Mohamed Miloud Gharrafi
Los siguientes poemas fueron tomados del libro Viaje de ida (Ediciones del Centro Mohammed VI, Chile, 2016). Agradecemos la traducción y la nota introductoria del poeta argentino Leandro Calle.
Lo que conmueve en la poesía de Miloud Gharrafi es la luminosidad que crea entre la nostalgia y la percepción concreta de la realidad. Mirada certera y profunda que logra plasmar la realidad circundante en fotografías verbales.
…..Cuando leemos a Miloud, nos damos cuenta que hemos comenzado el viaje, que hay cosas que quedan atrás, mojadas de nostalgia y que hay un lugar por descubrir, una lucha que forjar, un país por habitar. Ese país es la poesía.
…..Poetas de dos orillas, de dos idiomas, Miloud Gharrafi nos revela en su poesía, la condición de todo ser humano: ese estar entre lo contingente y lo infinito, herida existencial que nos encuentra como seres de paso en un mundo transitorio. Por eso el viaje, las estaciones de tren, el ida y vuelta del amor son metáforas hondas en las que el poeta revela la contingencia y la trascendencia inherentes a todo ser humano. De este «Viaje de ida», no se regresa nunca, la poesía nos ha tocado para siempre.
Leandro Calle
Una disonancia
Cada vez que me la cruzo por azar delante del ascensor, la vecina Margarita muestra su alegría y una dosis de orgullo y dice: «Es perfecto, no escuché nada esta noche». Luego, se va rápidamente dejándome solo con mis preguntas: ¿Qué es lo que mi vecina no escuchó durante la noche? ¿El sonido del televisor? ¿Una conversación telefónica? ¿Una canción de Raï¹? ¿El crujido del bolígrafo? ¿El ruido de los alimentos cuando mastico? ¿El de mi postura repantigado en el sofá? ¿Mi respiración? ¿El ritmo de un poema que se quiebra? ¿Mis sueños? ¿Mis pulsaciones? ¿Mi migraña?
…..Es algo bien extraño que una señora mayor se asombre que en mi casa yo coma, beba, camine, escuche música, hable solo si quiero y no moleste a nadie. ¿Qué pasaría si fuera lo que querría en este momento: antipático, violento, no leyendo poesía, meando en el ascensor y gritando con toda mi joven voz en la cara de la vecina Margarita y rompiéndole una costilla al caniche de su vecina Isabel? Ella también está molesta por el color oscuro de mi piel y de mi nombre.
…..Y por mi determinación de no molestar a nadie.
El deseo
Vi llegar barcos de pesca. Entonces le dije: «Si quieres, bajaremos hacia el mar. Aquí, los pescadores son generosos y no hay puerto para la venta pública en el pueblo. Comeremos pescado y dormiremos en las orillas del deseo. El sol de agosto nos quemará, nuestros teléfonos móviles no sonarán, ni habrá televisión ni Google. Hoy no consultaremos el horóscopo. ¿Y luego qué? Viajaremos hacia el Absoluto. Caminaremos hacia el agua y correremos como niños. Dibujaremos en la arena o recitaremos poemas que nunca antes habíamos escuchado. Lloraremos o reiremos. ¿Qué dices?».
…..Ella dijo: «naturalmente, pero hoy tengo ganas de comprar ciertas cosas en el negocio Marks & Spencer».
En el palacio imperial
Mi amigo austríaco no me dijo la verdad. Salgo en este instante del palacio imperial. No asistí allí a ninguna batalla. No vi el retrato de un Turco decapitado ni ningún prodigio. Sino más bien una serie de jarrones y magníficas cucharas que en su mayoría son de oro o de plata. Bandejas, servilletas, alfombras y una cama aislada. Sin embargo, estoy feliz. Ya que posé durante mucho tiempo mi mirada en el inodoro del baño privado de Sisí y entonces comprendí que la princesa del palacio imperial iba al baño como yo. Incluso si comía con cucharitas de oro.
Plaza Catalunya
En la plaza Catalunya
hay gitanos
el eco de una melodía morisca
tapices de toda clase
y los pasos de una tristeza trastornada.
En la plaza Catalunya
tengo miedo de traicionar mis pasos
y me da miedo que se confunda
sobre mí esa mujer
que me mira de reojo
y aprieta su cartera
fuertemente
contra su pecho.
¡Aléjese del andén!
Incluso si volvieras algún día
la voz monótona de una mujer anunciaría
en la estación:
¡Aléjese del andén!
La valija
Más importante que la valija
es tu mano que arrastra
otra derrota.
Despedida
No es el boleto de tren
el que separa a dos amantes
en una estación
sino el ruido espantoso de la perforación en el boleto
o el agujero
que no se volverá a cerrar jamás.
Esperanza
La esperanza de todo enamorado
como yo
es que pierdas el tren.
Mohamed Miloud Gharrafi es poeta, novelista y traductor franco-marroquí. Nació en Marruecos y realizó sus estudios superiores en Francia donde reside y enseña literatura árabe. Publicó en poesía: Brûlures de la passion (Maroc, 2002), Je la mâche comme un chewing-gum noir (France/Maroc, 2009), Je n’associe personne à ma solitude (Egypte, 2014), Echos lointains (France, 2014). Su novela Cascades fue publicada en Beirut en 2011. Tradujo al poeta egipcio A. Al-Shahawy y al poeta Saudí Alí Al Hazmi.
La composición que ilustra este paisaje de Abisinia fue realizada a partir de la fotografía «Éxtasis» del artista © Juan Sebastián