Fabiano Alborghetti
«El poeta suizo Fabiano Alborghetti vibra frente a los sucesos que llenan los periódicos o que tocan directamente su vida. El autor «cuenta» historias conocidas, que, en su volverse poesía, no pierden el contacto con la realidad, sino que ponen en evidencia los conflictos y los absurdos (a veces con una leve ironía), manteniendo un lirismo que tiene la función de regresar al sentido terrenal los hechos retratados», nos comenta el poeta y traductor italiano Antonio Nazzaro. Compartimos cinco poemas de Fabiano Alborghetti pertenecientes al libro «Algoritmo del camino» (Abisinia Editorial, Buenos Aires, 2023) publicado en su colección de poesía Cantos Órficos, Homenaje a Dino Campana, en edición bilingüe español / italiano con traducción del poeta Antonio Nazzaro.
12 años, campesina
Después de la escuela los trabajos
que hacía la mamá, el estiércol el lavado
las compras en el mercado o bajar al campo
si es siega.
De partir la leña se ocupa su padre
pero de llevarla adentro se hizo los brazos
el padre ocupado en otros oficios
un sombrero en la cabeza que le salva del sol
que seca el sudor, la sagrada materia.
De todos los trabajos la pocilga el peor
el olor del puerco, la mierda del puerco
es ciertamente naturaleza pero la naturaleza más impía
la más inhóspita. Verter las sobras
en la batea sucia, escuchar el gruñido
y mantener atenta la mirada:
porcionar las carnes, pesar el rendimiento
es esta la tierra
repite Teresa.
La cuenta del peso, quién vive y quién no.
anni 12, contadina
Dopo scuola i lavori
che faceva la mamma, il letame il bucato
la spesa al mercato o scendere al campo
se è fienagione.
A spaccare la legna ci pensa suo padre
ma a portarla di dentro s’è fatta le braccia
il padre occupato in altri mestieri
un cappello sul capo che salva dal sole
che asciuga il sudore, la sacra materia.
Di tutti i lavori il porcile il peggiore
l’odore del porco, la merda di porco
è certamente natura ma la natura più empia
la più inospitale. Versare gli scarti
nel truogolo lercio, ascoltare il grugnito
e accorto è lo sguardo:
squadrare le carni, pesarne la resa
è questa la terra
ripete Teresa.
Il conto del peso, chi vive e chi no.
72 años, ex perito mecánico
De vez en cuando está en Mendrisio
para encontrar un poco de paz:
con las benzodiacepinas está tranquilo
hasta que aumenta la ansiedad
y se pone a hacer algo, cualquier cosa
a decir verdad y una vez lo encontraron
moviendo las bancas para que estuvieran ordenadas
y hablaba con la gente
para explicar detalladamente cómo hacer ese trabajo
cómo sin un buen trabajo
cada hombre no es nada.
Dirigía con las manos a un equipo de personas.
Bajaron en ambulancia para convencerlo de regresar
quedarse quieto, descansar. Repetía: ¡la pensión!
es el banquete de los derrotados y rendirse es morir,
es perderse a sí mismos, es enloquecer.
anni 72, ex perito meccanico
Ogni tanto sta a Mendrisio
per trovare un po’ di pace:
con le benzodiazepine sta tranquillo
fino a che non sale l’ansia
e si mette a far qualcosa, ogni cosa
a dire il vero e una volta l’han trovato
che spostava le panchine perché fossero ordinate
e parlava con la gente
per spiegare dettagliato come fare quel lavoro
come senza un buon lavoro
ogni uomo non è niente.
Dirigeva con le mani una squadra di persone.
Sono scesi in ambulanza per convincerlo a tornare
stare fermo, riposare. Ripeteva: la pensione!
è la mensa dei battuti ed arrendere è un morire
è il perdere sé stessi, è impazzire.
52 años, empleada de oficina
Tienes la cabeza como un tronco de castaño
te digo honestamente
que no puedes cada week-end matarte de trabajo
barrer el jardincito, hacer por lo menos tres tandas de lavado
limpiar los pisos reordenar el armario
de vez en cuando puedes quedarte quieta pero es como
hablarle a un muro
aunque el otro domingo no había trabajo
y te quedaste en el sillón mirando fijamente a la nada
como encerrada en una jaula, como si sufrieras un agravio.
