VV. AA.
La revista ABISINIA REVIEW se solidariza con el Pueblo Palestino, condenamos, como lo considera la ONG Human Rights Watch, el apartheid, la persecusión y el genocidio del que está siendo víctima por parte de Israel. Al menos 18.787 palestinos han muerto en Gaza desde el 7 de octubre de 2023 debido a los ataques israelíes, según ha informado el portavoz del Ministerio de Sanidad gazatí, Ashraf al Qidra, en un comunicado. Además, otras 50.897 personas han resultado heridas. …..De estas cifras «el 70% de las víctimas de la agresión israelí a Gaza son mujeres y niños». Señalamos, de igual forma, que el castigo colectivo, como la suspensión de los suministros de agua y electricidad a la población civil palestina, es un crimen de guerra. La atrocidad perpetuada por Hamás no puede justificar otra atrocidad.
…..Abisinia Review lamenta, de igual forma, el asesinato de la poeta y novelista palestina Heba Abu Nada, a los 32 años, en la localidad Khan Yunis, el 22 de octubre; y el asesinato -junto a sus cuatro hijos-, del poeta y académico Refaat Alareer de 44 años de edad en el norte de Gaza el 7 de diciembre de 2023.
…..Como es la mujer, desde tiempos inmemoriales, la que está destinada a preservar nuestra memoria, compartimos seis voces de poetas mujeres de Palestina. Ellas son Fadwa Tuqan, Rafeef Ziadah, Suheir Hammad, Nathalie Handal, Naomi Shihab Nye y Nidaa Khoury.
…..Agradecemos al Fondo Editorial Fundarte que nos haya permitido replicar la siguiente selección de poemas tomada de su libro Poesía Palestina. Mujeres poetas Palestina (Caracas, 2015).
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Fadwa Tuqán, (Nablus, 1 de marzo de 1917 – Nablus, 12 de diciembre de 2003) fue una poetisa palestina, conocida en el mundo árabe como la «Poetisa de Palestina». Perteneció al primer grupo de mujeres en el mundo árabe que a mediados del siglo xx empezaron a escribir poesía. Escribió primero poesía tradicional pero con el paso del tiempo se convirtió en una de las pioneras en el uso del verso libre en la poesía árabe. En sus primeros escritos Tuqan -también en la autobiografía que publicará más tarde- habla de su lucha personal como mujer en la sociedad árabe. A partir de 1967 con la ocupación de los territorios palestinos tras la Guerra de los Seis Días su obra se decantó sobre todo por la poesía patriótica y nacionalista. Su trabajo fue reconocido con diversos premios internacionales.
Mi ciudad está triste
El día en que conocimos la muerte y la traición,
se hizo atrás la marea,
las ventanas del cielo se cerraron,
y la ciudad contuvo sus alientos.
El día del repliegue de las olas; el día
en que la pasión abominable se destapara el rostro,
se redujo a cenizas la esperanza,
y mi triste ciudad se asfixió
al tragarse la pena.
Sin ecos y sin rastros,
los niños, las canciones, se perdieron.
Desnuda, con los pies ensangrentados,
la tristeza se arrastra en mi ciudad;
el silencio domina mi ciudad,
un silencio plantado como monte,
oscuro como noche;
un terrible silencio, que transporta
el peso de la muerte y la derrota.
¡Ay, mi triste ciudad enmudecida!
¿Pueden así quemarse los frutos y las mieses,
en tiempo de cosecha?
¡Doloroso final del recorrido!
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Rafeef Ziadah (Beirut, 1979) es una periodista, poeta y activista de los Derechos Humanos nacida en el Líbano, pero de ascendencia palestina. Pertenece a la tercera generación de refugiados palestinos de su familia. Cuando comenzó la invasión de Israel en el sur del Líbano para expulsar a la OLP, en 1982, su familia optó por emigrar y estuvieron viajando por varios años, siendo deportados por no tener calidad de refugiados. Hasta que llegó a asentarse en Canadá para realizar su doctorado en Ciencia Política en la Universidad de York, en Toronto. Es miembro fundador de la Coalición Contra el Apartheid Israelí, que promueve la campaña de Boicot, Desinversiones y Sanciones contra Israel (BDS). Hoy radica en Londres.
