Luisa Futoransky
Lunas de miel es el título de un libro que escribí, por encargo, en los años 90 y pretendió arrojar una mirada amplia y comprensiva sobre el encuentro y el desencuentro amoroso. Fue publicado por una pequeña editorial española especializada en libros de texto, Editorial Juventud. La suerte de este libro fue muy confidencial y su difusión prácticamente inexistente. Rescato aquí para Abisinia Review algunas páginas en las que aún algo me reconozco.
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Los escritores y cineastas invocan el viaje de bodas, la luna de miel como denostación, como paraíso perdido, como rebelión contra las instituciones, pero cuando escriben o filman ese periodo de la vida nunca lo hacen con indiferencia. Balzac, Maupassant, Brancati, Modiano, William Carlos William, Gide, han aludido a esta institución directamente y por escrito. Otros lo han hecho, hesitando, a veces intrigados, otras entusiastas, despreciativos o socarrones. He aquí algunos testimonios con los que fuimos tropezando mientras devanábamos estos palimpsestos tan propios y, de alguna manera también remotos: los une sin embargo la emoción y la fragilidad.
…..La cuentística de Isaac Bashevis Singer, por ejemplo, está salpimentada de acontecimientos extraordinarios que ocurren a prometidos y apenas desposados. Los judíos, por lo general, son poco inclinados a exhibir o jactarse de sus relaciones con el más allá. No pregonan su creencia y/o su falta de creencia en transmigraciones, metempsicosis o reencarnaciones. Donde ellas son ostentosas es… durante los amoríos y los viajes de bodas. Es el momento —dicen—, en que los espíritus padecen languideces y deciden cobrar las promesas incumplidas. Bashevas Singer nos habla de ello en una lengua agonizante, el idish, de amores también agonizantes.
…..El dibuk es un espíritu que no puede hallar reposo porque debe (¿o quiere?) ejecutar tareas en el reino de los vivos y para realizar su cometido se aloja en el cuerpo de una persona débil o enferma. Los enamorados son para los dibuk un terreno ideal porque las tareas inconclusas en este mundo se refieren generalmente a querer o malquerer, o vengarse de ambas. La mejor manera para que un cuerpo abra la puerta de entrada a este tipo de espíritus es un pecado secreto. Los amoríos, al nutrirse de puertas entreabiertas y pequeñas traiciones, son un verdadero regalo para la sobrevivencia de estos espíritus insomnes. Los expertos en demonología afirman que cuando por fin estos demonios abandonan nuestra compañía una manchita rosada aparece, imborrable, en el pie derecho. Los fetichistas que coleccionan extremidades saben que los piececitos que incluyen huella de dibuk son excepcionales y centuplican su valor en el mercado.
…..En La segunda Esther Kreindel (1964), Singer cuenta la historia de una mujer que desde el más allá elige el cuerpo de otra para seguir cumpliendo sus deberes conyugales. Escoge para ello a una joven sana que vio crecer y apreció en el pueblo —la segunda Esther—, a quien su voluntarioso espíritu chupa sangre y ánima con método, tenazmente, realizando así una suerte de vampirismo ultraterreno.
…..«La boda dio mucho que hablar. Si bien el alma era de Esther Kreindel, el cuerpo era el de una virgen».
Bodas de duelo y sangre
…..En todo el teatro de Federico García Lorca el rito de la boda es un eje agonístico y central. Los conflictos entre deber, razón y pasión son desplegados en todas las gradaciones de la tragedia. En Doña Rosita la soltera, la trama gira alrededor de una joven que espera a un novio lejano. En La casa de Bernarda Alba un hogar rural, compuesto solo por mujeres sufre el amor de la locura con la aparición fantasmática del novio a quien nunca se ve; pero se presiente y huele. En Bodas de sangre se afronta el matrimonio por impulso ancestral y el matrimonio por poder. La novia en el momento que precede a su desfloramiento, la joven virgen, la honesta, y las otras que son destinadas al abismo de la fatalidad. Cada una de estas obras va acompañada de poemas populares y cantos tradicionales como el conocido «Que salga la novia / la mañana de la boda». Dentro de esa cosmogonía no hay que olvidar el drama también terrible de la mujer estéril que no fructifica en hijo, vertido en Yerma. Incluso en la poesía el tema boda, infidelidad, sexo y tragedia fluyendo sin atenuantes por las leyes del río y sus mareas, son constantes en la obra de Lorca. El poema más recitado por las turbas adolescentes de mi ya remota generación, fue el Romance de la casada infiel, donde las chicas nos deteníamos con especial delectación a hacer cuentas temporales sobre el desarrollo de la acción. A todas luces poco equilibrada. Evidente la disparidad de género, pero así y todo intuíamos que la cosa empezaba a ponerse al rojo cuando él proclamaba:
Yo me quité la corbata.
