Guillermo Linero
La Noción de Poema / A Noção de Poema
Nuno Júdice
Edición bilingüe portugués-español
Trad. Lauren Mendinueta
Abisinia Editorial
Buenos Aires, 2023, 148.
La Noción de Poema, título del primer libro publicado por el portugués Nuno Júdice, fue escrito hace 50 años, cuando el poeta apenas cumplía 23 años de edad. Sin regodeos ni dilaciones, y como su nombre lo indica, este libro da cuenta de las preocupaciones que tuvieron los poetas de las generaciones anteriores a la suya, acerca de cómo abordar sus textos sublimes, en cuanto piezas poéticas cuyas maneras de comunicación sentían desgastadas.
…..Preocupaciones propias de la poética de la primera mitad del siglo XX, pues los poetas pertenecientes a ese espacio de tiempo habían heredado una noción del poema cargada de fundamentos expresivos inamovibles, como la métrica y el lenguaje literario; aunque ya mostraba el desgaste de su fuerza comunicativa, como bien lo interpreta Júdice en estas líneas que hacen alusión a la experiencia de aquellos poetas y a la suya misma: «…las gramáticas oficiantes / de una memoria occidental / limitaron mi genio».
…..Tales fundamentos expresivos —relativos a la forma, como ceñirse a la rima, y relativos al contenido, como usar de rigor el lenguaje literario— suscitaron dilemas y debates acerca de si al lenguaje literario —en esos años ya dado por agonizante— debería mantenérsele vivo o no. En efecto, tomaron distancia del lenguaje clásico, por lejano al habla común, y el habla común casó perfectamente con la renovada plástica del poema. Sobre esto Nuno Júdice ha dicho —refiriéndose al lenguaje popular— que «lo importante en la poesía es la lengua; porque la sabemos, porque la oímos todos los días y con ella leemos los periódicos. Es una lengua muy elemental, que sirve para comunicar lo que es necesario, y lo hace bien de ese modo. La belleza de la lengua está en el trabajo que el poeta hace sobre ella, al recuperar imágenes, al recuperar palabras que no son las de todos los días. Pienso que eso también permite que la poesía sea muy importante para renovar la lengua y para proponer nuevos modos de hablar sobre la realidad y sobre el mundo»1.
…..Una postura estética y cognitiva, favorecida por la condición maleable del verso libre, ya sorteado para cuando Júdice escribió su Noción de Poema, que al proveerse del habla común desarrollaría nexos lícitos con la prosa y con el discurso existencial. De hecho, a la generación de poetas inmediatamente anterior a la generación de Júdice, les urgió precisar si el verso libre debía tener fronteras o si no las tenía. Estaban hastiados de la métrica, pero temían caer en el discurso prosaico.
…..La opción de lo coloquial, por su propia naturaleza narrativa, inclinaba al poeta más a lo exteriorizante y cotidiano, y menos a las imaginaciones unipersonales (al lirismo de buhardilla, a los cantos románticos o a las alabanza de héroes y divinidades). De igual manera, el uso de este lenguaje inclinaba al poeta más hacia los hechos de la realidad del ser colectivo, acercándolo a las mujeres y a los hombres corrientes: «Al despertar, me dediqué a redactar una nueva poética que incluyese un arte de comportamiento, es decir, una forma de unir estrechamente el arte y la vida».
…..Los poetas tomarían conciencia de su responsabilidad con el entorno vital —específicamente con sus problemas— y entenderían el alcance de la denominada función social de la poesía, función que convierte al poema, especialmente en sus contenidos ideológicos, en una suerte de instrumento liberador, y al poeta lo transforma en un solucionador de problemas.
…..Pese a ello, Júdice advierte que los poemas, indistintamente de si los produce un poeta político como Neruda —advirtiendo al lector sobre su condición de persona y de su capacidad para levantarse en defensa de sus derechos— o si los produce un poeta que no sea político, tienen el mismo efecto liberador, y desde luego lo tienen aún más aquellos poemas que no están comprometidos con una ideología, porque ellos «nos dan —así lo dice Júdice— un mundo más abierto, más universal, y pueden ayudarnos a resolver todos esos problemas».
