Samuel Vásquez
Abisinia Review le solicitó al poeta, pintor y dramaturgo Samuel Vásquez un artículo crítico sobre los acontecimientos en torno al Paro Nacional en Colombia, y nos obsequió la siguiente reflexión, perfumada de poesía y lucidez, sobre esta época atravesada por pandemia y totalitarismo. Encontrará el lector anotaciones contundentes sobre el miedo, la verdad, la juventud, la cultura, la economía y la palabra del poeta en tiempos de penuria.
Hay días en que uno no debería tener miedo
de nombrar las cosas imposibles de describir.
René Char
1
En un país como este, donde la justicia ha sido aplastada por la legalidad, es imposible no pensar.
…..En un país como este, experto en escamotear huellas culpables y deformar la realidad a través de «la Historia Oficial».
…..En un país en donde a la verdad le han sido arrancadas las más elementales e irrebatibles pruebas, se hace tangible la frase de Melville, «La verdad siempre tiene los bordes despedazados».
…..Sin embargo, este milagro de la consciencia, esta sensación de evidencia, que es lo Claude Bernard llama verdad, es lo que nos impele a hablar. Y es desde esta consciencia y desde esta sensación de evidencia desde donde hablamos, porque las pruebas siguen siendo cercenadas a la verdad en todo momento, cada día, a través de la falsedad de testimonios, de la compra de testigos, de las amenazas, del terror, del asesinato.
…..No habitamos un país, habitamos una tragedia.
…..Ya no es posible volver a articular los pedazos esparcidos de seres torturados y ultrajados.
…..¿Quién declara inocentes a criminales, desafiando la verdad del sol?
…..Elegir el partido del disimulo o la complacencia ante el horror, es elegir el partido de la bellaquería.
…..Acusan a sus contradictores de pecados intelectuales, antes de que alguna palabra de luz aflore en sus bocas.
…..Hacen de sus prejuicios leyes, de sus deseos normas.
…..Magnifican la pequeña falta ajena y disimulan el crimen propio para hacer parecer a todos igualmente culpables, o semejantemente inocentes.
…..En un país con cinco millones de desplazados por medio de la violencia, cinco millones de exiliados políticos o económicos, cinco millones de hectáreas arrebatadas a sangre y fuego a los campesinos, es imposible no pensar con dolor.
…..No estoy hablando del 70% de pobreza de nuestra población que revela un estudio de la Universidad Nacional, no estoy hablando de la miseria campesina, no estoy hablando de la falta de agua potable que padece un alto índice de la población, no estoy hablando de cobertura en educación y su bajísima calidad, no estoy hablando de la acumulación de la riqueza en unas pocas manos haciéndonos uno de los países más inequitativos del mundo. Estoy hablando solamente de nuestra realidad corrupta y criminal, que ocupa tanto espacio de nuestro pensamiento, de nuestro sentimiento.
…..En un país donde el manejo de toda la información de primera plana que produce se maneja con la más alta pericia maquiavélica, buscando que la noticia más reciente sepulte a la anterior, se hace difícil espantar el humo para ver el fuego, se hace difícil pensar sin rabia, pensar sin miedo, se hace difícil restaurar debidamente los pedazos roídos a la verdad.
…..Este país es un abundante y variado coto de caza para periodistas, psiquiatras, sociólogos, historiadores… Corte Penal Internacional. Pero tanta infamia ofusca nuestras palabras, pone lívido nuestro lápiz, aprieta nuestras manos. Y nosotros estamos en la poesía, en el teatro, en el ensayo, y perturba nuestra escritura más de lo deseable.
…..Tal vez, ante una realidad como la nuestra, nos equivocamos al elegir la palabra como nuestra desarmada arma. Pero como nos enseña el gran Guimarâes Rosa, «debo rendir cuentas de cada palabra… mi lengua es el arma con que defiendo la dignidad del hombre».
…..Este país es paisaje pero nunca patria: Lo que para muchos es orgullo y seguridad, para mí es vergüenza y rabia.
…..En un mismo potrero pastan la verdad y la infamia.
