Juan Manuel Ontivero
Retrato de Dora
HÉLENE CIXOUS
Las furias Editora, Buenos Aires, 2021, 92 pp.
La carne ficticia
La voz de Freud abre la obra y nos advierte: los acontecimientos que percibimos como realidad no pueden ser sino sombras prefiguradas en sueños.
…..Es la sombra de los acontecimientos lo que percibimos de buenas a primeras.
…..En la obra de Cixous, el sueño repara y la escritura reincorpora. Y (des) ordena, llegado el caso, eso que el sueño anunció.
…..Esa escritura reparadora que a la vez se convierte en pilar de la narración, a la vez en despliegue de mecanismos propios del lenguaje, esa escritura es, principalmente, ritmo irregular de la conciencia en Retrato de Dora, primera obra de teatro de Hélène Cixous, escrita en 1976.
…..Flujo de conciencia, corriente de pensamiento, vida interior: lo que Dora tiene para decir lo dice en diálogo con ella misma y con su psicoanalista, el propio Sigmund Freud. Apoyada en las bases de la práctica psicoanalítica, Dora intentará darle forma a la experiencia de su oscuro pasado. ¿Para resignificarlo? ¿Para repararlo?
…..El pasado inmodificable busca resignificarse apoyado en la capacidad de la memoria de reconstruir un lenguaje que no se limita a vehiculizar una historia, una trama, un argumento. Es la guerra con el lenguaje. Y es la guerra de Dora con el sesgo patriarcal del psicoanálisis, que tiene a la experiencia del varón como referencia principal. El mundo construido por y para varones.
…..Lo masculino se presenta como la norma, poniendo a lo femenino como lo Otro, subordinándolo. Cixous incorpora una técnica que invierte los roles de psicoanalista y (como se decía en ese entonces) paciente. Freud pasa a ser el sujeto de prueba. De esta manera, Dora rompe el binarismo enraizado en la cultura de Occidente por el sistema patriarcal.
…..La ensoñación de la vigilia y la lucidez del sueño pierden sus límites en los diálogos. En la primera página de la obra, ingresamos directamente en el acto donde Dora recuerda con Freud la “escena del lago”, que se irá desprendiendo lentamente de su memoria. Memoria y escritura, lenguaje y psicoanálisis: fragmentos y esquirlas de aquello que se vive y se recuerda encontrarán su centro en la escritura.
…..Lejos de cualquier cálculo o denuncia, Hélène Cixous propone una lectura desarraigada de toda estructura. La voz de Dora adquiere protagonismo frente a la voz de Freud. El método del psicoanálisis, aún hoy en construcción, se cimentó sobre una base experimental anclada en la mirada blanca del varón heterosexual, europeo. El sesgo resultante será insuficiente para “analizar” a Dora, quien buscará con su voz la manera de apropiarse del discurso y poner en aviso a su analista:
Dora: Querido doctor, usted es una institución. Por lo tanto, respete la voluntad y el punto de vista del paciente que le desea lo mejor.
…..La escena del lago que aparece al principio se convierte en el leitmotiv sobre el que Dora volverá una y otra vez. La memoria encasillada se desprende, de nuevo, con la escritura. Dora no escribe; la escritura, ella lo dice, no es lo suyo.
Freud: No me dejó oportunidad de expresarme hasta el final. Saca provecho de su tendencia a hacerse daño. Nunca sentí tanta violencia.
…..Hélène Cixous emprende un camino de apropiación de la escritura: parece batallar contra un monstruo de siete cabezas. El resultado es una obra de teatro en la que no conviene entender, sino más bien escuchar, prestar la oreja, dejándonos llevar, despojados de las amarras del marco narrativo.
…..Asimismo, intentemos cumplir con el requisito de dar cuenta de la historia. La trama, si se puede resumir en la sencillez de la exposición, es la siguiente: el padre de Dora intercambia a su hija por la señora K, que es su amante. El señor K, su cómplice, le facilita el camino para pergeñar sus aventuras con la referida señora sin mayores altercados. Ofrece a la hija a cambio de la amante. Dora, en diálogo con Freud, (re) descubrirá espectros de quienes la rodean: el señor K, la señora K, el señor B, la señora B.
…..Todo está en la voz de la protagonista.
…..En rechazo total a cualquier jerarquización del discurso, Cixous parte desde la escritura como factor reconstituyente del acontecimiento. Esto hace de Retrato de Dora una obra de teatro singular tanto por su aspecto como por su búsqueda de un lenguaje que se oponga a las estructuras binarias de la escritura.
…..Tengamos a bien reseñar que Retrato de Dora refiere al caso estudiado por Freud. Dora (Ida) existió como sujeto de prueba en la vida del padre del psicoanálisis. …..Poco importa que el hecho haya ocurrido o no, lo que importa es que “una serie de signos convencionales dan un equivalente artificial de ese hecho” (Saer). El equivalente artificial en Retrato de Dora es la historia fragmentada de un hecho reconstruido.
…..Una obra en construcción, eso también podemos decir de esta novela-teatro-poema. Una obra en la que si miramos de cerca, se ve lo que se oculta: la capacidad del lenguaje de torcer, esconder, desvanecer, bajo la luz oculta de la anécdota, de la historia.
…..El relato se sostiene apenas de la experiencia de Dora.
…..Discurre.
…..El psicoanálisis, tomando el comentario de Todorov sobre la literatura fantástica, viene a explicar, a dilucidar, a separar las aguas del mar negro de la memoria, para que así el lenguaje pueda salir expulsado como infección de la carne ficticia. Deshacernos de la fantasía indecible de la memoria. De esta manera, la escritura-cuerpo se abre camino.
…..Hélène Cixous nació en Orán, Argelia, en 1937. Con más de sesenta obras reunidas entre ensayo, ficción y teatro. Editado recientemente por Las Furias por una primera vez en español a cargo de Agustina Saubidet B. Retrato de Dora reúne las condiciones para identificar su escritura: un proceso en continua transformación, sin ambages ni sutilezas. La confianza en la escritura se revela cuando Dora decide hablar frente al doctor Freud. Las sombras de lo que se anuncia son imprecisas y ganarán lugar a medida que la obra avance.
…..Las personalidades incoloras no pueden sobrevivir en el relato oral, según Walter Ong. Es más fácil acordarse de un cíclope o un perro de tres cabezas que de un perro común. La memoria como dispositivo regresa a los residuos del sueño y relata eso que Freud al principio identifica como sombras. Y se vuelven distintos, a medida que son escritos.
…..Las voces, por momentos inconexas, fragmentarias, llegan a encontrarse en el enfrentamiento para luego retomar su sinuosa senda.
…..Hay un lenguaje para decir aquello que la memoria guarda y vigila. El equivalente artificial propuesto por Cixous da como resultado una obra singular que conviene más mirar y escuchar que leer.
Juan Manuel Ontivero nació en 1986 en Ballesteros, Córdoba, Argentina. Es profesor de letras, escritor y músico. Trabajó como obrero metalúrgico y participó como delegado sindical en la Unión Obrera Metalúrgica. Ha publicado cuentos y poesía en diversas revistas de Argentina y España. Cuentos publicados: Ensayo de huida (2014), El gato negro (2015), La prueba (2016), El día de la bandera (2017) y Pilates (2019). Ensayo: Fabián Casas, escritor de poesía (2017). Participó en antología poética: Antología del ciclo Incógnito (2018). Reside actualmente en Avellaneda, Provincia de Buenos Aires.
La composición que ilustra este paisaje de Abisinia fue realizada a partir de:
Caer entre dorados
Técnica mixta: Dibujo
de © Jorge Lopez