Diana Carolina González
««Devenir animal –pequeño bestiario–», el primer libro de poesía, de la poeta, docente y estudiante de literatura, Diana Carolina González, mira al ser animal con admiración y deleite, le pide que le comparta sus valores al hombre y la mujer contemporáneos. Los hermanos animales, maravillosas obras de arte, en su complejidad representan en estos poemas la infancia, la tristeza, el duelo, la ansiedad, la ira, la culpa, la angustia, la violencia, el destino y el amor. Alejada de la mirada científica de la biología, pero permeada por un halo de compasión y consuelo, la autora le solicita reflexión y diálogo al mundo —inocente, noble, salvaje y cruel— de los animales, y su enigmático lenguaje. Estos poemas de palabreo cotidiano nos susurran —con su dosis de humor y ternura— que el ser humano por obra del misterio no está solo, pues lo acompaña en su breve tránsito la manada, la bandada, el hormiguero, la colmena, la vaquiada, la pecera, el ladrido, el gato que en la lejana Egipto era un dios», palabras del poeta Fredy Yezzed. Compartimos cinco poemas de Diana Carolina González publicada por Abisinia Editorial y en su colección de poesía Concierto Animal, Homenaje a Blanca Varela.
Invernadero
I
perseguí el amor
fui la niña que cazaba mariposas
siempre escurridizas
pero ya no hay prados
ahora
me siento con la red en mano
y la cara larga
en la banca de un parque plástico
cubierto de pasto flores
árboles pájaros y nidos de icopor
caigo en la trampa
y me entrego a los artificios posmodernos
…………………a escondidas atrapo hurto me embolsillo
…………………las mariposas de origami que decoran las vitrinas
…………………ilusiones de saldo en el centro comercial
II
este es mi amor
puñado de monarcas
que vuela alegre en la habitación
¡qué no escapen!
la mano del temor ha tapado toda salida
después de un día de encierro
yacen en el piso
alfombra inerte
¿será el miedo…?
¿quién barrerá el desastre?
III
me apresuro a abrir la ventana
las mariposas deben escapar
las de papel que he robado
las de plástico que me han vendido
—alguien quiso hacerme creer que eran inmortales
nunca vi su lengua enroscada hablarme de amor—
las que brotaron de mi clavícula en la mañana
con la promesa de que la fe retornaría a medio día
pero incumplidas vagan
asfixiadas por el bochorno de la tarde
todas deben irse
mi generosidad abre el basculante
las anima a salir
ante la certeza de su muerte
de su prematuro sufrimiento
no dejo de preguntarme
¿quiero que mueran junto a mí?
abro la ventana
…………………soy incapaz de cuidar su muerte
Polilla
un hombre obeso
decide cruzar los barrotes de su encierro
y convertirse en polilla
se mete al fondo del armario
desenhebra el saco viejo del colegio
consume cada hilo
lo masca como pétalos
saborea los días en la cancha
el coqueteo de los recreos
las pequeñas trampas al profesor de cálculo
la desazón de enterrar sus pasos adolescentes
poda los recuerdos de las primeras veces
hojas marchitas que crepitan en el suelo
las pega una sobre otra
……………………………………escamas sobre su barriga
se arranca los cabellos
deja dos penachos en forma de antenas
radares que pretenden buscar pareja a la distancia
se cuelga la pelambre en los brazos y la espalda
hace con ellos un collage de noches
ansiedades y espejismos
convierte sus pesares en aletas
se mete bajo la cama para cubrirse con el polvo
de los días y la amargura
de la ceniza de planes abortados
del polen desperdiciado en sueños
en el fondo del armario
las polillas que comen flores muertas
………………………………………………………no saben volar
Cochinillas
mi infancia se abre paso en un potrero
entre mi casa y la casa vecina
el pasto crece hasta la cintura
tierra
habitada por mala hierba
plagada de caracoles y bichos
al fondo
una huella de cemento
quebrada por un diente de león
la mierda de gato y el orín de perro
me obligan a ocultarme bajo las rocas
refugio de cochinillas
que también se esconden
…………………enroscadas
…………………fingen ser piedras
…………………—evitan ser aplastadas por los niños—
yo finjo ser una cochinilla
que finge ser piedra
para no ser estripada por el peso de la burla
de cuando en vez
aparece por el baldío
una niña fantasmal
juega a la cocinita
reúne adoquines
…………………mala hierba
……………………………………dientes de león
………………………………………………………cochinillas
entre tantas me descubre
sonríe
sabe que soy ella
—indiferente—
como si no me conociera
Diana Carolina González nació en Bogotá, Colombia, en 1982. Es poeta, escritora y docente. Es Licenciada en Lengua Castellana y Literatura de la Universidad de la Sabana y próximamente Magíster en Estudios Literarios de la Universidad de Buenos Aires, Argentina. Sus poemas han aparecido en la antología El libro del polen (Bogotá, 2022), Morir es un país que amabas. Poesía y Memoria por nuestros Líderes y Lideresas Sociales (próximo a publicarse) y en la Audioteca de Poesía María Mercedes Carranza de la Universidad Jorge Tadeo Lozano (Bogotá, 2021). Sus cuentos han aparecido en la Revista Surgente de Usme, Bogotá. Ha obtenido las menciones de honor en los concursos de la Casa de Poesía Silva: La poesía como espejo sonoro (2019) y Decir es mostrar (2020). Devenir animal –pequeño bestiario– es su primer libro de poesía publicado.
La composición que ilustra este paisaje de Abisinia, a manera de homenaje, fue realizada a partir de la obra «El baño» del artista © Fernando Botero