Nosotros enseñamos vidas, señor
Hoy,
Mi cuerpo
Fue una masacre televisiva.
Hoy,
Mi cuerpo
Fue una masacre televisiva,
Que tuvo que adaptarse
A clips de sonido
Y limitación de palabras.
Hoy,
Mi cuerpo
Fue una masacre televisiva,
Que tuvo que adaptarse
A clips de sonido
Y limitación de palabras,
Lo suficientemente
Rellenadas con estadísticas,
Contadores, medidas, respuestas,
Para las que he tenido
que perfeccionar mi inglés
y he aprendido mis resoluciones
de las Naciones Unidas
pero aun así,
él me ha preguntado:
«Srta. Ziadah,
No piensa que todo se arreglaría
Si dejasen de enseñar tanto odio a sus niños?»
Pausa.
Busqué dentro de mí la fortaleza
Para ser paciente,
Pero la paciencia
No está en la punta de mi lengua
Mientras las bombas
Caen sobre Gaza,
La paciencia simplemente
Se ha escapado de mí.
Pausa.
Sonrío.
Nosotros enseñamos vida, señor.
Raffeef
Recuerda sonreír.
Pausa.
Nosotros enseñamos vida, señor.
Nosotros, los palestinos,
Enseñamos vida
Después de que ellos
Hayan ocupado el último cielo.
Nosotros,
Enseñamos vida
Después de que ellos
Hayan construido sus asentamientos
Y sus muros del Apartheid,
Después del último cielo.
Nosotros enseñamos vida, señor.
Pero hoy,
Mi cuerpo
Fue una masacre televisiva
Fabricada para adaptarse
A clips de sonido
Y limitación de palabras.
Pero, danos tan sólo
Una historia
Una historia humana
Sabes,
Esto no es política
Nosotros tan sólo queremos
Hablarle a la gente sobre ti y tu gente
Así que, danos
Una historia humana
No menciones las palabras
Apartheid y ocupación
Esto no es política
Tienes que ayudarme,
Como periodista
A ayudarte a contar tu historia,
La cual no es una historia política.
Hoy,
Mi cuerpo
Fue una masacre televisiva
¿Qué hay si nos das la historia
De una mujer en Gaza
Que necesita medicación?
¿Qué hay acerca de ti?
¿Tienes «los huesos suficientemente rotos»
Para cubrir a su hijo,
Entregarme a tu muerto,
Y dame la lista de sus nombres
En un límite de 1200 palabras?
Hoy,
Mi cuerpo
Fue una masacre televisiva
Fabricada para adaptarse
A clips de sonido
Y limitación de palabras
Y movido por aquellos insensibles
A la sangre de terroristas.
Pero ellos lo sienten.
Lo sienten
por el asedio sobre Gaza.
Así que les di las resoluciones
De las Naciones Unidas,
Y las estadísticas,
Y lo condenamos,
Y lo lamentamos,
Y lo rechazamos.
Estos no son dos bandos iguales:
Ocupante y ocupado,
Y un centenar de muertos,
Dos centenares de muertos,
Y un millar de muertos
Y entre medio
De este crimen de guerra y masacre,
He construido palabras
Y una sonrisa no exótica,
Sonrisa no terrorista,
Y conté y reconté,
Un centenar de muertos,
Dos centenares de muertos,
Un millar de muertos,
¿Hay alguien ahí afuera?
¿Habrá alguien que escuche?
Desearía poder plañir
Sobre sus cuerpos,
Desearía simplemente
Poder correr allí,
a cada campo de refugiados
y sostener a cada niño,
taparles los oídos
para que no tuvieran que escuchar
el sonido de las bombas
por el resto de sus vidas,
como yo hago.