2
Las generaciones anteriores minaron el terreno de la Cultura para aterrorizarnos, pero no lograron inmovilizarnos.
…..Con su sensibilidad extenuada, quisieron tronchar nuestra lengua, amputar nuestras manos, sembrar de lepra nuestros corazones, y al ver frustrados sus deseos, intentaron desplazarnos de nuestro propio sitio, exiliarnos en nuestra ciudad, y así eliminar a los involuntarios testigos de sus imposturas, sus cobardías, sus secretas mezquindades.
…..Pero no alcanzaron siquiera arrebatarnos un bocado de noche, ni sus cenizas lograron apagar nuestra llama.
…..Ante el permanente reclamo de identidad por parte de los mayores, optamos por la desidentificación. Esa identidad que nos reclamaban nos haría idénticos a ellos. Esa herencia que nos legaban nos empobrecería.
…..Olvidan que se llega a la poesía por anhelo de libertad, de no pertenencia, de no normalidad, por no renunciar a probar, a encontrar el sabor extraño de lo transparente. Se llega a la poesía por no querer acomodarse entre los cínicos, por no aceptar dejar este mundo intacto.¹
…..Nuestro grito de rechazo se asimiló apenas a una expresión de histeria, una pataleta de resentidos. Éramos los refractarios. «Los que cantábamos en la hoguera».
…..Nos negamos a humillar la natural ignorancia de los jóvenes.
…..Nos negamos a esgrimir la ironía contra el ingenuo.
…..Nos negamos a no pensar por nosotros mismos.
…..Nos negamos a no decir no.
3
Ante el mandato perentorio de la globalización, so pena de quedarse retrasados en la era pre-posmoderna, todo Occidente obedeció. Y arrastró a América Latina como una cola de retazos pegada a una cometa de papel. Porque, aunque no participamos de las decisiones y privilegios de Occidente, sí seguimos ondulantes y sometidos a todo lo que Occidente decide.
…..Pero la globalización no era ecuménica. Incluía la economía, la ideología, el consumismo y la información, pero no a las personas, ni al derecho a su libertad, a su igualdad, a su fraternidad. Se suprimían aranceles a determinados productos, pero se esculcaban exhaustivamente los pasaportes y las maletas de los individuos «distintos», considerados sospechosos arbitrariamente por el color de su piel, por su idioma, por su mirada. Se obligó a pagar míseros sueldos a través de los bancos para pagar el favor del dinero «donado» al candidato ahora presidente, y se conectó a internet a muchos para que puedan recibir sus fascistas mensajes proselitistas y sus «fake-news», pero no se los conectó al agua potable gratuita, que es un derecho congénito fundamental, ni a la poesía, derecho espiritual primigenio.
…..En septiembre de 1931, Federico García Lorca leyó en voz alta su texto para inaugurar la Biblioteca Pública de Fuente Vaqueros en Granada, su pueblo natal:
No sólo de pan vive el hombre. Yo, si tuviera hambre y estuviera desvalido en la calle no pediría un pan, sino que pediría medio pan y un libro. Y yo ataco desde aquí violentamente a los que solamente hablan de reivindicaciones económicas sin nombrar jamás las reivindicaciones culturales que es lo que los pueblos piden a gritos. Bien está que todos los hombres coman, pero que todos los hombres sepan. Que gocen todos los frutos del espíritu humano porque lo contrario es convertirlos en máquinas al servicio del Estado, es convertirlos en esclavos de una terrible organización social.
…..Hoy todas nuestras relaciones sociales están mediadas por los acontecimientos políticos y deportivos, que ocupan el 90% de los espacios de información y entretenimiento, manejados por las industrias «culturales» y deportivas, apoyadas por la llamada «economía naranja» decretada y promulgada por el gobierno de Iván Duque. Por el contrario, menos del 1% de la población se relaciona a través de la Cultura y la Poesía.
…..Hoy muchas de esas industrias «culturales» están henchidas de alegría por la obligada virtualización de la Cultura. Ignora esa gente que, al no tenerse la experiencia presencial de una pintura, no asistir a una puesta en escena teatral ni a un concierto vivo, no se podrá acceder por medios audiovisuales o informáticos a su máxima esencialidad y revelación estética y poética.
