Eros Alesi
Eros Alesi nació en Lacio, en 1951 y falleció en Roma, en 1971. Su vida estuvo marcada por esa actitud que distingue al «poeta maldito»: escape de casa, nomadismo, uso y abuso de distintas drogas, conflictos con la autoridad, encarcelamientos, reclusiones en hospitales mentales y, finalmente, el suicidio. Del libro Mamá Morfina. Poesía reunida (Laberinto Ediciones, México, 2021) en la traducción y selección del poeta mexicano Hiram Barrios compartimos cuatro poemas en edición bilingüe español-italiano.
Voces paranoicas
A veces, cuando estoy sentado en la fría escalinata de la Plaza de España, voces sádicas me persiguen obsesivamente, paranoicamente. Que grandes sablazos de dolor y miedo torturan mi ser. Voces. Voces que tienen cuerpo inalcanzable. Que tienen un cuerpo que no se ve, pero que en verdad existe. Que imágenes de millares de cuerpos. Cuerpos que nacen de los murmullos de las frases, de los estruendos de los motores, de los silbidos de los trenes, del ruido del autobús. Que las voces. Que las siempre inexistentes voces. Es él. Sí, es él. Ah, es él. Él es el loco. ¿Viste al loco? Se le ve en los ojos que está loco. Que tengo miedo de mover un dedo o hacer un solo parpadeo por el terror demente que alguien pueda pensar que esa acción sea un síntoma de la locura. Que tengo miedo. Que tengo miedo de respirar.
Que las voces intermitentes. Que los policías. Que los policías jóvenes. Que los policías con patillas. Policías semi-beat que espían por doquier. Policías con bigote. Con los ojos negros y furiosos. Con sonrisas y palabras falsas, de doble sentido, de dobles intenciones. Que hablan mal, como perros. Que es fácil identificar su profesión de mierda.
Que en la tarde Calímero me dijo:
«Las voces que escuchas hablan de ti. Que las charlas en los autobuses que hablan de ti. No es más que la percepción de fragmentos del discurso que escuchas. Que a tu ser le recuerdan hechos que para ti han sido etapas».
Que tú conectas tales palabras en tu discurso paranoico interior, creándote alucinadas voces obsesivas.
Que quizá Calímero tiene razón.
Mas yo siempre tengo miedo.
Maldito miedo.
Voci paranoiche
Quando sono seduto sullo scalino freddo di Piazza di Spagna spesse volte voci sadiche mi perseguitano ossessivamente, paranoicamente. Che grandi sciabole di dolore e paura seviziano il mio essere. Voci. Voci che hanno corpo, sfuggente. Che hanno un corpo che non si vede, ma si è certi che esiste. Che immagini di miriadi di corpi. Corpi che nascono da fruscii di frasche, da rombi di motore, da fischi di treni, da fracasso di autobus. Che le voci. Che le sempre insistenti voci. È lui. Sì è lui. Ah è lui. È lui il pazzo. Hai visto il pazzo? Lo si vede dagli occhi che è pazzo. Che ho paura a muovere un dito o fare un solo battito di ciglia per il folle terrore che qualcuno possa pensare di questa azione come uno dei sintomi di pazzia. Che ho paura. Che ho paura di respirare.
Che le voci intermittenti. Che poliziotti. Che poliziotti giovani. Poliziotti con basettoni. Poliziotti semi-beat che spiano ovunque. Poliziotti con baffi. Con gli occhi neri ed irati. Con sorrisi e discorsi falsi, a doppio senso, a doppio scopo. Che recitano male la parte di segugi. Che è facilmente individuabile la loro merdosa professione.
Che un pomeriggio Calimero mi ha detto:
«Le voci che tu senti parlare di te. Che i discorsi sugli autobus che indicano te. Non sono altro che la percezione di frammenti del discorso udito. Che al tuo essere ricordano fatti che per te sono state tappe».
Che tu colleghi tali parole nel tuo discorso interiore paranoico. Creandoti allucinate voci ossessive.
Che forse Calimero ha ragione.
