Andrea Juliana Enciso
Nuestra sección de Literatura Queer se complace en dialogar con Carlos Monsiváis, uno de los autores latinoamericanos que más ha aportado a la visibilización del mundo gay en nuestra sociedad. En el siguiente artículo, la poeta colombiana Andrea Juliana Enciso, nos ilustra sobre un clásico de Monsiváis en los estudios de género, Que se abra esta puerta: crónicas y ensayos sobre la diversidad sexual (México, 2010).
Cada lector tiene sus clásicos. Autores que se transforman en estrellas tutelares de nuestros gustos o reticencias intelectuales y literarias. En mi caso pienso en Carlos Monsiváis (Ciudad de México 1938-2010) cómo uno de los míos. Considerado uno de los grandes cronistas y ensayistas del mundo hispano, este intelectual mexicano dedicó un alto porcentaje de su obra a escribir sobre los íconos de la diversidad sexual en la literatura y la cultura popular latinoamericana y particularmente la mexicana. Décadas atrás cuando hablar y ser publicamente homosexual era un crimen a la imagen pública, la «Monsi» escribía y pensaba la historia de la disidencia sexual. En sus ensayos y crónicas históricas la homosexualidad era un estadio vital que sobrepasaban las sábanas y los armarios para luchar por el derecho a la visibilización y el reconocimiento de la alteridad sexual y de género en la esfera pública y política latinoamericana.
…..En el 2010, después de su muerte el 19 de julio del mismo año, la editorial Paidos publica Que se abra esta puerta: crónicas y ensayos sobre la diversidad sexual. La compilación aprobada por el mismo escritor antes de su muerte, fue elaborada por dos de sus cómplices más cercanos: Claudia Lama, la editora de Debate feminista y Alejandro Brito su compañero de luchas por un largo trecho de su vida.
…..Que se abra esa puerta fue una declaración de libertad para las minorías sexuales en México y América Latina. Según su compiladora Marta Lamas la puerta a la que hace mención no es la del closet, sino «según Carlos, era la puerta de la dignidad» (13). En contraposición al poema del poeta gay mexicano Carlos Pellicer: «Que se cierre esa puerta/ que no me deja estar a solas con tus besos. Que se cierre esa puerta/ por donde campos, sol y rosas quieren vernos» los escritos de este libro defienden el derecho a la intemperie, al afuera, a la exposición al mundo que fue y es la gran prohibición para los disidentes de la heteronormatividad.
…..Dividido en dos partes, Que se abra esta puerta compila dos estadios claves de su producción intelectual: el primero es la compliación de sus colaboraciones para Cultura de México, Fem y Debate feminista durante 20 años de producción intelectual. El segundo, consta de cuatro ensayos que resumen las grandes obsesiones de su trabajo intelectual a lo largo de su carrera: el proceso de secularización y el cambio de las costumbres sexuales en la cultura popular mexicana.
…..En «Uno», el proyecto de Monsiváis se centra en el seguimiento de la figura del homosexual en el siglo XX. En estos escritos la preocupación del autor era la visibilización gay como acto dignificante dentro de la historia cultural latinoamericana. Para Monsiváis la única forma de lograr la humanización de los homosexuales y disidentes de la heteronormatividad era luchar por nuestro derecho a la visibilización en la sociedad. Entre los temas de reflexión recurrentes en estas colaboraciones podemos encontrar: Los contemporáneos, el famoso grupo de intelectuales y artistas mexicanos que escandalizó el México post-revolucionario de las décadas del veinte y treinta; las crónicas sobre figuras y eventos públicos como el baile de los «41» el gran escándalo de prensa que sacó del closet a los caballeros más distinguidos de la prosapia mexicana en 1901, la ciudadanía vergonzante del SIDA y la celebración de la cultura gay cómo parte fundacional del repertorio cultural latinoamericana.
…..Vale la pena destacar su sintonía con los trabajos pioneros latinoamericanistas de la academia norteamericana como el de Daniel Balderston y Silvia Molloy, quienes en sus libros El Deseo Enorme Cicatriz Luminosa (2004), y Poses de fin de Siglo desbordes del género en la modernidad (2012), insistian en la importancia de la inclusión de canon homoerótico y de los disidentes sexuales dentro de la tradición literaria latinoamericana.
…..En «Dos» la preocupación del autor es la reflexión sobre las prácticas marginales de los homosexuales en México y América Latina. De los libros y archivos históricos de la primera parte el escritor salta al cotorreo de provincia, a la calle y la discoteca de finales de los noventa. Aquí a diferencia de la «noche infinita» del poeta Xavier Villaurrutia, el secreto se hace público y nuevas formas de intercambiar placer, como los mecanismos de represión de la divergencia, hacen aparición en el escenario sexual y de género mexicano. En sus análisis, explora la televisión, el cabaret, el bolero, el cine y la traducción a lo largo de todo el siglo XX como artefactos culturales cuyo rol es la construcción de los linderos sobre lo normal y lo inaceptable en la sociedad mexicana definida en términos del catolicismo, machismo, globalización y secularización en el siglo XX.