…..Hoy los «agentes culturales» no cuestionan el Poder sino que entran en la agenda del Poder mismo con una facilidad que sonroja, en complicidad con sus imposiciones, ninguneos y arbitrariedades. No luchan porque la obra de arte sea libre, disidente de las exigencias consumistas del mercado, de las tendencias impuestas por los medios, y del autoritario gusto oficial que a nadie rinde cuentas. No se preocupan de que cada artista pueda vivir con dignidad de su obra, en contra de la promesa de las ofertas dominantes de que lo que no está expuesto en la vitrina, en la pantalla o en el festival, no existe. Con su proceder acrítico, estos agentes favorecen una cultura consumista que está forzada a ofrecer «la estética del día», para mantener viva su demanda en el mercado.
…..Hay que propiciar, hacer y amar un arte independiente del mercado y de sus leyes, que confunden sonsonete con ritmo, bonito con bello, rima con poesía, valía con precio.
…..Con el tiempo histórico suspendido por la «pandemia» queda sólo, abrumadoramente, el tiempo cotidiano, demasiado cotidiano.
…..Empresarios, políticos y periodistas están hablando permanentemente de futuro. Con ello buscan encubrir impunemente un presente injusto, corrupto y criminal, menospreciando un pasado ancestral culto que abandonamos con crasa insensibilidad en busca de un consumismo que nos promete status social, confort instrumental y distracción mental. Ignoran el decisivo tejido que la Cultura aporta como herramienta de sensibilización, conocimiento, memoria y cohesión social.
…..Es necesario que la gente acceda al conocimiento para adquirir el criterio con que construirá los ritos y las actividades humanas significativas: la alimentación, la educación crítica, el trabajo digno, la sexualidad, así como la construcción de un pueblo, de una casa, de una escuela, de un templo. El hombre contemporáneo no solamente abandonó los ritos fundacionales, sino que se quedó sin modelos ejemplares que orienten moralmente su comportamiento individual y comunitario. El comportamiento social y moral ya no es ancestral ni cultural, sino que es impuesto y vigilado por la legislación jurídica, por la policía y por los medios de información.
…..Estamos uniformando el mundo, globalizando los gustos, estandarizando las costumbres y las moradas, en favor de un «confort contemporáneo». Es el triunfo del tiempo sobre el espacio, la destrucción de las formas autóctonas y de las culturas en favor de una comunicación inmediata, de una conducta canónica y de una obediencia a las tendencias dominantes.
…..Es indispensable que la gente sienta necesidad de la Cultura y la Poesía, y, sobre todo, que tenga la capacidad de gozarlas, no como entretenimiento, sino como un elemento esencial para la vida ética y estética de los individuos y la comunidad.
…..El miedo que causa y alimenta la «pandemia» somete el pensamiento de casi todos, forzándolos a aceptar una obediencia ciega ante una situación social e individual que desconocen por completo, y que el poder económico, político e informativo sabe manejar astutamente. (La astucia es la inteligencia del bruto).
…..La oportunidad autoritaria de los gobiernos actuales, tácitamente aceptada, los está llevando, embelesados, a la represión y a la vigilancia totalitaria, asistida por una policía digital de cámaras, sensores y perseguidores. Gobiernos que profesan el fatal destino darwinista que elimina los cuerpos más viejos y más débiles para que cedan el espacio de la economía y del entretenimiento a los más fuertes físicamente, que no son necesariamente los más fuertes consciente y culturalmente, ni los que tienen más sentido de libertad, ni más anhelo de conocimiento, ni más razones para la desobediencia. En tales circunstancias, un tonto joven sumiso merece más espacio y mejor atención que un sabio viejo libertario.
…..La actual democracia neoliberal globalizada aprendió a unir las dos puntas opuestas de la guerra fría: el consumismo desbordado y la severa vigilancia, la desaforada oferta clasista y la asistencia social con limosnas, el nacionalismo y el internacionalismo ahora se funden en la búsqueda, al precio que sea, de la hegemonía del mercado.
