Ricardo Bugarín
Compartimos cinco minicuentos inéditos del escritor argentino Ricardo Bugarín, quien es además, investigador y promotor cultural. Su último título en el género de la microficción es «Anecdotario» (2020). Sus textos integran numerosas antologías de países como Argentina, Chile, Perú, Bolivia, México, España, Colombia y Perú.
Home Sweet Home
para Karla Barajas, en Tuxtla Gutiérrez
En un espacio de luz natural que ofrece una ventana en mi cocina, hay una maceta con un malvón. En la maceta vive una lombriz que, al parecer, se lleva muy bien con el malvón. La hemos visto extenderse a tomar sol, otras veces se la ve recostada contra uno de los bordes de la maceta y, en algunas oportunidades, también suele vérsela apoyada en el tallo de la planta como si desde ahí oteara el horizonte. Y esta mañana, en el momento del desayuno, mientras el aroma a tostadas se expandía por la cocina, oímos algo así como una seguidilla de diminutas risas y aplausos. Nos acercamos al malvón y en la maceta vimos la felicidad de siete lombricitas que hacían divertidos ejercicios físicos bajo la guía de una mamá atenta. Ante tal asombro, Susana, mi hija menor, decide colocar junto a la maceta un pequeño tapete con el habitual saludo de bienvenida en inglés, como lo ha aprendido en el colegio.
Escena de interior
para Sebastián Chillemi, en Buenos Aires
La luna del espejo está en eclipse. Me devuelve la imagen de un joven treintañero y de tez morena. Me muestra rozagante de piel y contextura atlética. Me sostiene una mirada franca, límpida y esperanzada. Me detengo en detalles, observo cuidadosamente concavidades y convexidades, zonas que podríamos decir casi olvidadas. Una pieza destacable, también, es la coloración y el corte de pelo que ostenta la imagen. Estoy absortamente curioso ante mí cuando veo desplazarse, por el fondo de la escena, un gato blanco que va y se coloca arremolinado sobre un sillón rojo. Veo que el gato levanta su cabeza y me mira un instante, después retorna a su posición arremolinada y soñolienta. Se lo presume feliz en este cuarto, en ese descanso, bajo la luz de la incipiente mañana que muestra el ventanal. Vuelvo a mí. Me observo. De repente advierto que aquí no hay sillones rojos, recuerdo que nunca tuve un gato blanco ni ningún otro tipo de mascota y caigo en la realidad de que es plena noche y no existe ventanal en esta buhardilla.
Autorregulación
para Lorena Díaz Meza y
Las Señoritas Imposibles, en Santiago de Chile
No debería escribir esto. Tal vez el autor se ofenda y decida eliminarme de un plumazo. No me va esto de ser pirata. Si al menos esta fuera una historia de verdad, de esos piratas traspasados de ron y de golpes de mar, de pata de palo, un ojo tapado y con un loro de mascota apoyado sobre el hombro izquierdo. Nada de eso. Se le ha ocurrido una historia de piratas del asfalto, maleantes de rutas, pistoleros del subdesarrollo, traspasados de vino ordinario y de puro escupitajo que destilan resentimiento por todo tipo de logro ajeno. Ahora se le ha ocurrido que los de la otra banda intentan atacarnos, armar una emboscada en una de las tantas circunvalaciones de la ciudad y alzarse con la mujer del menor de nuestros jefes, una rubia a la que apodan «la troyana» y que de rubia tiene más falsedad que lingote de papel y que el jefe se la peinó al patrón de los contrincantes. Y en eso andamos metidos desde hace tiempo. No debería escribir esto. Hay un contrato firmado con casa editora y eso lo sabemos bien desde los primeros escarceos de la trama. Se ha recibido un anticipo y nos ha puesto a trabajar a balazo limpio. Sabemos que piensa en la posibilidad de una adaptación tipo road movie que deje sin aliento al más pintado. No debería escribir esto. No es temor de censura. Es que no me va esto de ser pirata. Y ya dejo de escribir. Dejo de contar. No trazo una línea más y hago uso, por voluntad propia, del simple derecho de ejercer mi autorregulación. Y callo.
La boda de Carlos
para Héctor Machín, en Uruguay
Para su boda elegimos un presente ideal. Conocedores de sus gustos por la historia y, sobre todo, por las variedades de historias, conseguimos un bello fascímil del famoso «De arte venandi cum avibus» del emperador Federico II y, en una tarjetita oculta y privada, le escribimos: «el resto lo aportan tu suegra y tus cuñadas». Siempre quisimos mucho a Carlos y, desde la época de la escolarización inicial, fue para nosotros nuestro «stupor mundi». Sus grandes cualidades, sus inteligentes apreciaciones, su mente hábil de captura de toda novedad fueron características que siempre le valoramos y apreciamos, pero parece que nuestro amor alcanzó un límite y nunca supimos nada más de Carlos. Estimamos que nada tendría que ver la reciente presencia de presas cinegéticas en su entorno y la elocuente algarabía con que compartimos su deseada boda y sus sueños de futuro. Todo puede ser así o viceversa.
Impostura
para Aníbal Biglieri, en Kentucky
«Pero que el siglo veinte
Es un despliegue
De maldá insolente,
Ya no hay quien lo niegue».
Cambalache (tango),
ENRIQUE SANTOS DISCÉPOLO
Daniel Boone entra en el diccionario. En la columna asignada hay una total ausencia de cuáqueros, esfuerzo colonizador y nada de la felicidad de una casi docena de hermanos. Desconoce la información ofrecida. Ignora todo lo que puede vincularlo a un tal Cooper. Descree de la descripción atribuida a su tomahawk. Seguir leyendo es, abiertamente, entrar en desvarío. Decide cerrar el impío libro cuando repara en la imagen de la parte inferior de página donde se lo ve lozano y sonriente. El epígrafe es, decididamente, provocador: allí se menciona a un tal Fess Parker como auténtico espíritu civilizador con un sombrero de mapache que ya es, definitivamente, la impostura total. La maldad insolente se multiplica por los siglos de los siglos. Daniel Boone se siente prisionero entre tanta tipografía mentirosa.
Inéditos
Ricardo Bugarín nació en General Alvear, Mendoza, Argentina, en 1962. Es escritor, investigador y promotor cultural. Publicó «Bagaje» (poesía, 1981) y «Textos hallados en una roca» (Micropoesía, 2020). En el género de la microficción ha publicado: «Bonsai en compota» (2014), «Inés se turba sola» (2015), «Benignas Insanías» (2016), «Ficcionario» (2017) y «Anecdotario» (2020). Sus textos integran numerosas antologías de países como Argentina, Chile, Perú, Bolivia, México, España, Colombia y Perú.
La composición que ilustra este paisaje de Abisinia fue realizada a partir de:
Incidencias/fragmentos
s/t
Lápiz grafito sobre papel
2021
de © Amadeus Alessandro Longas.