Rafael Curtoni
Dad una máscara a un hombre y os dirá la verdad
Oscar Wilde
Desde hace años, Mauricio D’Amico, como escultor ceramista, se ha arrojado por decisión propia y con pasión a caminar, conocer, pensar, recolectar, amasar y elaborar mundos por venir. El barro arcilloso y el fuego lo han elegido, se han aliado a sus miradas para emerger en formas y colores que relatan, interpelan, desafían y expresan nuevos modos de relacionamientos sociales, culturales y políticos. Los sueños y realidades de los espíritus justos e inquietos se condensan en sus críticas al mercantilismo, en su permanente búsqueda de visibilizar y cuestionar situaciones de marginalidad y opresión causadas por la matriz moderna de poder. Sus obras permiten visualizar un artista sensible, comprometido e involucrado con las circunstancias históricas en las que participa valorando siempre las posibilidades de transformación.
La elaboración de alfarería acompaña a la humanidad hace miles de años quizás como dictado de la interacción profunda con el mundo que nos rodea y que involucra elementos inherentes a la vida misma como el barro, el agua y el fuego. Los conocimientos artesanales del proceso de creación alfarera se han transmitido de generación en generación a través de relatos orales y por medio de prácticas, experimentaciones y enseñanzas compartidas de los modos del hacer. Las habilidades y capacidades que detenta y manifiesta Mauricio D’Amico en sus obras constituyen continuidades de memorias ancestrales que se expresan y resignifican con su intermediación. Las energías heredadas de los antepasados y las arcillas milenarias, sabedoras del buen artesano, despiertan y se disponen en sus manos, se entremezclan con su cuerpo y juntos danzan rituales de gestación, donde historias, poemas, impugnaciones y diatribas convertidas en barro navegan fuegos encendidos derivando en seres de texturas, colores, densidades y mezclas.
“Legado de Razas” como exposición artística es, inherentemente, una performance litúrgica, dinámica y cambiante que activa múltiples e imprevistas interacciones entre el público, el artista y sus creaciones. Las obras que componen la muestra activan la reflexión y trascienden lo estético, las máscaras no son meras formas, sino expresiones, gestos, posturas, relatos, palabras, en definitiva seres dicientes de la condición humana, exaltaciones de la inexorable diversidad del mundo. El carácter cambiante de la muestra, testimonio irrefutable de creatividad, concuerda con la celebración de la diferencia y el encuentro con la alteridad que busca resaltar el artista. Las máscaras/rostros puestas en valor parecen también invocar marcas de identidades que bien podrían representar los cinco continentes. La esencia de la complejidad humana se expresa en Mauricio como herencia recibida y transmuta, por alquimia del proceso alfarero, en legado de autor, marcas de nuestros tiempos ofrecidas por siempre al devenir.
Invitamos al lector a apreciar, en voz de Mauricio D’Amico, el siguiente video que habla del proceso de reconstrucción y salvación que es su obra:
Rafael Curtoni, Dr. en Antropología, MA en Arqueología, investigador CONICET, Secretario UNICEN.
La máscara que ilustra este paisaje de Abisinia fue realizada a partir de la serie Legado de razas,
modelado en caolín, horneada a leña,
del escultor ceramista ©Mauricio Pablo D’ Amico