…..Como dice el intelectual del Bar de la Calle Luna:
La guerra y el comercio no son sino medios diferentes de conseguir el mismo objeto que es el de poseer aquello que se desea. El comercio es un homenaje hecho a la fuerza del poseedor por el que aspira a la posesión: es una tentativa para colonizar por las buenas aquello que no se quiere conquistar por la violencia. El comercio es, para el más fuerte, un medio dulce de empeñar el interés del otro en consentir lo que conviene al interés propio.
…..Dar dinero a los bancos (grandes donantes en sus campañas electorales) para que implementen instrumentos financieros de préstamos con intereses impagables a través de una banca insensible socialmente, y no programar ayudas directas (con interés cero) a los medianos y pequeños empresarios, no es sólo mezquindad del gobierno colombiano sino, además, obediencia a mandatos supranacionales de la «democracia neoliberal internacional» (carente de democracia y de liberalidad), para proteger la banca multinacional y no la industria de valor agregado de los países del tercer mundo, aumentando su sometimiento económico a los centros de poder financiero e informativo, con una pérdida de soberanía económica y cultural que será casi imposible recuperar.
…..Una de las más aplaudidas políticas del actual presidente colombiano son las dádivas que otorga a los afiliados a sus propios programas de gobierno (sus votantes), tratando de establecer una imagen de benefactor magnánimo, y pidiendo limosnas a los ricos para que las den a los más necesitados, en una caridad que nada soluciona socialmente, en lugar de dictar decretos que establezcan impuestos necesarios y justos a la riqueza desproporcionada e inequitativa que aminore la criminal brecha social que han impuesto durante largos años. Si se acostumbra al ciudadano del común a la limosna, no sólo se degrada su condición social, sino que se lastima su autoestima al reconocerse como improductivo socialmente, desestimulando su conciencia de su derecho a la igualdad. De esta manera el Estado elude taimadamente su obligación de proporcionarle un trabajo digno y suficiente, y darle una asistencia social oportuna.
…..No se puede depender de la voluntad caritativa de unos pocos. Hay que establecer una obligatoria justicia social equitativa, digna y ética, y eso es deber irrevocable del gobierno.
…..Se ha argumentado la protección contra el virus como Razón de Estado para imponer, por encima de las libertades individuales, el encierro, el aislamiento, la injerencia y la vigilancia a placer del gobierno. Sin libertades individuales cualquier control al gobierno será una ilusión ineficaz.
…..Se ha instalado un poder de represión desmesurado en un gobierno que cada vez se engolosina más con su dominio absoluto del ciudadano. Este dominio busca una sumisión que le sirva no sólo para acallar las protestas sociales que se hacen a su gobierno en la calle todos los días sino, también, para asumir poderes dictatoriales sin golpe de Estado y sin usar la fuerza de los militares.
…..La calle, que se suponía era «el espacio democrático por excelencia», ahora se quiere controlada totalmente por el gobierno y sus aparatos de vigilancia y represión. La inmaculada «democracia neoliberal» que inventaba contrapesos para parecer, a los ojos de los ignorantes, como equilibrada a través del control político que se ejercía hacia el ejecutivo, ahora carece de vigilancia con una Procuraduría y una Fiscalía de bolsillo, y el gobierno hace contratos a dedo sin control efectivo, porque la sumisión es generalizada.
…..La declaratoria de calamidad social instaura un Estado de Excepción que le otorga plenos poderes al presidente Duque y anula el Estado de Derecho que sustenta toda Democracia que así quiera ser reconocida. Los Derechos Humanos saldrán lastimados y hasta anulados en sensibles aspectos con el Estado de Excepción imperante, y habrá que estar atentos y ágiles para tratar de impedir que se instauren a largo plazo métodos totalitarios de extracción de datos, de vigilancia digital y de represión física e intelectual abusivas.
…..Hoy nos movemos entre el miedo y el deseo.
…..El poder propaga el miedo.
