Daisy Zamora
Contamos con que estás
…………………………………………..A mi madre
Seguimos mirándote
cristalizada en un tiempo sin tiempo.
De pronto, me choca tu cabello blanco
(¿cuándo perdió su esplendor de caoba?)
Te veo casualmente cambiándote de ropa
y me conmuevo:
ahora tu cuerpo es más pequeño y frágil.
(¿Qué crisis enfrentaste calladamente
en tantos años de soledad y viudez?)
Pero son momentos, sólo momentos
que luego olvidamos
cada quién en el trajín de la vida.
Contamos con que estás,
te visitamos de vez en cuando
y cruzamos —como pájaros—
breves palabras al vuelo.
Y seguimos posponiendo el verdadero
encuentro, la conversación definitiva,
como si la vida durara para siempre,
como si no pudiera
terminarse todo hoy mismo.
Preñez
Esta inesperada redondez,
este perder mi cintura de ánfora
y hacerme tinaja,
es regresar al barro, al sol, al aguacero
y entender cómo germina la semilla
en la humedad caliente de mi tierra.
Cuidados intensivos
Totalmente desnuda yace entre las sábanas,
la misma que a los catorce años
fue estatuilla de marfil/bibelot de alabastro.
Su cuerpo marchito se mimetiza sobre la ajada blancura.
Su cuerpo —que nunca desplegó esplendoroso
en fotografías de centerfold
o belleza del mes en alguna revista.
Los hijos la contemplan
bajo la red de tubos, sueros y sondas.
Sobrevivió
al horror solapado,
a la crueldad del otro
dosificada en finos estiletes.
¡Quién la viera en el hermoso retrato
de aquel lejano día de sus bodas!
Al parto
¡Ah, dice, cómo en el cristal diviso
a lo que más eterno resplandece,
puede ser escarmiento de ceniza!
Luis de Sandoval Zapata
Desperté con aquellos espasmos.
Desde mi vientre llamaban hacia afuera.
Sólo el dolor iba expandiéndose y replegándose
como un oleaje cada vez más agitado.
Me levanté ya con torpeza
abarcando con mis brazos el océano;
sosteniendo, abrazando aquel inmenso corazón
convulso y expectante
hasta alcanzar la ducha matinal
porque ya rompían las aguas: la fuente.
Se dejaba venir el torrente incontenible de la vida.
Pero ya frente al espejo
al peinarme el pelo
empapado, chorreándome sobre las clavículas,
vi mis ojos inmersos en pura transparencia;
su verde translúcido de iris resplandecientes
sobre las ojeras, los altos pómulos, la frente comba,
como si tras la piel, mi propio cráneo
me enfrentara con el rostro de la muerte.
Día de la madre
…………………………………………..A mi hija e hijos
No dudo que les hubiera gustado tener
una linda mamá de anuncio comercial:
con marido adorable y niños felices.
Siempre aparece risueña —y si algún día llora
lo hace una vez apagados reflectores y cámaras
y con el rostro limpio de maquillaje.
Pero ya que nacieron de mí, debo decirles:
Desde que era pequeña como ustedes
ansiaba ser yo misma —y para una mujer eso es difícil—
(Hasta mi Ángel Guardián renunció a cuidarme
cuando lo supo).
No puedo asegurarles que conozco bien el rumbo.
Muchas veces me equivoco,
y mi vida más bien ha sido como una dolorosa travesía
vadeando escollos, sorteando tempestades,
desoyendo fantasmales sirenas que me invitan al pasado,
sin brújula ni bitácora adecuadas
que me indiquen la ruta.
Pero avanzo, avanzo aferrada a la esperanza
de algún puerto lejano
al que ustedes, hijos míos —estoy segura—
arribarán una mañana
—después de consumado
mi naufragio.
Daisy Zamora (nicaragüense). Fue vice-ministra de Cultura de su país. Ha publicado ocho poemarios en español y cuatro en inglés, en los Estados Unidos e Inglaterra. Sus libros más recientes son La violenta espuma (Visor, 2018) y Tránsito de espumas (Lima Lee, 2020). Zamora es traductora y también editora de varias antologías, entre ellas, la primera antología de mujeres poetas nicaragüenses publicada en su país y en Latinoamérica, y la primera antología de talleres de poesía en español publicada en los Estados Unidos. La poesía de Zamora aparece en numerosas antologías en treinta idiomas, y en el Oxford Book of Latin American Poetry. Zamora fue combatiente del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) durante la guerra de liberación; participó en el operativo de la toma del Palacio Nacional, sede del congreso Somocista, y fue directora de programación y locutora en la radio Sandino clandestina. Fundadora y miembro de la Coalición de Mujeres en Nicaragua, es conocida por su lucha en defensa de los derechos de la mujer. Fotografía: Melvin Vargas.