Hoy,
Mi cuerpo
Fue una masacre televisiva,
Y déjenme decir:
Que no hay nada
Que sus resoluciones
De las Naciones Unidas
Hayan hecho jamás
Sobre esto.
Y ningún clip de sonido,
Ningún clip de sonido
Que haga,
No importa cuán buen inglés tenga,
Ningún clip de sonido
Ningún clip de sonido
Ningún clip de sonido
Ningún clip de sonido
Les devolverá a la vida,
Ningún clip de sonido,
Arreglará esto.
Nosotros enseñamos vida, señor
Nosotros enseñamos vida, señor
Nosotros, los palestinos,
Nos levantamos cada mañana
Para enseñarle al resto del mundo
Vida, señor.
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Suheir Hammad nació en Ammán, Jordania, en 1973 en una familia de refugiados palestinos, y está radicada en Nueva York, donde reside desde su infancia. Escritora, actriz y activista política, es autora de libros como Born Palestinian, Born Black (Harlem River Press, 1996); Zaatar Diva (Cypher Books, 2006) y Breaking Poems (Cypher Books, 2008). Su poesía, sobre la que trabaja también en el aspecto de la puesta en escena y el recitado de viva voz, constituye una exploración sobre la identidad, el exilio, la femineidad y la lengua, en la que se inmiscuyen hechos de la actualidad de nuestro tiempo como el bloqueo de Gaza o los atentados del 11 de septiembre.
Ruptura en racimo
Toda la Historia Sagrada, prohibida.
Libros no escritos predijeron el futuro,
proyectaron el pasado,
pero mi cabeza desenvuelve lo que parece no tener límite,
la violencia creativa del hombre.
¿Qué hijo, el de quién, será?
¿Qué hijo varón perecerá un nuevo día?
La muerte de nuestros niños nos impulsa.
Acariciamos cadáveres.
Lloramos mujeres, es complicado.
A las putas les pegan a diario.
Se obtienen beneficios,
se ignora a los profetas.
Guerra y diente esmaltaron, echaron sal, a infancias de limón.
Todos los colores corren, nadie es firme.
No busques sombra detrás de mí.
La llevo dentro.
Vivo ciclos de luz y oscuridad.
El ritmo es mitad silencio.
Lo veo ahora, nunca fui una y no la otra.
Enfermedad, salud, violencia tierna:
pienso ahora que nunca fui pura.
Antes que forma, fui tormenta, ciega, tonta —aún lo soy.
La Humanidad se contrae ciega, maligna.
Nunca fui pura.
Niña consentida antes de madurar.
El lenguaje no puede reducirme.
Experimento de manera exponencial.
Todo es todo.
Una mujer pierde 15, puede que 20, miembros de su familia.
Una mujer pierde seis.
Una mujer pierde su cabeza.
Una mujer busca en los escombros.
Una mujer se alimenta de basura.
Una mujer se pega un tiro en la cara.
Una mujer le pega un tiro a su marido.
Una mujer se amarra.
Una mujer da a luz a un bebé.
Una mujer da a luz a las fronteras.
Una mujer ya no cree que el amor la encontrará algún día.
Una mujer no lo creyó nunca.
¿Adónde van los corazones de los refugiados?
Rotos, insultados, colocados en un lugar de donde no son,
no quieren que no se les vea.
Enfrentados a la ausencia.
Lloramos al otro o no significamos nada de nada.
Mi espina se curva en espiral.
El precipicio corre hacia y desde los seres humanos.
Dejamos atrás bombas de racimo.
Minas de facto.
Dolor en llamas.
Cosecha de tabaco contaminado.
Cosecha de bombas.
Cosecha de dientes de leche.
Cosecha de palmas, humo.
Cosecha de testigos, humo.
Resoluciones, humo.
Salvación, humo.
Redención, humo.
Respira.
No temas a lo que ha estallado.
Si has de temer, teme a lo que no ha explotado aún.
