Alhué Mora Mündler
«Transitar «A la intemperie» es ir a lo profundo, es navegar en el entramado cotidiano de la vida a través de sus voces y pensamientos. La poesía aquí es un puente reflexivo y vigoroso que nos aproxima a la contemplación de la experiencia humana. En estos poemas hay fervor, el lenguaje se amasa, se moldea, se cuece, y aún así sigue siendo maleable, no pierde su capacidad de transformarse. Es esta misma materia la que se escabulle sin lamentaciones, más bien con asombro de encontrar algo que está vivo y palpita». Nos comparte la poeta Stefhany Rojas Wagner frente a La intemperie. Compartimos cinco poemas de Alhué Mora Mündler publicado por Abisinia Editorial y en su colección de poesía Concierto Animal, Homenaje a Blanca Varela.
Evaluación de daños
Salgo a recorrer las calles,
los espacios donde alguna vez estuve
¿En cuáles me quedé y en cuáles me fui?
En cuáles me dejé quizás no por entero,
sólo en pequeñas partes
Intentar volver lo más íntegro posible
reencontrarme, repensarme, rearmarme
No llegar al final de otro calendario
sintiéndome ausente, extraño
(Las calles hablan sobre nosotros
les mendigamos recuerdos
hay cierta memoria en el pavimento,
a veces susurra bajo las plantas de los pies,
otras veces aúlla sobre nuestras cabezas)
Qué placer sería no tener que conjurar territorios
poner una oreja entre los muros y oírnos
o tirar un fósforo al mar para que se encienda
Y bien…
no quisiera
que sean menos los hallazgos y más los desencuentros
que la preocupación y el descontento sean mi pan de cada día
Exhumación
Me peleo con las palabras a puño limpio, a certeza rebatida.
Qué mentirosas a veces, qué poco reflejan.
Un velo opaco más que una lámpara o una vela.
Autoengaño, complacencia absurda, resignación barata.
Tantas voces diferentes en el interior, tanto artificio
encarnizado.
Se sacuden las palabras, desvarían, merodean despiadadas.
Corroídas por fragmentos y visiones inquietantes.
Mil sinónimos: abundancia inútil, desbordamiento.
Es por ello que convoco a la palabra primera,
raíz indivisible,
primacía,
cristalización de lo imperceptible.
Entendiendo que en ellas no hay alivio,
reunidas
moldean volcanes.
Ensayan a oscuras el trayecto,
recorren su tenue membrana.
Anhelo que no atenten contra mis gestos,
ni busquen resguardo todas juntas bajo el mismo abrigo.
Es así, en conflicto, que entro escribiendo a la batalla.
Sonajero
Reconocer la pérdida habitual de todos los días
El rostro que se diluye
Errante me voy dejando a cada paso, en cada lugar
¿Qué se puede hacer, llegado un momento, salvo extrañar?
Elegir bien con qué voy a romper el silencio
Voces inconclusas, idealizaciones vanas
Espuma, aire y alteridad
Aterrizaje en suelo de lava
Diatriba nocturna, necedad
¿Y si me trepo? ¿Y si no?
El hábito no es ajeno al animal
En las bisagras duermen mis temores
…………….Caos
Un frutillar efervescente
Cañones disparados durante pleno día
al llegar a un acuerdo conmigo mismo
La poesía es el lenguaje sigiloso
Resina interior
Una colección de flores de vidrio
Malas elecciones
La historia de tu maquillaje
lo que me cuentan en voz baja las arrugas
El cómplice hastío, sus lugares redundantes
Dios era la televisión
las pastillas otro falso remedio
Mi hacha de combate
Llegada la hora, bebo de tu agua estanca
un sorbo para el olvido, un sorbo para el recuerdo}
Ceder
Por la ventana entra la lluvia, artefacto del tiempo.
Un ladrido lejano contiene lo que la noche quiere decir.
Al pulso.
A la vuelta de la nada.
Disuadiendo la marcha, dando lugar a la ensoñación.
Persiguiendo al mañana, pero no apurando el sueño.
Cercando las astillas del día, pero no a mis restos.
Igualando al rumor con el silencio y a lo real con lo indefinido,
con lo inasible del futuro.
Las respuestas que buscaba están dispersas en cada hoja del bosque.
Capas, capas, capas, capas.
Capa tras capa de pensamientos se van sucediendo,
una tras el olvido de la otra.
Yo tras el olvido que se amontona en algún rincón de la habitación.
Un mensaje se filtra por el techo,
la señal de que algo se gesta allá afuera.
Algo que no necesita de nosotros.
Algo que hace uso de lo invisible.
(Otra sangre, otros cielos)
Los objetos se mueven de lugar, pierden su símbolo,
forman híbridos entre ellos, metamorfosis.
Ya no son.
La luz ausente pone fin a lo perceptible.
Un tejido anuda la oscuridad alrededor de los cuerpos,
emergiendo desde el preciso aire que el suelo exhala.
Desde la soledad misma en que el mundo nos encuentra,
ansiado desamparo.
A esta deshora nada posee nombre.
Indicios agitan las ramas de los árboles,
germinan, murmuran
una floreciente advertencia
sobre la que aún latimos.
Alhué Mora Mündler nació y creció en El Bolsón, provincia de Río Negro, Argentina, en 1992. Es Licenciado y Profesor en Composición, título otorgado por la Escuela de Música, Facultad de Humanidades y Artes de la UNR. Fue publicado en la antología El libro del polen. Corredores verdes para aves y polinizadores (Colombia, 2022), editada por Abisinia Editorial. Actualmente se encuentra radicado en Rosario, Santa Fe. A la intemperie es su primer libro de poesía.
La composición que ilustra este paisaje de Abisinia, a manera de homenaje, fue realizada a partir de la obra «Concierto campestre» del artista © Fernando Botero