…..De hecho, La Noción de Poema, es un libro donde la poesía no está dirigida únicamente al ennoblecimiento de paisajes y conductas humanas, sino también a su crítica para rehacerlos —en el caso de los paisajes que insisten en repetirse— y denunciarlas —en el caso de las conductas anómalas—.
Este breve fragmento de su poema En Busca de Evidencias, que describe un paisaje cotidiano y una conducta humana, cumple ese cometido crítico, y lo hace sin echar mano de argumentaciones, pues el lector, luego de leerlo elaborará por sí mismo un juicio de valor, un criterio tan íntimo que podría callarlo y guardarlo para sí: «Me dediqué un día al cuidado de las aves enfermas, / Se prendían de los juncos, en la laguna, y la marea llena / atrapaba a las indefensas. Les conseguí jaulas, cuando / estaban curadas, y batían las alas con ansia de atmósfera, yo / las cegaba con espinas de pescado. Después, dejaban de / comer. Morían. Yo hacía almohadas con sus plumas. / N. me preguntó si un día sería capaz de arrepentirme / No le respondí.».
…..Con todo, lo cierto es que La Noción de Poema, pese a connotar la necesidad de un lenguaje y de unas realidades cotidianas, el contexto de su entramado es un discurso de autocrítica, una suerte de ars poética, ejercida para compartir las mecánicas y nociones acerca del oficio de escribir poemas. En tal sentido, el lector no encontrará necesariamente las palabras de la tribu o de la aldea, ni los hechos domésticos del entorno del poeta; pero sí hallará fórmulas —modos y maneras— para saber cómo elevarlas a un plano que trascienda la aldea, a un plano universal.
…..De leer La Noción de Poema, un incipiente encontraría en sus líneas, pistas acerca de cuál o cuáles son los caminos más cortos para decir poéticamente el mundo que les tocó en suerte. Basta leer este fragmento de su texto Poética del Autor en 1972 (una evidente auto confesión de ars poética) para comprender que ello es así: «… Yo invento una poesía que las máquinas podrían hacer. Me baso en el principio de que el sentimiento es una forma gastada de composición. Cada una de mis palabras es un proceso formal. Nada es gratuito o descuidado y yo mismo, al incluirme por mi propia voluntad en el poema, me deshumanizo y reencarno en el rito purificador de la emergencia lógica. No encontrarán en mí meditaciones lúcidas o juicios corrientes —apenas figuras contradictorias que el raciocinio sintetizó de ambientes reales y desesperados. Todo se puede reducir a fórmulas simples de movimiento…».
- Charla con Nuno Júdice. Cultura UANL En: https://www.google.com/search?q=nuno+j%C3%BAdice&sxsr.
Guillermo Linero. Santa Marta, Colombia, 1962. Pintor, escultor, escritor y crítico literario. Es abogado de la Universidad Sergio Arboleda. Ha publicado, entre otros, los siguientes libros: El Arma Secreta del Navío Leandro, novela histórica sobre la Expedición Miranda, (Premio Nacional Literaturas del Bicentenario, Ministerio de Cultura), Presidencia de la República, Editorial Ícono, Bogotá, 2010; Mi Ciudad en tus Ojos, relato, Instituto Distrital de Patrimonio, Bogotá 2011; Historia del Derecho Romano (autor), e Instituta de Derecho Romano (coautor) en: Instituta e Historia del Derecho Romano, Editorial Diké-Universidad Sergio Arboleda, Medellín, 2013; Palabra de Dios, poemas (plaquette), Punto Convergencia Editores, Bogotá, 2015; ADN-DNA, novela, Editorial Babilonia, Bogotá, 2015.
La composición que ilustra este paisaje de Abisinia fue realizada a partir de una obra del artista español © Juan Carlos Mestre