Paz Monserrat Revillo
La guarida
Ayer visité a un amigo de adolescencia. Me enseñó su biblioteca.
…..Intercambiamos títulos, acariciamos lomos, encadenamos autores. Me mostró sus flamantes adquisiciones, tersas, listas para ser catalogadas. Cubríamos nuestros ojos alternativamente con las gafas de cerca y las de lejos, en un baile sincopado y torpe. Diminutas pirotecnias se reflejaban en las lunas de las lentes. Avanzábamos a tientas. Deja que piense, ¿cómo se llamaba ese libro? Entonces se encendía una luz y salían cuatro autores canadienses derechitos de mi boca a su oído. Otros cinco europeos en un prodigioso viaje de vuelta. Después nos sobrevenía un silencio denso, casi sagrado.
…..Me pasó las ediciones más preciadas como quien entrega un diamante. Yo adivinaba destellos entre las letras que avanzaban elegantes y pulcras hacia el final. Él asentía con gesto experto. Que a los dos nos hubiera gustado aquel novelón nos inundó de un extraño agradecimiento.
…..Una hora después salimos de la habitación con los ojos brillantes y un cansancio oxigenado. Hambrientos y algo despeinados, volvimos a nuestras vidas. Esas vidas vulgares y melancólicas donde nadie conoce nuestra desaforada pasión.
Un pequeño paso para un hombre
Hay quien afirma que nadie jamás ha pisado la luna. Un argumento que apuntala la idea de que todo fue un montaje señala que el vehículo de alunizaje proyectaba dos sombras, como si se tratara de un objeto iluminado por dos focos en un estudio cinematográfico.
…..Los nietos de M. Collins, el astronauta que nunca descendió del Apolo 11, confirman la existencia de ambos focos. Su abuelo siempre les explicaba que, mientras el engreído de Armstrong escenificaba el Gran Salto para la Humanidad sobre la arcilla lunar, él contemplaba cómo brillaba —en posición opuesta al sol— una asombrosa tierra llena.
Durmiente
La bella durmiente y el príncipe encantado acaban de tener la enésima discusión sobre cómo van a repartir los bienes del reino y a los principitos tras su inminente divorcio.
…..Mientras se dirige a la cocina, la bella piensa que mejor hubiera sido terminar la historia justito después del beso, pero el autor la quiso acabar en banquete nupcial sin su permiso y ahora está condenada a tomarse un Tranxilium cada noche.
Deliberación de altura
No se ponen de acuerdo. Unos hablan de una mutación del cromosoma Y. Otros de una rara anomalía genética que provoca ambigüedad en los genitales. Se han aportado pruebas sobre un tipo de hermafroditismo que vuelve delicados y livianos a quienes lo sufren. En los pasillos se cruzan expertos y asesores procedentes de todas las disciplinas: políticos, economistas, especialistas en arte antiguo y rabinos estudiosos de la cábala.
…..Mientras en las comisiones de la Cumbre Internacional representantes de todos los países deliberan sobre el sexo de los ángeles, yo intento llenar el carro de la compra familiar con veinte euros.
Memoria prodigiosa
Todavía me alteran los portazos. Recuerdo la escena con total claridad: el aullido saliendo de su boca asimétrica, mamá corriendo para abrir la puerta, el color violeta de ese dedo transformado en lombriz, la marca de viruela en el brazo tembloroso de mamá, los cubitos de hielo envueltos en una bayeta… Hace más de veinte años que mi hermana se pilló el dedo en la puerta de la cocina. Aún conserva una muesca con textura de pergamino y forma de medialuna alrededor de su meñique deformado.
Lo más curioso es que, según mi madre, yo no estaba allí.
El viaje
Aunque me dirijo con determinación hacia mi destino, soy muy consciente de los peligros que entraña emprender cualquier viaje. Imprevistos, cantos de sirena, nostalgias, fatigas… surgen a lo largo del camino como si quisieran poner a prueba nuestra voluntad, burlar nuestro propósito.
…..Y otra vez lo han conseguido. Cuando llego a la despensa soy incapaz de recordar cuál era ese ingrediente imprescindible que iba a buscar. Mientras tanto, el sofrito amenaza con quemarse. Y yo no puedo dejar de preguntarme, como cada vez que me lanzo a la aventura de un viaje en solitario, qué narices estoy haciendo aquí.
La invasión de los fungi
Mientras nosotros andamos distraídos, atareados o preocupados cambiando los miedos de lugar, ellos brotan sin descanso ahí abajo. Nos rodean, nos acorralan, tejen una alfombra bajo nuestros pies. Abren sus sombrillas, engullen lo muerto y lo regurgitan para devolverlo a lo vivo. Su discreción es legendaria. Su palidez, mortal. Su labor malinterpretada. Pero no desisten en su empeño. Frenéticos, abren y cierran sus paraguas, expanden sus micelios, beben con avidez. Como si en ello nos fuera la vida.
De Jardinería de interior, Editorial Enkuadres, España, 2019
Paz Monserrat Revillo nació en Tortosa, España, en 1962. Es bióloga de formación y profesora de instituto de profesión. Ha publicado los libros de relatos Hormonautas (2015) y de microrrelatos Jardinería de interior (2019), que ha quedado finalista en la última convocatoria del premio Setenil al mejor libro de relatos publicado en España durante ese año. Aparece en las antologías Mar de pirañas, nuevas voces del microrrelato español (2012) y Los pescadores de perlas (2019). Vive en Molins de Rei. Está casada, tiene cuatro hijos y una galga. Desde enero del 2013 publica en su blog Crónicas desenfocadas.
La composición que ilustra este post fue realizada a partir de una ilustración del artista Mr. Babies