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Nathalie Handal proviene de una familia de Belén. De sangre palestina y libanesa, nació en Haití en 1969. Es poeta, dramaturga, traductora y editora franco-estadounidense. La poesía de Handal se basa en sus experiencias de dislocación, hogar, viajes y exilio. Es autora de las colecciones de poesía The Neverfield (1999); Las vidas de la lluvia (2005); Love and Strange Horses (2010); Poeta en Andalucía (2012); la colección flash The Republics (2015), ganadora del Arab American Book Award; y Álbum Life in a Country (2019), ganador del Premio al Libro Palestino 2020. Handal estudió una maestría en poesía del Bennington College y una maestría en teatro e inglés de la Universidad de Londres. Ha vivido en Europa, América Latina, el mundo árabe y Estados Unidos.
Las vidas de la lluvia
El viejo chino
en la tienda de alimentos naturales
en la 98 con Broadway me dice
que la lluvia tiene muchas vidas.
Me pregunto si le dice a todo el mundo
lo mismo o si esto es algo
sólo entre los dos, me pregunto si ha luchado en alguna guerra,
matado a alguien, me pregunto si se ha enamorado,
si ha perdido una casa, su acento, perdido una esposa o
un hijo en la lluvia, me pregunto si llama a la
lluvia mientras revuelve su sopa del día,
me pregunto qué oculta su tela de seda,
arroz, pinturas, tal vez recuerdos de lluvia.
La lluvia, me dice, lleva rumores de los muertos,
de aquéllos con valijas y epidemias.
La lluvia lleva el recuerdo de sequías,
de casas que ya no están, la lluvia como los amantes
va y viene, como los soldados se van
y a veces retornan a una vida
ya no de pie.
El chino espera que yo pregunte,
quién sabe realmente por cuántas vidas más.
ζ
Naomi Shihab Nye. Poeta, narradora y compositora palestino-estadunidense, Naomi Shahib Nye nació en San Luis, Misuri, en 1952. Su padre, el escritor Aziz Shihab, llegado a Norteamérica en 1948, pertenece a la primera generación de palestinos exiliados tras la creación en su tierra del Estado de Israel. Sahib Nye ha escrito varios libros de poesía y ensayo, y una polémica «Carta abierta a cualquier aspirante a terrorista», en la que empieza por reconocer que detesta la palabra «terrorista» pero la emplea para atraer la atención de los lectores que busca, a quienes aconseja no matar, sino leer a Rumi, el poeta sufi: «La poesía nos humaniza de una manera que las noticias y la religión son incapaces de ofrecer».
Alguna vez el canto se alzaba
Alguna vez el canto se alzaba
como dulces sirenas sobre las colinas,
y aun si trabajabas
tus árboles o tus libros
o cocinabas para tu familia
algo simple,
te lavabas las manos
y te peinabas el agua del pelo.
Montañas de arroz, zapatos brillantes,
un huracán de danzas.
Los niños con trajecitos
y vestidos de terciopelo caían dormidos en círculos
después de comerse 47 almendras de Jordania.
¿Quién se casa? ¿Quién ha regresado
de un lugar distante más allá del mar?
A veces ni te enterabas.
Comiste todos los alimentos sin saber.
Besabas las mejillas de quien pasara
abofeteando el tambor, enrojeciéndote la palma.
Más tarde
llena, enriquecida,
tenías una fiesta en la piel.
¿Dónde es que la pelea
se introduce en esta historia?
La lucha se extravió en alguna parte.
Los estudiantes se congregan silenciosamente
en el salón de clases
y la puerta del edificio
es arrancada por una explosión.
Pupitres vacíos
donde la risa solía sentarse.
Aquí vivía la risa
tintineando su monedero de morralla fina
y ahora se esconde.
Ya no llegará al zaguán como un vendedor de jabones,
el buhonero de las cerillas, el viejo italiano
de la fábrica de Nablus
con su mágico saco de palillos.
