Leopoldo Castilla
Del maestro de la poesía argentina, Leopoldo Castilla, compartimos cinco poemas a modo de celebración por sus dos últimos libros de poesía publicados: La balada de las máscaras y Las coplas de los misterios. Castilla es autor de 28 libros de poesía, además de 11 volúmenes de narrativa y ensayo. Obtuvo numerosos premios nacionales e internacionales, entre ellos, el Premio Internacional de Poesía Víctor Valera Mora, instituido por el Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos de Venezuela, y en 2022, en la ciudad de Salamanca, España, la medalla Fray Luis de León de la Poesía Iberoamericana, en reconocimiento al conjunto de su obra poética.
India
XIX
………………..……….……………A Joaquín Giannuzzi y Libertad Demitrópulos
La brasa de la luz
y la carne
dilatando los hombres, afeminando el barro
hicieron Benarés.
¿Hay un sitio
donde se una lo sagrado y el cuerpo
que no sea en el asombro
de ir desapareciendo?
¿Quién sino el hombre que huye
de su propia distancia,
que se va quedando en lo que ya se ha ido
puede,
sin ver su llaga,
…………………………mirar un río?
No hay como su sensación
templo tan profundo
que deshunda el agua,
ni inmensidad
como la de seguir naciendo
para perder futuros.
………………………………………Como el río.
Aquí viene a morir, en una casa azul espera
que se borren el día, sus hijos, el olfato y el tacto.
Junto a su mujer anciana
secreteándose
comen sus huecos,
intersticios de su historia
pedazos de un pan
…………………………que nunca podrá ser dividido.
Ella lo ayuda:
si ocupa todo el recuerdo
le vendrá el olvido. Le deja, eso sí, que tenga,
su jarro, su nombre, su sombrero
………………………………………(todavía está imantado)
……………………………………………………y lo lleva al Ganges
para que alce el agua y la aplauda
y la deje caer en la luz
pues para cruzar el infinito
hace falta una infancia.
Junto a él, otros, van perdiendo su alguien
(también su alguien pierde
………………………………………el que pide salvarse)
Todos
lámparas
…………………………con el agua al pecho
…………………………entre la vida y la muerte
………………………………………perplejos
…………………………en un fuego sin instantes
hicieron esta turbulencia, estas lenguas sin gravedad
que unge el río
………………………………………y tiemblan
de tanto adiós sin salir de la carne.
¿Qué media entre ese adolescente que se zambulle
y el niño
…………………………que flota
………………………………………sin luna, en el fondo?
No es la muerte
………………………………….sino la forma
en que los abandonó el espacio.
¿Qué abisma al hijo con esas varas encendidas
que, antes de prenderle fuego,
da vueltas alrededor de su madre,
que no sea señalar un sitio
…………………..pues no hay sustentación
ni pierde distancia lo que cae?
Y entre la muerta
…………………………sin fondo, en su mortaja
y el esposo que se afeitó los cabellos
………………………………………para despedirla
qué se rompe
sino un relámpago
y cada uno vuelve a su soledad
de no ser ni solo
pues a la muerte la une la asimetría.
Ese cadáver que pasa sobre la corriente
con un pájaro vivo
parado
sobre la profundidad de su cabeza
………………………………………flor de agua
va como el río
de cuerpo presente
en su ausencia.
¿Dónde está Benarés
sino en todo lo lejos que estamos de nosotros?,
cruzando el día
como apagones, haciendo noche
en la fosforescencia,
buscando camino donde sólo hay señales,
cada uno en su espejo
para que el otro no se vea, llamando dios
a lo inestable
queriendo llenar la velocidad
con una piedra
……………hasta llegar a Benarés
y hundirse en el río
para acabar en alguna forma
y ser uno la salida
…………………………a la que nunca llega.
Y el hombre le dice al dios:
………………………………………esta es mi carne
………………………………………la única que te queda.
Desde el río se ve el humo
sólo hay una orilla
donde el muerto comienza.
Esa nube es él. Ahora se ve cómo
se sentía
y cual era la forma que se desorientaba
en la forma que él era.
Ahora no importa dónde arde.
Tampoco en la vida
tuvo dentro ni fuera
ni lo retuvo un sitio.
Lleva una luz que la luz no toca.
No se detiene
porque todo lo atraviesa.
Lo dan al río. Se lleva
el agua sus cenizas.
………………………………………Agua sin agua sentirán que llueve
…………………………………………………………………cuando nunca vuelva.
Manada
VII
El hombre se ve entero en el ojo del animal
dentro de una gota
cayendo todavía en el aluvión de los astros.
Y ve el tigre tatuado por las llamas del sol
el tigre
clandestino
pisando apenas para no incendiar los campos.
Mira la víbora, guante del rayo,
la astronomía de la araña,
los nervios del relámpago en la cebra,
los meteoritos de los escarabajos,
la noche insepulta del toro
y la lujuria constelada del saurio.
