Juan Calzadilla
Abisinia Review le dedica el dossier de su edición No. 20 Julio-Agosto-Sept. 2024 al poeta venezolano Juan Calzadilla en celebración de su obra y su trayectoria.
…..Ofrecemos a continuación una selección especial, que contempla varios poemas inéditos, de la mejor poesía del maestro Juan Calzadilla.
…..El lector encontrará al final las rutas para acceder a todo el contenido del dossier.
Yo lo que pido
Nadie le pide a la prosa capacidad para ser explícita pues
debiera serla por naturaleza. ¿Y qué otra cosa se espera de ella,
sino la explicitud? Nadie le pide a la poesía que encuentre su
mayor fuerza de convicción en el hecho de que sea hermética e
indescifrable. Tampoco se le pide a la poesía que
necesariamente sea oscura, porque lo que se quiere de ella,
para el común de las gentes, es que sea llana y comprensible,
como la prosa. O sea, que deje de ser poesía.
Pero qué ganamos con que el sentido se haga trizas, con que
se astille en las comisuras del maldito fragmento, en la
univocidad y la polisemia del poema. Yo lo que quiero es
que el poema devenga multívoco y pluripolar. Y que no
haya necesidad de que vengan a explicármelo.
De Ejercicios persuasivos
Manifiesto de fe campesina
Con un realismo que busque su justificación en el mundo
concreto, y casi se diría que en las ocasiones que nos
brindan las acciones más vulgares del vivir, observando
cuidosamente las cosas para restituirlas a su contexto, se
puede estar en el secreto de una poesía concebida como
objeto, una poesía para la cual no se necesitara de una
declaración de fe religiosa, ni de una ascética de sacristía
como aquella que Rilke condena: pues en el fondo se sabe
que esta ascética no es sino desesperación. Con ella no se
descubre un mundo. Más bien se le cierran las puertas. Y
que puedas decir: Prefiero a un poeta que vea el mundo con
ojos asombrados y a quien el mundo se le aparezca tal como
es, aunque desde mi perspectiva tenga que concluir yo que
el mundo se le aparece tal como él lo ve.
De Aforemas, 2006
La tentación de la aventura
……………………………………..Toda aventura conduce a ella misma, Si no fuera
……………………………………..así, dejaría de ser aventura.
Un exceso de imprevisión en los relojes
es causa de calamidades públicas.
Hay un momento demasiado vacío
para la comodidad de las sillas.
Hay una vigilia a la que no perturba el hecho
de permanecer frente a un cuadrado tan estrecho
que no deja pasar nuestras vidas.
Hay un instante en el que todas las miradas
se vuelven públicas. El mundo adquiere allí
el roce del dardo expuesto a la acción del fuego.
Hay en la ciudad terrenos abonados para
el crimen y muros arrasados por las bombas cuyas
grietas imitan muy bien la presentación
de la carne viva.
De Tácticas de vigía, 1982
La cacería del poema
……………………………………..Los profesores de poesía han dicho del poema
……………………………………..cosas que yo no he dicho del peor de mis enemigos.
………………………………………………………………………………………………G. Bowering
El preceptivista intenta darle caza.
Lleva en sus manos unas pinzas y corre
tras él, listo para desglosarlo en cuando
le ponga el guante como a infeliz
mariposa. Con argumentos más lógicos, el
gramático trata de echarlo por la
fuerza, para arrancarlo de la página.
Aunque sellen herméticamente puertas
y ventanas en el fondo saben que el
poema no tardará en volver a colearse.
En una cosa el profesor y el gramático
están de acuerdo: Preferirían verlo
muerto.
De Ecólogo de día feriado, 2009
El doble
Una voz oí a mis espaldas alertándome que
alguien se quedó encerrado en la sala luego de
haber yo salido y pasado dos veces la llave. No
puede ser una persona pues ¿quién otro habita
mi casa que no sea yo solo? A menos
que quien así habla sea mi doble. Yo no estaba tan
mareado Y llevaba mis gafas bien calzadas a los
orificios de mis ojos para creer después de ser
viejo en un fantasma que así me hablara Ya en
serio o para tomarme el pelo. A menos que se trate ´
de mi doble.