Ella se quitó el vestido.
Yo el cinturón con revólver.
Ella sus cuatro corpiños.
…..Esperábamos que al estar un poco más aligeradas de equipaje las cosas se presentarían un poco más fáciles y menos sombrías. Nones.
…..Toda esta paleta dramática y trágica se cristaliza en Federico entre 1933 y 1936, años particularmente grandes y terribles en la historia de España y siniestramente premonitorios para todo el mundo. Hay que tener en cuenta también que la condición de la mujer en la Andalucía profunda y rural no era demasiado diferente de la de hoy día en otros baluartes mediterráneos de férreas costumbres patriarcales. No había casi ningún sitio para el placer y sí mucho para el matrimonio por deber, por interés y por razón. El sexo requería la sábana de sangre de virgen humeante al amanecer de la boda, la muerte sus largos lutos para tapiar con decencia las casas. Del resto, mejor no hablar. Y mucho menos de la homosexualidad. Lorca, que por elección no conocerá su propia boda, la cantará con flores, con música, con armas blancas que son las que abren los ríos de sangre.
…..El viento de la boda agita también hoy el cine y la literatura españolas. Será por el aura de voluptuosidad que desprende de sus pliegues. Por el estado de hipersensibilidad en que coenvuelve a todos los concernidos. O porque esa misma angustia puede ser fuente de enriquecimiento o al menos de aturdimiento.
…..Ubicado en la misma época que la muerte de Lorca, a manera de nueva e irónica Bernarda Alba, Belle époque, —film español de Fernando Trueba, premiado con un Óscar y numerosos galardones más, presenta una bella floración de espléndidas hermanitas casaderas y un único muchacho entre seminarista y desertor, estado casi idílico para colocarse bajo las faldas de todas las muchachas, hasta que alguna atrapa el velo y el reto del maniquí con traje de novia a más no poder de tules y encajes que las abuelas, las madres y las hijas conservan, se pasan y pasarán, qué duda cabe, de generación en generación. Un revuelo de polillas, un vaho de naftalina y licor de cerezas embriaga los relojes de arena. La pena y la sospecha son gajes del oficio sentimental.
…..Campanadas de tragedia resuenan también en el viaje de bodas de la nueva y joven literatura hispánica. Tal ocurre con la muy celebrada novela de Javier Marías, Corazón tan blanco. Al comienzo del relato, el autor evoca un drama de su propio pasado: su joven tía se ha suicidado durante la comida que sigue a su regreso del viaje de bodas. La razón de la muerte es misteriosa, y el viudo desposa a la hermana menor de la muerta. El narrador a su vez viene de casarse. Encuentro muy significativa la primera frase del libro:
…..«No he querido saber, pero he sabido que una de las niñas, cuando ya no era niña y no hacía mucho que había regresado de su viaje de bodas, entró en el cuarto de baño, se puso frente al espejo, se abrió la blusa, se quitó el sostén y se buscó el corazón con la punta de la pistola de su propio padre, que estaba en el comedor con parte de la familia y tres invitados».
…..Con motivo de la traducción francesa de la novela, Javier Marías fue entrevistado por el crítico Mathiew Lindon: «El hecho ocurrió antes de mi nacimiento. No conocí a la mujer. Yo tan solo oí contar la historia. Oí ese relato muchas veces, forma parte de mi conocimiento del mundo, de mi propia enciclopedia׃ Cuando comencé a interesarme por este hecho la mayor parte de la gente que hubiera podido saber parte de lo ocurrido estaba muerta. No me restaba otra cosa por hacer que encontrar yo mismo una explicación o inventarla».