Todo el cosmos preso en la manada.
Menos el colibrí que tiembla, fijo en el aire.
Ese
……………recién está llegando.
XXIII
En el patio, ahí, en el calor,
soy transparente.
Todavía no soy nadie en los espejos
pero sí el único que jamás va a volver
cuando se interne como un león
en los yuyarales del baldío.
Tengo tres secretos:
todas las noches, despierto,
veo descender la muerte por la escalera
y, dormido,
………llegar
………la lluvia de fuego del fin del mundo.
Y el tercero:
de día en el mercado, por una moneda,
un viborero me cuelga dos serpientes en el cuello.
A mis padres no les digo nada. Hay que ser hombre.
No saben tampoco que sé volar. Y desaparecer.
Porque todo está lleno de lo que no existe.
Que lo diga mi abuela Lola que no ve
y recuerda a los ángeles
o mi abuela Candelaria que apaga relámpagos
con una cruz de ceniza.
“Dónde andará ese chico” se preguntan, sin darse cuenta
que estoy en todas partes.
Un día me suicido para verme,
para acordarme de mí cuando sea grande.
Sé cuántos gallos asesina el alba
y que las tardes son una sola tarde. Aún no
terminé de contar las estrellas.
………………………Por eso aquí no se muere nadie.
Yo los salvo.
………………Tengo una espada
………………y camino por el aire.
Balada de Auschwitz
En la valija de Jacobo caben
una camisa, una fotografía
y el polvo del camino
que adelgazó cuando lo enterraron.
Estos son los anteojos de Issac.
Los de ver irse el mundo
por una grieta de un vagón del tren.
Los limpiaba con su aliento. No podía
respirar si miraba,
si respiraba se quedaba ciego.
Este es el pelo de Esther
encaneciendo solo. Esos
los zapatos de Samuel y la muleta de Aarón
y la pierna de madera de Raquel.
En esta mancha del jergón de paja
se disolvió el niño
al mamar la tiniebla de su madre.
Esa es la tela que tejieron con sus cabellos
( y es que lo frágil
………………………hila el espanto. )
Este es el sobretodo de Josué
donde se encerró. Su casa oscura.
No lo pudieron hallar
………………………cuando lo asesinaron.
Detrás de las barracas
los hambrientos alambrados
el ojo demente de los reflectores
y un patíbulo.
Fuera de Auschwitz todo es nieve
y silencio.
Hombres y mujeres por la tierra.
Por toda la tierra
………sombras
………………de blanco.
Mundos paralelos
En los mundos paralelos
el mismo acto,
con iguales protagonistas,
modifica los hechos,
cambia el final,
trastorna el argumento.
No hay un único destino,
cada opción se cumple
(esa lección está en los sueños).
Si en la suma de todas las combinaciones
está el tiempo abolido,
la eternidad, entonces, no tendría extensión
y podría permanecer
en una inminencia absoluta
el universo.
Él busca esa potestad.
Y apuesta.
Pero el azar no descansa.
Si el Todo para cada designio crea un mundo
el azar
………………para cada mundo
………………………………………crea un espejismo.
Leopoldo Castilla nació en Salta, Argentina, en l947. Es autor de 28 libros de poesía, además de 11 volúmenes de narrativa y ensayo. Poesía suya se tradujo a 14 idiomas y antologías de su obra se publicaron en varios países de América Latina y Europa. Obtuvo numerosos premios nacionales e internacionales, entre ellos el Premio Internacional de Poesía Víctor Valera Mora, instituido por el Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos de Venezuela, el Gran Premio de Honor de la Fundación Argentina para la Poesía y en 2022, en la ciudad de Salamanca, España, la medalla Fray Luis de León de la Poesía Iberoamericana, en reconocimiento al conjunto de su obra poética. También la Asociación Cultural Iberoamericana de Huelva, España, lo distinguió no sólo por su trayectoria literaria sino también por su acción en defensa de la naturaleza como propulsor, junto a otros poetas, del Movimiento Internacional Bosques de la Poesía y por una Ley que declare a la naturaleza sujeto de derecho. Dichos bosques se extienden ya a lo largo del territorio argentino y por Latinoamérica, Estados Unidos y España. En su país fue designado Miembro de Honor de la Academia Nacional del Folklore y Doctor Honoris Causa por la Universidad Nacional de Salta. Sobre su cuento La redada se filmó el largometraje homónimo dirigido por Rolando Pardo. En 1976 se exilió en Madrid donde residió durante 21 años y luego regresó a la Argentina donde vive actualmente.
La máscara que ilustra este paisaje de Abisinia fue realizada a partir de la serie Legado de razas,
modelado en caolín, horneada a leña,
del escultor ceramista ©Mauricio Pablo D’ Amico