Ma io ho sempre paura.
Maledettamente paura.
Mamá Morfina
Querida, dulce, buena…
Querida, dulce, buena, humana, social, mamá morfina. Que tú, solamente tú, dulcísima mamá morfina, me has querido bien, como yo quería. Me has amado totalmente. Yo soy el fruto de tu sangre. Que solo tú has logrado que me sienta seguro. Que tú has logrado darme el cuantitativo de felicidad indispensable para sobrevivir. Que me has dado una casa, un hotel, un puente, un tren, un portón, y los he aceptado; que me has dado todo el universo amigo. Que me has dado un rol social, que pide y da. Que a mis 15 años acepté vivir como ser humano, «hombre», solo porque estabas tú, que te ofreciste a crearme por segunda vez. Que me enseñaste a dar los primeros pasos. Que aprendí a decir las primeras palabras. Que sentí los primeros sufrimientos de la vida. Que experimenté los primeros placeres de la nueva vida. Que he aprendido a vivir como siempre soñé vivir. Que he aprendido a vivir bajo los innumerables cuidados y atenciones de mamá morfina. Que jamás podré renegar de mi pasado con mamá morfina. Que tanto me ha dado. Que me ha salvado del suicidio o de la locura que casi habían destruido mi salvavidas. Que hoy 22-XII-1970, que aún puedo gritarle a los demás y a mí mismo, a todo lo que es fuerza noble, que nada ni nadie me ha dado tanto como mi benefactora, protectora, mamá morfina. Que tú eres infinito amor, infinita bondad. Que yo solo te dejaré cuando esté maduro para la muerte amiga o cuando esté tan seguro de mis fuerzas para lograr estar en pie sin las potentes vitaminas de mamá morfina.
Mamma Morfina
Cara, dolce, buona…
Cara, dolce, buona, umana, sociale mamma morfina. Che tu solo tu dolcissima mamma morfina mi hai voluto bene come volevo. Mi hai amato tutto. Io sono frutto del tuo sangue. Che tu solo ti sei riuscita a farmi il quantitativo di felicità indispensabile per sopravvivere. Che tu me hai dato una casa, un hotel, un ponte, un treno, un portone, io li ho accetatti, che tu mi hai dato tutto l’universo animico. Che tu mi hai dato un ruolo sociale, che richiede e che dà. Che io a 15 anni ho accetatto di vivere como essere umano «uomo» solo perché c’eri tu, che ti sei offerta a ricriarmi una seconda volta. Che tu mi hai insegnato a muovere i primi passi. Che ho imparato a dire la prima parole. Che ho provato le prime sofferenze della nuova vita. Che ho probato i primi piacere della nuova vita.Che ho imparato a vivire como sempre ho sognato di vivere. Che ho imparato a vivere sotto le innumerevoli cure, attenzioni di mamma morfina. Che non potrò mai rinnegare il mio passato con mamma morfina. Che mi hai dato tanto. Che mi ha salvato da un suicidio o una pazzia cha avevano quasi del tutto distrutto il mio salvagente. Che oggi 22-XII-1970 posso strillare ancora a me, agli altri, a tutto ciò che è forza nobile, che niente e nessuno mi ha dato quanto la mia benefatricce, adottatrice, mamma morfina. Che tu sei infinito amore infinita bontà. Che io ti lascerò soltanto quando sarò tanto sicuro delle mie forze per riuscire a stare in piedi senza le potente vitamine di mamma morfina.
La sangre de mi bestia
Exprimo la sangre-médula de mi bestia-cerebro,
para destilar unos centímetros de néctar vital a mi ser.
Que el néctar se inyecta en la tinta cervical
del impulso-nervioso-todo-nada
de la pluma estilográfica de 200 liras.
Tenía 14 años cuando la carne de mi ser se volvió hueso caliente.
Tenía 14 años cuando la carne de mi gusano se volvió rojo-vivo.
Y se arqueó como hocico de caballo a trote,
en los rizos de labios que chupan el semen de la vida.