…..Propaga el miedo para que los deseos se aborten antes de transformarse en actos.
…..El deseo es conspirativo, el acto subversivo.
…..El individuo reprime sus deseos para evitar la confrontación.
…..Hay que crear conciencia de que sólo el deseo podrá vencer al miedo.
…..El triunfo será el deseo realizado que permanecerá como deseo.
4
El ensayo no pretende dar respuestas, sino ahondar en el sentido de las preguntas incesantes, planteadas al hombre desde el hombre, sin sembrar esperanzas que sólo son presente postergado, sin ofrecer redenciones que son futuro que permanece futuro.
…..Sin embargo, en algún sentido, el ensayo es ambicioso, pues el ensayo se asume como la posible justicia de las cosas.
…..Con el ensayo moderno se suprimen los linderos de los géneros literarios, y se anegan las tierras donde la poesía, la filosofía y la crítica instalaron sus aduanas, y ha emergido del limo feraz un nuevo país mestizo y rico.
…..Antes de volver a mi querido silencio, quiero abrir una ventana con estas siempre bellas y justas palabras de René Char:
«El poeta, es bien sabido, mezcla la carencia y el exceso, la meta y el pasado. De ahí lo irresoluble de su poema. Está en la maldición, es decir, asume peligros perpetuos y renacientes en la medida en que rechaza, con los ojos abiertos, lo que otros aceptan con los ojos cerrados: el beneficio de ser poeta. No puede haber poeta sin tremendo recelo, de igual manera que no existe poema sin provocación. El poeta pasa por todos los grados solitarios de una gloria colectiva de la que está legítimamente excluido. Tal es la condición necesaria para sentir y decir adecuadamente. Cuando con genialidad alcanza la incandescencia y lo inalterado (Esquilo, Lao Tse, los presocráticos griegos, Teresa de Ávila, Shakespeare, Saint-Just, Rimbaud, Hölderlin, Nietzsche, Van Gogh, Melville), obtiene los resultados que conocemos. Añade nobleza a su caso cuando duda acerca del diagnóstico y tratamiento de los males del hombre de su tiempo, cuando formula reservas sobre la mejor manera de aplicar el conocimiento y la justicia en el laberinto de lo político y lo social. Debe aceptar el riesgo de que su lucidez sea considerada peligrosa. El poeta es la porción del ser humano refractaria a los proyectos calculados. Puede ser convocado a pagar cualquier precio por este privilegio o carga. Debe saber que el mal viene siempre de más lejos de lo que se cree, y que no muere necesariamente en la barricada que eligió para sí».
- J. Riechmann
Samuel Vásquez es co-fundador y curador de la Bienal de Arte de Medellín. Comisario de la Bienal de Pintura de Montevideo. Invitado a inaugurar el Museo de Arte Moderno de Cartagena con teatro, y el Museo de Arte Moderno de Medellín con pintura. Cincuenta Años de Pintura y Escultura en Antioquia, Museo de Arte Moderno. Fundador y director del Taller de Artes de Medellín que congrega Teatro, Música y Artes Plásticas. Premio Nacional de Dramaturgia por su obra El sol negro (1992). Beca Nacional de Creación del Ministerio de Cultura por su obra El plagio. Premio en el Concurso Internacional de dramaturgia Ciudad de Bogotá, por su obra Raquel, historia de un grito silencioso. Premio de Ensayo Ciudad de Medellín, por su obra El abrazo de la mirada —5 tomos— (2005). Premio de Creación Ciudad de Medellín por su libro de ensayos Para no llegar a Ítaca (2007). Premio de Poesía Ciudad de Medellín por su libro Diario de la errancia (2010). El Museo de Antioquia le otorgó una distinción especial «por su labor para el desarrollo del Arte Contemporáneo en la Ciudad» (2007). La Universidad de Antioquia le concede el Premio Nacional de Cultura por Reconocimiento (2011). Poemas y ensayos suyos han aparecido en las antologías nacionales e internacionales.
La composición que ilustra este post fue realizada a partir de un fragmento la obra Un nuevo mundo de la artista Camila López