Nos han dicho que no estamos
cuando siempre estuvimos aquí.
Su goma de borrar no funciona.
Mira las fotos coloreadas a mano
de jóvenes demasiado perfectos e inmóviles.
Las bombas parten por la mitad
las frases de todo mundo.
¿Quién las hizo?
¿Conoce alguien que las fabrique?
El viejo taxista
menea la cabeza
yendo y viniendo entre Jerusalén y Jericó.
Ellos no verán, dice con lentitud,
la historia detrás de la historia,
siempre buscan la historia después de la historia
lo que significa que nunca comprenderán la historia.
Así que esto seguirá y seguirá.
¿Cómo lo soportamos, si sigue y sigue?
Ha durado demasiado.
Nadie recibe ya ni una pequeña postal
del lejano lugar más allá de los mares.
Nadie en la noche oye venir a los soldados
para arrancar de su tibio sueño al olivo.
Rasgar raíces. No es noticia de primera plana
en tu país ni en el mío.
Nadie escucha el imperceptible sollozo
del terciopelo en el cajón del ropero.
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Nidaa Khoury nació en la Alta Galilea, en la provincia de Fassouta, Palestina, en 1959. Ha publicado siete libros de poesía en lengua árabe, los cuales han sido traducidos a diferentes lenguas extranjeras. Su poesía ha sido ampliamente difundida en la prensa árabe. Ha participado en diversos encuentros internacionales, entre ellos en la Conferencia de Poetas Árabes, realizada en Ámsterdam y en la Conferencia de Derechos Humanos y Solidaridad con el Tercer Mundo, en París. Sus libros más recientes son Libro de los caballos (2018), Libro de los Pecados (2011) y Cultivo de aceite de oliva y granada (2011).
Trigo sagrado
Un lugar excava hondo en ti
y toca para ti la música de la Primera Guerra Inhumana.
El musgo te llena con anhelos
de reposar en un templo en orden decorado con rosas.
Las puntas de tus dedos exudan cera sin quemar.
La virginidad pasa junto a ti,
lanzando una maldición sobre ti.
Oh, tonto,
extiende tus mangas
y ultímate tú mismo en la oscuridad final,
ultímate tú mismo hasta las fechas y el pan,
ultímate tú mismo hasta el agua engañosa que
[mora dentro de ti.
Oh tú que estás restringido por el conocimiento,
la gitana danzó con sus tobilleras hasta que la
[morada del fuego se extinguió,
el palestino clama en su cautiverio hasta que
[cava entre la morada del agua.
¡Oh ser humano, libérate!
¡Que el lugar se fragmente en tu copa!
¡Oh ser humano,
muere y deja que el Tiempo vague en tu tristeza!
Oh tonto,
regocíjate en tu vida arrancada a una muerta Eternidad,
porque aquel que no conoce ni tristeza,
ni gozo pierde tanto Vida como Muerte.
Un lugar le enseña a la mujer acerca de su
[cuerpo mientras,
el bosque del Tiempo respira aires de vino
desde el mercado del Jerusalén árabe,
arrancando el velo de sabiduría como la inmundicia
de la condición humana es derramada por la noche.
Oh tonto,
todos los secretos del adorable
Tiempo yacen dormidos en tu miserable umbral,
un gato siamés te enseña las maneras burguesas
[del conquistador
que acecha en tu pan.
Oh tonto,
ni la pasión de hablar ni la revolución pueden seducirte.
Levántate,
oh combatiente,
y deja tu viejo cigarro,
carga el arma del sueño y las uñas del viajero a Belén,
hasta la caverna del profeta.
Álzate,
oh Luchador,
para que el hogar de la araña quede escueto
y la cera roja brote debajo de las puertas de las casas,
álzate y recaptura el fuego del profeta
y que un nuevo niño brote de tu cara.
La composición que ilustra este paisaje de Abisinia fue realizada a partir de una obra en,
material y técnica: hierro pintado,
del artista venezolano © Daniel Suarez