…..Lo que hace a Monsiváis mi clásico personal, siguiendo con la idea de Arturo Carrera, es su vigencia. En particular en la importancia de nombrar y ser nombrados como lo es para los disidentes de la heteronormatividad en sociedades de machos y esposas sumisas. Dejo a manera de cierre una muestra de su escritura «Salir del closet» apartado del ensayo «Los gays en México: la fundación, la ampliación, la consolidación del gueto¹».
…..La salida del clóset. Sin excepciones, un fenómeno trastoca la mentalidad de todos los que viven el comportamiento homoeórtico, así lo hagan de modo esporádico o cauteloso o apenas verbalizado: la salida masiva del closet (el armario). El efecto se da en cadena al quebrantar el silencio histórico de las declaraciones y las participaciones en reuniones o marchas. Salir del closét, aceptar —sobre todo desde la pandemía del sida— la valentía personal es integración comunitaria, porque los que renuncian a la hipocresía, se explican mejor lo que viven: la soledad, el sexo rápido, las apetencias frustantes, la promiscuidad que resulta de la carencia de compromisos externos y de las imposiciones de la homofobia.
…..Salir del closet. Al asumirse como tales, millones de gays y lesbianas despojan a la conducta de las opresiones del silencio. No en balde pierden sentido la referencia clásica, «el amor que no se atreve a decir su nombre», tomada de un poema de lord Alfred Douglas, el deplorable aristócrata que precipitó la caída de Oscar Wilde. Al atreverse, el nombre suprime buena parte de la culpa, y lo no nombrado describe ya otra especie. Si moverse dentro de lo inmencionable oscurece lo que cada uno de los silenciados sabe de sí mismo, pertenecer a lo que se nombra es, por lo pronto, disponer de otra psicología, ya elegida.
…..Salir del closet. En tres décadas, al intervenir las demostraciones de masas, varía la percepción de la homosexualidad. Si en la Marcha del Orgullo de São Paulo desfila un millón y medio de gays, lesbianas, bisexuales y transgénero, o si en Sidney la Marcha alcanza los dos millones de asistentes, una minoría ya no lo es de manera vaga. Así se mantiene según las sociedades un buen número de rasgos constitutivos. La ampliación de espacios no alcanza por fuerza a todos los gays, pero no existen los seres tan aislados que ignoren la visibilidad creciente de sus semejantes (que no quiere llamarla «su especie»).
…..En méxico a la Marcha del Orgullo en la capital (más de cien mil cada año, más la «Marcha de las Banquetas»), se agregan desde fines de la década de 1990 las de Monterrey, Guadalajara, Oaxacam, Puebla, Aguascalientes, Tijuana. Calificadas al principio de «impudicia» o de «afrenta pintoresca», las marchas atestiguan las libertades en la ciudad. Y el proceso de cambios legales se intensifica en el mundo, matrimonios gay en España, Cánada, Holanda y Sudáfrica, sociedades de convivencia en varios países y ciudades, juicios en contra de la discriminación. El amor renombrado litiga en los Congresos, la pandemia del sida y los expedientes de las demandas hacen estallar un número impresionante de zonas del clóset.
…..El crecimiento demográfico fragmenta y tritura el ambiente porque ya quinientos mil gays en la ciudad de México o, si se quiere, en el Valle de Anáhuac (cifra aproximada, modesta, legendaria y más que probable) ni admite ni solicita un común denominador (Monsiváis,158-159).
¹Este artículo es una continuación a su artículo «de los iguales, los semejantes, los (hasta hace un minuto) perfectos desconocidos (a cien años de la redada de los 41)» publicado en Debate Feminista, año 12, vol 24, octubre del 2001.
Andrea Juliana Enciso. Nació en Bogotá en 1979. Es poeta, crítica, ensayista e investigadora literaria. PhD. en Lenguas y Literatura Hispánica de la Universidad de Pittsburgh. Publicó los libros de poesía Laberíntica (2000) y Panóptico: Pabellón para tercos y fantasmas (2005). Su trabajo hace parte de las antologías Conjuro capital poetas bogotanos (2008) y Todo boca abajo, antología Latinale 2018 (2019). Actualmente enseña literatura en la Universidad del Norte en Barranquilla, Colombia. Fotografía: Omar Chacón.
La composición que ilustra este post fue realizada a partir de una fotografía de Carlos Monsiváis tomada de la Secretaria de Cultura Mexicana