Pasadas las doce de la noche como en un susurro
desde el fondo de la oscura sala y sin que para
oírla tuviera yo necesidad de pegar mis oídos
contra el vidrio de la ventana, oí de nuevo aquella
voz que suplicaba —No me dejes aquí adentro.
Llévame contigo. Soy tu doble
De Antología paralela, 1995
Software
Puesto que este sujeto no es un original
bastante fiel a sí mismo, sino por el
contrario un boceto, su sitio continúa
en el caballete. Y alegrémonos porque
sea sólo un boceto. Podría tratarse de
un caso perdido. Más tarde, si se
tuviera paciencia, de él podría sacarse
un original. Claro está cuando
dispongamos de las órdenes precisas.
Para eso tendríamos que esperar
instrucciones de arriba. Tranquilícense.
No pierdan las esperanzas. Confíen en
nuestro software.
De Las contradicciones sobrenaturales, 1967
Balada del insatisfecho
Los que me acusan de ladrar aún
no se despojan de sus colmillos.
Los que me acusan de crímenes
aún guardan el rifle en sus alforjas.
Los de vientre bajo dicen tener el corazón arriba.
Los que me acusan de huir
guardan para mí los siete candados.
Los que llevan la cruz simulan que sufren
Los que buscan la fe en las alturas
tropiezan en vano contra el filo de las alcantarillas.
Los que se regodean hablando del paraíso
es porque lo han perdido.
De Retrato de un artista moderno, 2013
Aprendo leyendo a los otros
Yo aprendo de los otros no menos, de lo que los
otros aprenden de mí. Supongo que, viéndolos,
oyéndolos a diario, descifrando sus rostros, como
quien lee un periódico viejo; observando cómo
administran sus hábitos, sus ademanes contaminados
por la ciudad, el alcohol y sus cicatrices, la derrota.
La lámpara sin pantalla a medianoche en medio de
los disparos, el insomnio y, en fin, todas las
atrocidades. Aprendo estrategias de la gente, sin
andar con rodeos. De mí ustedes también aprenden lo
propio y leyendo mi rostro me conocen y no se
apiadan de mí ni me perdonan.
De Poesía por poder, 2014
El poeta en África
“El primer estudio del hombre que quiere ser poeta es su
propia alma”. Entera la busca, la cultiva y la aprehende pero
por un movimiento contrario a la convicción que tenía de
conocerse a sí mismo un poco antes de partir para Abisinia. Y
ya no estará seguro de esto cuando emprenda esa otra
búsqueda que no lo llevó más que a extraviarse en las
caravanas por África. Y a encontrar cuando menos en su
conocimiento de sí tanta incertidumbre como la que en París
le llevó a saberse poeta sólo por unos instantes.
Inédito
Contradicciones
Cuando tomo la pluma los labios no quieren callarse
Cuando empiezo a hablar la mano no guarda silencio,
tiembla se altera y oscila en otra dirección
cada miembro cada órgano espera de mí su
independencia
Quiere para sí su propio instrumento de indagación.
Cuando camino una mitad del cuerpo avanza conmigo
la otra mitad espera, como muerta, fija en los postes de
alumbrado. La sombra aproxima, el deseo aleja. Mi
propio frente me da la espalda. Son contradicciones
De Ciudadano sin fin, 1970
El transeúnte de la escritura
Lo peor que le pueda pasar al gusto de lo fragmentario es
que alguien, desde la cabina, prorrumpa en gritos para
anunciarnos la explosión en pleno vuelo del Jet en que
volamos. —Por favor, respondo, no quiero sacar de mi
condición de transeúnte de la escritura una zambullida en
traje de buzo al fondo de los paraísos de aluminio
chamuscado. A mí que me dejen en tierra, aunque sea a
ras de los basureros. —No puedo dejar de salir disparado
en fragmentos desde todo lo que me empuja a ser un
trozo de ellos. Y en primer lugar de las palabras
Inédito
Sobre los tipos de poesía
Hay un tipo de poesía que entra por los ojos. Y otro tipo de
poesía que puede ser leída por los oídos. Así como hay otro
tipo de poesía que no entra por ninguna parte. Y otro más
allá que en vez de entrar por los oídos se escapa por éstos.
Inédito
Reo de inmortalidad
………………………….…Murió mi eternidad y estoy velándola.