Repetías un poco descontenta: pero algo hay por hacer…
anni 52, impiegata d’ufficio
Hai la testa come un ceppo di castagno
te lo dico onestamente
che non puoi ogni week-end ammazzarti di lavoro
ramazzare il giardinetto, fare almeno tre bucati
ripassare i pavimenti riordinare nell’armadio
ogni tanto puoi star ferma ma è come un dire al muro
anche se l’altra domenica di lavori non ce n’era
e sei stata sul divano a guardare fissa il niente
come chiusa in una gabbia, come se subissi un torto.
Ripetevi un po’ scontenta: ma qualcosa c’è da fare…
37 años, obrero
Puedo hacer lo que quiera le aseguro al empleado
mientras mira mi C.V. y contesto pertinente
a cada tipo de pregunta, mientras finjo seguridad
y me inclino apenas hacia atrás, cruzo también las piernas
mientras sé que la corbata va perfecto con el traje
mientras sé que la apariencia es el boleto al éxito
y escondo el temblor de las manos, por el hambre.
anni 37, operaio
Posso fare ciò che vuole assicuro all’impiegato
mentre scorre il mio C.V. e rispondo pertinente
a ogni sorta di domanda, mentre fingo sicurezza
e mi spingo appena indietro, accavallo anche le gambe
mentre so che la cravatta è perfetta col vestito
mentre so che l’apparenza è il biglietto del successo
e nascondo il tremolare delle mani, per la fame.
31 años, instalador, electricista y conserje
No, no sueño con la pensión
ni con una renta vitalicia
sueño justo con ser rico, tan rico
que de asco, suscitar envidias:
es por esto que yo juego, juego todo
lo que puedo. Cada sábado está el Lotto
el Euromillion, el Totogol y si puedo en Ponte Tresa
voy entonces a la agencia hípica.
El domingo en Lugano voy al Kursaal para el póker
a Mendrisio por las Slot pero no gano nunca lo suficiente
muy seguido de hecho pierdo y me he endeudado.
Ahora tengo dos trabajos
para cubrir el hueco en el banco pero sé que falta poco
dentro de poco seré rico
creo que es justo esta noche
pero esta noche trabajo hasta tarde. Desde mañana
me repongo.
anni 31, montatore elettricista e custode
No, non sogno la pensione
né una rendita sommaria
sogno proprio d’esser ricco, così ricco
da far schifo, suscitare delle invidie:
è per questo che io gioco, gioco tutto
quel che posso. Ogni sabato c’è il Lotto
l’Euromillion, il Totogol e se posso a Ponte Tresa
vado poi alla sala corse.
La domenica a Lugano vado al Kursaal per il poker
a Mendrisio per le Slot ma non vinco mai abbastanza
troppo spesso anzi perdo e mi sono indebitato.
Ora faccio due lavori
per coprire il buco in banca ma lo so che manca poco
tra non molto sarò ricco
credo proprio sia stasera
ma stasera faccio il tardi. Da domani mi rifaccio.
Fabiano Alborghetti Milán, 1970. Poeta y promotor cultural suizo. Ha escrito crítica, fundado revistas, creado programas de radio, proyectos en prisiones, escuelas y hospitales. Forma parte de la comisión de numerosos festivales y es presidente de la Casa de la Literatura de la Suiza italiana. Traducciones de sus poemas han aparecido en volúmenes, revistas y antologías en más de diez idiomas. Ha publicado seis colecciones, entre ellas L’opposta riva (2006; 2013), Registro dei fragili (2009) y Maiser (Premio Suizo de Literatura 2018) libro adaptado como radionovela para RSI Radiotelevisione della Svizzera italiana. Su última obra es Corpuscoli di Krause (Premio Galbiate, candidato al Premio Pagliarani y al Premio Strega, 2022), la cual se publica en Abisinia Editorial para el público hispanoamericano con el título de Algoritmo del camino.
La composición que ilustra este paisaje de Abisinia fue realizada a partir de una obra en
material y técnica: hierro pintado,
del artista venezolano © Daniel Suarez