Tres cruces y un fraile sin barba, en la tierra que bebe la sangre de
Dios
amor para la situación creada
que las ondas vibrantes penetran en la oscuridad
y en la espesa densidad nebulosa de mis verdades.
Y el gran rechazo del sudario escarlata de la muerte.
Que lloro en un cuaderno encontrado en las cuevas del Pincio.
Il sangue del mio bestia
Schiaccio il sangue-midollo del mio bestia-cervello,
per distillare qualche centimetro di nettare vitale al mio essere.
Che il nettare si inietta nell’inchiostro
cervico-nervoso-impulso-tutto-nulla
della penna stilografica da 200 lire.
Avevo 14 anni quando la carne del mio essere divenne osso caldo.
Avevo 14 anni quando la carne del mio verme divenne rosso-caldo.
E si incurvò come muso di cavallo trottante,
sui riccioli di labbra risucchianti il seme di vita.
Tre croci e un frate senza barba, sulla terra che beve il sangue di Dio
amore per la situazione nata
che le onde vibranti, squarciano le tenebre
e la spessa densità nebulosa delle mie verità.
E il grande rifiuto del sudario scarlatto della morte.
Che piango su di un quaderno trovato nelle grotte del Pincio.
Señora muerte
Oh querida.
Oh señora muerte.
Oh serenísima muerte.
Oh invocada muerte.
Oh temerosa muerte
Oh indescifrable muerte.
Oh extraña muerte.
Oh viva la muerte.
Oh muerte que es muerte.
Muerte que pone un punto
a esta saeta vibrante.
Padrona morte
O cara.
O padrona morte.
O serenissima morte.
O invocata morte.
O paurosa morte.
O indecifrabile morte.
O strana morte.
O viva la morte.
O morte che è morte.
Morte che mette un punto
a questa saetta vibrante.
De Mamá Morfina. Poesía reunida, Laberinto Ediciones, México, 2021.
Traducción al español de Hiram Barrios.
Eros Alesi nació en Lacio, en 1951 y falleció en Roma, en 1971. Su vida estuvo marcada por esa actitud que distingue al «poeta maldito»: escape de casa, nomadismo, uso y abuso de distintas drogas, conflictos con la autoridad, encarcelamientos, reclusiones en hospitales mentales y, finalmente, el suicidio. Huyó de casa a los 14 años. Vivió entre hippies y trotamundos conocidos como i capelloni (los greñudos). Formó parte de los movimientos contraculturales Mondo Beat y Provo. Como muchos jóvenes de su generación, viajó por Italia (Roma, Nápoles, Milán), el norte de África y Medio Oriente. Murió en Roma al lanzarse del Muro Torto. Tenía entonces 19 años. Sus cuadernos de poesía han sido rescatados paulatinamente. Foto de Eros Alesi: Il Giorno, 4 de abril de 1967. Con la autorización de la Agenzia Giornalistica Italia (AGI).
ζ
Hiram Barrios (Ciudad de México, 1983). Es autor de los libros de ensayo El monstruo y otras mariposas (2013), Las otras vanguardias (2016); de los títulos de aforismo Apócrifo (2014 y 2018) y Artimañas (2021); y de los compendios Lapidario. Antología del aforismo mexicano (2015 y 2020); Aforistas mexicanos actuales (2019) y Disparos al aire. Antología del aforismo en Hispanoamérica (2022). Como traductor, recuperó la obra de Eros Alesi en las antologías Voces paranoicas. Bitácora inédita (2013) y Mamá Morfina. Poesía reunida (2021). Preparó además la antología El placer de fastidiar. Aforística italiana (2022). En coordinación con Donato Di Poce, editó los compendios Silenzi scritti. Aforismi. Antologia Bilingüe Italiano-Spagnolo (2020), y Clandestini. Antologia di poesía italiana (2021). Foto de Hiram Barrios: Luis Sandoval.
La composición que ilustra este paisaje de Abisinia fue realizada a partir de la obra
«Tirándole la lengua al lobo»,
tinta sobre papel, año 2014,
de la artista © Alejandra Carabante