………………………………………………………………César Vallejo
Lo que el poeta encuentra de más tranquilizante en la
idea de inmortalidad es la seguridad de que, por no
haberla perdido, jamás la encontrará. Y vean la
conclusión que extrae de todo esto: —La escritura no
materializa para el poeta más que el esfuerzo que él
hace para tratar de compensar la pérdida de la
inmortalidad con la ilusión de que, escribiendo,
puede llegar a encontrarla (aunque fuera después de
muerto).
De Oh, Smog, 1977
El aserradero
cerca de la casa de campo que Rilke ocupaba en 1921. el sorpresivo
ulular de la sierra que lo sacaba de sí cuando, acodado en la mesa,
leía o escribía por las noches en la hoja del diario en donde,
defraudado, tras creerse rodeado por la mayor paz del mundo,
desahogaba su silenciosa queja. y sin embargo su convencimiento de
que también la sierra tiene un lugar en el mundo y de que se merece
ser oída y dejada en paz.
Inédito
Coctel
Demasiados programas.
Demasiados cocteles reuniones
convenciones congresos ritos festivales
Demasiados agentes libres en el mercado
Y si a esto tú te sumas
acabarás con que hay
demasiada gente holgazana como tú bostezando
frente a un cuadro
a duras penas soportándose
para rechazarse luego con un somero apretón de
manos y un hasta luego. Señores, esta farsa no se
detiene
y pese a ella sobrevivimos.
De Poesía por mandato, 2014
Ejercicios de patafísico
Se puede arrojar una piedra y convenir en que se ha lanzado con tanta
precisión que ha caído en donde ha caído. Esto es lo que se conoce como
puntería del azar. Y el hecho de que nada se puede hacer para evitar que,
al arrojarla por segunda vez la piedra caiga en el sitio exacto donde antes
no cayó confirma que la puntería del azar es una ley que se cumple de
todos modos.
inédito
Los trajes de la crisis
Rebana los límites
Siempre hay solución para las crisis
¿Renunciar a tirar piedras en las
calles para sacar al Tirano
O que impere la lógica
de los grandes explotadores?
Éstos garrapatean con letra negra
el decreto de un tiempo muerto
para aquellos a quienes engañan
diciéndoles que una vida nueva no
pedirá al depredador ajuste de cuentas.
Inédito
Juan Calzadilla es actor y testigo de una época clave de la cultura moderna venezolana. Fundamentalmente es un poeta, pero ha sido muchas cosas: editor, artista plástico, curador y crítico de arte, con varios libros publicados no solo de la plástica nacional; también se ha interesado en el movimiento artístico internacional. Nació en 1931 en Altagracia de Orituco, región del Estado Guárico, en Venezuela. En 1961 participa en la creación del grupo El techo de la ballena, que irrumpió en nuestro país con un talante altamente crítico ante el panorama de la literatura y la plástica nacional. Es de los primeros que impulsa salones de arte informalista. Su bibliografía es extensa. Sus libros más destacados son Primeros poemas (Ediciones Mar Caribe, 1954), Dictado por la jauría (El techo de la ballena, 1962), Las contradicciones sobrenaturales (El techo de la ballena, 1967), Ciudadano sin fin (Monte Ávila Editores, 1969), Oh Smog (Colección Equinoccio de la Universidad Simón Bolívar, 1978), Táctica de vigía (Ediciones Oxígeno, 1982), Diario sin sujeto (1999), Aforemas (Monte Ávila Editores, 2004), Manual para inconformistas (Eloísa Cartonera, 2005), Antología poética Formas en Fuga (Colección Clásica de la Biblioteca Ayacucho, 2013). En 1996 recibió el Premio Nacional de Artes Plásticas, por su obra como dibujante, crítico e investigador. Fue director de la Galería de Arte Nacional. Se ha hecho merecedor de otros premios, como el Premio León de Greiff al Mérito Literario (2016) o el Premio Nacional de Literatura (2017) por sus más de 50 años de trayectoria literaria en el Venezuela.
La máscara que ilustra este paisaje de Abisinia fue realizada a partir de la serie Legado de razas,
modelado en caolín, horneada a leña,
del escultor ceramista ©Mauricio Pablo D’ Amico