Leslie Ortega
Los muchachos del Guinness Book
Manuel Parra Aguilar
CONECULTA, Tuxtla Gutiérrez, 2022, 78 pp.
Los muchachos del Guinness Book, de Manuel Parra Aguilar, se divide en dos grandes partes: «La soledad de los gigantes» y «Maniobras». La primera parte se compone de 18 poemas que giran en torno a personas que han sido llamadas en algún momento las más altas del mundo. El lector encontrará en estas páginas nombres como los de Zeng Jinlian, la mujer china que llegó a medir 2.48m; Charles Byrne, el irlandés de 2.31m cuyo esqueleto reposa en Glasgow, en el Hunterian Museum, al lado del esqueleto de Caroline Crachami, de 50 centímetros; Robert Wadlow (el hombre más alto de la historia de la humanidad), estadounidense de 2.72m; Sultan Kösen, un hombre turco de 2.51 y hasta al fraudulento Gigante de Cardiff, de 3.10m de sólido yeso, poema que dice:
Yo sólo pude cobrar cincuenta centavos para los curiosos,
para los mórbidos hijos de Dios.
Te oculté sólo para mí (34).
…..Estos personajes se hermanan con aquellos ubicados en el extremo opuesto, los más pequeños del mundo, los cuales protagonizan la segunda parte del poemario. Algunos de ellos son la pareja de esposos Chen Guilan y Li Tangyong, de 70 cm y 1.1m respectivamente, considerados como la pareja más pequeña del mundo en el año 2007, según el Libro de Récords Guinness, hasta que en el año 2016, los brasileños Paulo y Katyucia les arrebataron ese título nobiliario. Dice el poema:
De Chen Guilan y Li Tangyong hemos hablado en más de una ocasión,
y sin embargo repetimos aquellas palabras con las mismas palabras;
con las mismas hojas con las que se forman los libros
también hemos escrito éste, no obstante el secreto masculino de los versos (51).
Otras personas incluidas en el libro son Pauline Musters, de 58cm, Lavinia Warren, de 81cm, Ajay Kumar de 76cm y hasta el personaje de ficción Tyrion Lannister, cuya estatura es, podríamos decir, 1.35m, como la de su actor, Peter Dinklage.
…..El libro Los muchachos del Guinness Book trata de hombres y mujeres que ubicamos fuera de lo que hemos llamado «normal»; seres calificados, en el mejor de los casos, como extraordinarios, pero también, en casos más desafortunados, como fenómenos o monstruos. Los poemas de esta obra exploran los límites que bordean estos seres, con una voz melancólica que retrata la soledad, los deseos, los miedos y las frustraciones de quienes habitan cuerpos que no encajan del todo en el mundo que les tocó vivir.
…..Las composiciones de este libro no sólo provocan empatía ante la humanidad con la que se retrata a sus protagonistas, sino que también sugieren reflexiones sobre aspectos tan simples como la verticalidad en la que vivimos. Al hablar de los extremos de la altura, el lector podrá notar que se crea un campo semántico en relación con esta. Lo que está arriba se relaciona con la divinidad, la sabiduría, la paz o el éxito; pero también con la soledad, la contemplación, lo inalcanzable o el distanciamiento con la realidad: «Mi tamaño me impidió casarme;/ la vida que yo siempre quise estuvo fuera de mi alcance» (21) menciona Ella Ewing, a quien distintas crónicas de la época del siglo XIX llaman La Giganta de Missouri, debido a sus 2.54 metros de altura. Por otro lado, aquello que está abajo suele vincularse al infierno, a la derrota, a la debilidad; pero también a lo enternecedor, lo delicado, lo efímero: «Stacey, este mundo es el único que se nos dio» (66), dice, refiriéndose a Stacey Herald, de 73 cm. Todas las implicaciones que puede tener la estatura que alcanzamos se ven más claramente en las voces de estas personas, que recorren en soledad ambos extremos.
…..Otro aspecto por destacar es la presencia de cierto personaje que aparece cada tanto en los poemas, se trata del fotógrafo que retrata a algunos de estos hombres y mujeres para el libro Guinness de los récords. «Detrás de las cámaras fotográficas siempre hay alguien dispuesto a arrancarnos la piel con la mirada» (28), se dice en uno de los poemas y llama la atención que muchos de estas personas aparezcan frecuentemente frente al lente de una cámara, en un set de filmación, en un show de circo, en una feria o, simplemente, ante un observador curioso, como se menciona en el poema del gigante Cardiff: «Yo sólo pude cobrar cincuenta centavos para los curiosos,/ para los mórbidos hijos de Dios» (34). ¿Estamos viendo en el fotógrafo del libro Guinness el trabajo del poeta? ¿O se trata del lector que se busca a sí mismo en el ejercicio de poner al otro en el foco de su atención?
…..Los poemas de Los muchachos del Guinness Book exploran las perspectivas de estos seres excluidos con un tono que es por igual melancólico y oscuro, enternecedor y cómico. Cualquiera que habite un cuerpo se habrá topado con un mundo para el que se sintió o muy grande o demasiado pequeño, y encontrará que la soledad de quien sale de la norma es compartida.
Leslie Ortega. Licenciada en Literaturas Hispánicas por la Universidad de Sonora. Trabajó como correctora de estilo en la revista de arquitectura y diseño Magdu. Ha publicado poemas en revistas de difusión cultural como Metáforas al aire y De-lirio, así como el cuento titulado «Líbranos del mal» que apareció en la antología El descenso, de la editorial Dioscuros. También participó en el Primer Encuentro Nacional de Mujeres Poetas Jóvenes y en el libro Discéntricas: Muestra de poesía joven mexicana de mujeres (2021), de Ediciones La Rana. Actualmente cursa la Maestría en Literatura Hispanoamericana en la Universidad de Sonora, México.
La composición que ilustra este paisaje de Abisinia fue realizada a partir de una obra del artista español © Juan Carlos Mestre