que replica el sonido de la máscara?
…..Hay una voz que transita en la noche para no perderse de sí misma en la desolación del olvido.
…..Hay una danza en círculos que busca la salida en las manos prodigiosas.
…..Arder es nombrarse con palabras jamás pronunciadas.
…..Soy la música.
Un hombre desnudo y prendido fuego
Dibujo de Luis Caballero
Un hombre posó mis manos en su simiente.
…..En mis sueños caminé desnuda por esas calles donde el sol tiene una fuerza extraña.
…..Vi un funeral y decidí ocultar mis pezones, afilados como balas. Temía hacerle daño al penitente. Del cielo se desplegaba el deseo de una ciudad antigua, donde canta el mar que vio los últimos trozos de la máscara de Ulises.
…..En mis sueños el espejo se multiplica.
…..Seguí desnuda hasta el amanecer y despojada de cuchillos me quedó la palabra entre los labios. La calle angosta y las voces infantiles me recordaron el ocaso de los dioses.
…..Un hombre posó mis manos sobre sus párpados y sentí un recuerdo vago; lo recorrí como quien toca una cicatriz que sobresale, madera apacible y tibia, serena bajó la mirada de mi alma, que al cerrar los ojos guarda el secreto.
…..Nuestro roce son plegarias para los ciegos y los sonámbulos.
…..Si rompo el espejo sabré de mí. Temo dejar de caminar desnuda. Solo mis huesos saben del crujir de un grito agudo.
…..Desde el fondo de su cuerpo recuerdo la infancia de las rosas.
El fuego impaciente
Camino sobre el agua, habito el fuego impaciente de los ciegos, soy el crujir de dientes y plegarias.
…..Invoco un roce secreto, unas manos ávidas con la esperanza del pan y una nostalgia que crece en la luz.
…..La tierra mojada se multiplica, acaricia las semillas, canta sin manos.
…..De carne y de silencios está construida la morada de los dioses, hablan entre murmullos y su palabra es la máscara que se fragmenta.
…..Indescifrable, como la lluvia, mi nombre.
Dictado del sueño
Las otras son legión, hablan con el bosque, los animales heridos, los arcanos.
…..Soy el mapa que guía hacia el acantilado, soy el norte de la brújula escondida.
…..Soy quien canta en esa noche, en esa calle; soy quien escribe y habita el sueño de otra.
…..Un nombre de seis cifras desaparece en la huida.
…..En mi sangre corre el niño ciego del deseo.
Nocturno
Esta herida vacía de sangre
que ilumina, resplandece y arde.
Un sonámbulo le dicta versos al precipicio.
Espero que el filo no elija mis alas.
Gesto de mala fé:
cada quien elige su propio sufrimiento.
Transito el sendero doble del dolor.
Una niña repite el nombre de los desaparecidos.
Señales del espíritu
Pregunto a la tierra del cuerpo
por el peso invisible del alma:
agua entre las grietas de lo callado.
Janneth Rico Preciado nació en Sogamoso, Boyacá, Colombia, en 1979. Es poeta, mezzosoprano, actriz y directora de teatro. Es egresada del Taller de Escritores de la Universidad Central de Bogotá. Es filósofa en formación de la Universidad Nacional Abierta y a Distancia, donde trabaja la relación de lo sagrado con la poesía. Vivió diez años en Argentina, donde coordinó la Escuela Municipal de Teatro de Olavarría. Sus poemas aparecen en la antología El libro del polen (Abisinia Editorial, Bogotá, 2022) y Morir es un país que amabas. Poesía y Memoria por nuestros Líderes y Lideresas Sociales (próximo a publicarse). Su trabajo narrativo apareció por primera vez en el libro Pisadas en la niebla: antología de nuevos cuentistas boyacenses (Común Presencia, Bogotá, 2010). El refugio de los dioses es su primer poemario.
La composición que ilustra este paisaje de Abisinia, a manera de homenaje, fue realizada a partir de la obra «Mujer delante de una ventana» del artista © Fernando Botero