…..Lindon lo solicita: ¿Por qué el matrimonio para usted es una cosa tan novelesca?
…..«Me parece —contesta Marías—, que muy a menudo olvidamos el peligro que se corre, el riesgo que existe en todo matrimonio, sobre todo para las muchachas. La gente se casa probablemente de buena fe, para siempre; indefinidamente. Y por tanto, es imposible desconocer que el vínculo no es eterno, y que es fácil que se rompa. Hemos perdido la visión que se ha tenido durante gran parte de la Historia, esto es, el elemento amenazador: ¿qué ocurrirá? El matrimonio era algo de lo que no se podía huir. Para las mujeres los elementos de incertidumbre eran aún mayores. Se casaban por razones de conveniencia o económicas. ¿Que irían a encontrar dentro del matrimonio? Incluso la noche de bodas tenía un contenido amenazador. Ahora bien, no es fácil eliminar los miedos ancestrales en dos o tres generaciones y yo he querido subrayar esto».
…..Para Javier Marías es hora de graves confesiones:
…..La explicación del drama nos llega casi trescientas páginas más tarde. «Se mató por algo que yo le conté. Por algo que le había contado en nuestro viaje de bodas».
…..Insiste Marías: «¿Quién no ha tenido un secreto? ¿Quién no ha padecido un secreto? El secreto nos impide no solo conocer las historias de los otros sino también la propia. Porque nuestra historia no puede ser contada por entero sin los otros ya que no somos seres aislados, otras personas forman parte, y nosotros por tanto nunca sabremos todo».
…..Me fui quedando adormilada con la lectura, poco a poco, hipnóticamente por la afinidad del nombre de la chica con el mío propio; una sensación empalagosa, conocida y de rechazo simultáneos se produce cuando los personajes de un libro o una canción llevan nuestro nombre y empiezan a copiarnos nuestros gestos, nuestros gustos. La protagonista de Marías no tuvo una mejor idea que llamarse como yo, Luisa. Y en la duermevela empezaron a deslizarse Luisas y más Luisas, algunas conocidas, otras presentidas cuando no silenciadas.
…..Casas más, casas menos, cada familia desgrana acontecimientos similares: con o sin muertes espectaculares ni violentas. Un lío de abuelos recasados con sobrinas apenas púberes, primas muertas cuyos viudos toman a la que le sigue para que se haga cargo de los críos. La tía muerta de tristeza o de disgustos, no de tuberculosis. El primogénito que debe llevar el nombre de los muertos para apaciguarles el alma y que puedan partir de estos camposantos de polvo y oprobio en que padecieron al coro de ángeles que, seguro, los están aguardando.
Luisa Futoranksy, argentina que reside en París, es novelista, ensayista, y ejerce desde siempre el periodismo, pero sobre todo es una de las poetas más reconocidas del ámbito hispanoamericano. Autora de una veintena de poemarios, cinco novelas y numerosos trabajos de no ficción, ha sido traducida al francés, inglés, alemán, italiano y portugués. Entre sus libros más recientes destacan Humus…humus (2021) Marchar de día (2017) Pintura rupestre (2014) Ortigas (2011) 23.53 Noveleta (2013) e Inclinaciones (2011), libros editados por Leviatán, Argentina. Su obra ha sido premiada en Francia, España y Argentina. El gobierno francés le concedió la condecoración de Chevalier de l’Ordre des Arts et des Lettres y la universidad de California en Berkeley la invitó como Regent’s Lecturer durante todo un semestre. Ha sido jurado del premio iberoamericano de poesía Pablo Neruda en su penúltima edición. El crédito de la foto es José Antonio Berni.
La composición que ilustra este paisaje de Abisinia fue realizada a partir de:
Incidencias/fragmentos
s/t
Lápiz grafito sobre papel
2021
de © Amadeus Alessandro Longas.